Verdad y Libertad

Un texto muy conocido de la Biblia es Juan 8:32. Son palabras de Jesús, y a pesar de que las conocemos bien, no las tomamos en serio, pues no las ponemos en práctica. Es el texto que dice “conoceréis la verdad, y las verdad os hará libres”. Si creyéramos en lo que dice Jesús, y si pensáramos que estas palabras fueran de confianza y que fueran prácticas, y su de veras quisiéramos ser libres, nos dedicaríamos a conocer la verdad.

Ahora que es un año nuevo, y los años nuevos son excelentes oportunidades para empezar de nuevo. Nos conviene, entonces, aprovechar la oportunidad de convencernos a empezar de nuevo, y hacer serios esfuerzos para conocer la verdad. Este debe ser un esfuerzo de toda la iglesia  y de todos los miembros de la iglesia. Desde el púlpito, por insistencia del consistorio, el énfasis está en la verdad. Tenemos que mejorar la instrucción, es cierto, pero todos los miembros de la iglesia deben aprovecharse de las oportunidades que hay de conocer mejor la verdad.

A veces nos disculpamos (no muy honradamente) diciendo que no nos gusta la forma en que se llevan a cabo las reuniones de la sociedad, sea ésta una de las sociedades femeniles, la de los matrimonios, alguna de las sociedades de los jóvenes o la de los obreros voluntarios. Posiblemente perdemos la oportunidad de conocer la verdad mejor porque no nos gusta el estilo del maestro. A veces no queremos participar si no se hace en la forma que nos gusta. De esta manera nuestros esfuerzos de conocer la verdad menguan, hasta casi desaparecer. Por supuesto, los maestros tienen que hacer todo lo posible porque estas críticas tengan la más leve  base posible de las mesa directivas y los coordinadores de las actividades deben afanarse para hacer que los estorbos sean mínimos para su bien realización; y el pastor tiene que aplicarse al estudio para que los sermones sean verdaderas exposiciones de la verdad. Sin embargo, cada miembro tiene la responsabilidad de buscar la verdad, de dedicarse a conocer la verdad, y aprovechar las oportunidades de conocer la verdad.  No puede excusarse si la clase o la reunión no está siempre en la forma que le gusta porque, a veces, le parece un poco aburrida. También tiene la responsabilidad de animar a los maestros y los directores, a  fin de que ellos provean mejor el conocimiento de la verdad que todos necesitamos.

Como iglesia, y como miembros de la iglesia, si queremos la libertad, tenemos que dedicarnos a conocer la verdad. Esperamos que el año nuevo sea un año en el que conozcamos con creces la verdad. No debemos olvidar la oración que Jesús hizo a favor de nosotros, cuando estaba a punto de morir: Padre, santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad (Juan 17:17).

Iglesia Nacional Presbiteriana Berith, Boletín Buen Óleo 4 de enero 2009.


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Un comentario en «Verdad y Libertad»

  • Escuché en días pasados un estudio que habló de los milagros de Jesús y que cada milagro tuvo un propósito. Abrir los ojos de un ciego, por ejemplo y si no me equivoco, era para ver hacia el cielo. No lo terminé de escuchar y además me gustaría reflexionar sobre el. Me lo podrían enviar por favor. Gracias.

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