Matrimonio, el gran diseño de Dios – Parte 9 – Tito 2:4

Meditación bíblica sobre Tito 2:4 por el Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

La semana pasada hablamos acerca del papel de la esposa respetando a su marido.

Mencionamos que la esposa mostrará respeto a través de la aprobación y admiración a su esposo, le animará y le estimulará para que logre mucho más y alcance sus metas, evitará caer en el famoso “te lo dije” y buscará por medio del diálogo, juntos tomar la mejor decisión.

También mencionamos el hecho de evitar hacer burla de él, de su cuerpo o de su aspecto, siendo ella en parte responsable de una sana alimentación y de su imagen. Y así como reconocer su esfuerzo laboral permitiéndole un tiempo de descanso.

Finalmente hablamos de la sujeción, mencionamos que, en principio, como cristianos, la sujeción habrá de ser mutua, y que la esposa tomará la decisión de someterse en un acto voluntario y de obediencia a Dios.

Hoy abordaremos nuevamente el tema del amor y veremos las diferentes definiciones que encontramos en el griego.

Así, Dios ha llamado a la mujer a no solo ser la ayuda idónea, también a respetar, a someterse y a amar a su marido. En la carta a Tito 2:4, dice “que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos”.

Empecemos a definir qué es el amor. La palabra amor es una de las palabras más usadas, pero el uso que hoy día se le da ha desvirtuado lo que realmente significa.

En el griego hay cinco palabras distintas para definir la palabra amor y buscamos que al saber la definición de cada una de ellas entender cuál fue el diseño de Dios para el amor dentro del matrimonio.

Así, Dios quiere que los casados se amen con:
1 epitumia,
2 eros,
3 astorgos,
4 fileo y
5 agape.

Epitumia: esto es un fuerte deseo sexual. Este tema lo abordaremos de manera más amplia en otro momento, por ahora solo diremos que esta área dentro del matrimonio no solo se debe de realizar como un cumplir y listo, debe de ser un gozo a lo cual Dios dice que se “honroso”. Hebreos 13:4 dice “honroso sea en todos el matrimonio y el lecho sin mancilla».

Eros: significa romance, amor sentimental y apasionado de tal modo que como epitumía, eros también puede durar para toda la vida, pero puede llegar a ser frágil, pues no se puede sostener por sí solo porque esta intensa llama de amor apasionado puede apagarse. Recuerda que ya hablamos acerca de que el hombre debe mostrar su amor con palabras, detalles y atenciones y, que para cerrar el círculo dependerá de la mujer que este romance apasionado permanezca o se apague. ¿Cuándo fue la última vez que le hiciste una cena romántica a tu esposo? Y ¿cuándo fue la última vez que usaste la ropa que tanto le gusta a él?
Es un hecho que el hombre es afectado por lo que ve entonces la mujer necesita cuidar de esos detalles, si bien es cierto que la apariencia física no es mayor a la belleza interior, para ella debe ser importante sentirse y verse atractiva para su esposo; pues Dios ve el corazón y el esposo ve el exterior.

Astorgos: es el sentir de pertenecer uno al otro, es el amor donde experimentamos seguridad y lealtad. Esta clase de amor viene hacer el cimiento de la relación y hace del hogar conyugal un refugio emocional, así cuando llegan los días difíciles encontraremos en nuestra esposa palabras de aliento y confianza y no una esposa que nos regaña hace sentir mal y se burla.

Fileo: significa querer o apreciar el amor fileo siempre está dispuesto a compartir y a comunicarse, crea lazos de amistad.

Agape: es el amor no egoísta que busca el bienestar del cónyuge, esta clase de amor está dispuesto a dar aún sin recibir contario a las otras formas de amor. Mientras que fileo disfruta y recibe, ágape sirve.
El amor ágape es la clase de amor con el que Dios nos ama y para gracia nuestra no está en función de nuestro comportamiento. Romanos 5: 8 dice “más Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”.
Una mujer que ama así a su esposo es porque ella está íntimamente relacionada con Dios, por medio de Jesucristo.
Si en un matrimonio lastimado existe ágape, al menos por parte de uno de los dos, dejando a un lado el egoísmo el matrimonio seguramente puede llegar a ser restaurado. Aún en los buenos matrimonios el amor ágape siempre será de bendición en la vida conyugal.

Bendiciones y saludos.