EL REINO DE DIOS

La idea del Reino de Dios se encuentra predominantemente en el Nuevo Testamento, específicamente en los evangelios. El «Reino de Dios» es un término usado indistintamente con el de «Reino de los Cielos». En el Evangelio según Mateo, se utiliza esta última, mientras que en Lucas, Marcos y Juan se utiliza «Reino de Dios». La explicación habitual es que el evangelio de Mateo está destinado a los judíos, quienes prefieren evitar el uso directo del nombre de Dios. Marcos y Lucas están dirigidos a una audiencia más general y menos familiarizada con el término.

Los evangelios describen a Jesús proclamando el Reino de Dios como algo que ya está cerca, que está llegando en el presente, no como una realidad futura. Las actividades reportadas de Jesús, al sanar enfermedades, expulsar demonios, enseñar una nueva ética de vida y ofrecer una nueva esperanza en Dios al más pobre, se entienden como una demostración que el Reino está en acción. La llegada del Mesías es un aspecto de este Reino: el Rey había llegado para representar Su Reino. Por su vida sin pecado, sus milagros estaba mostrando como era el Reino.

«El Reino de Dios» es un genitivo, el cual nos indica que es Dios mismo desde un punto de vista concreto, su actuación en este mundo y en nuestra historia., y que la esperada acción de Dios en este mundo está ya y ha estado presente en la historia.

Jesús dio mucha importancia a este tema, como se puede ver en la oración del Padre Nuestro, donde es el segundo asunto más importante en esa oración.
El Reino de Dios también se refiere al cambio de corazón o mente, dando énfasis a la naturaleza espiritual de su Reino al decir «El Reino de los Cielos está dentro vuestro». Esta frase puede también traducirse, sin embargo, «el reino de los cielos está en medio de vosotros.»
La manifestación presente del Reino fue expresada por Jesús como evidencia provisional de una realidad más amplia en un futuro inminente.

La iglesia tiene como tarea, proclamar el reino: Jesús viene a Galilea después que Juan fue encarcelado, predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo «El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado, arrepentíos y creed en el evangelio.

Proclamar el reino de Dios, es proclamar el Evangelio.

A.G Josué González M.

Iglesia Nacional Presbiteriana Berith. Boletín “Buen Óleo“

Comparte con tus amigos