Iglesia Nacional Presbiteriana
La historia de Ana nos enseña que la espera, aunque dolorosa, puede ser un proceso de transformación profunda. A través de su paciencia, gratitud y dedicación, Ana confió en el plan de Dios, perseveró en la oración y experimentó esa paz que sobrepasa todo entendimiento, incluso antes de ver respuestas concretas. Su ejemplo nos anima a mantener la fe y la gratitud en medio de las dificultades, recordando que Dios puede usar nuestras pruebas para un propósito mayor.
El evangelio no es solo para que los incrédulos puedan llegar a Cristo, sino que es para toda la vida, llevándonos a obedecer y caminar en santidad, en dependencia del Espíritu Santo. Necesitamos, entonces, definir claramente el evangelio, si queremos entender su centralidad e impacto en nuestra vida. La proclamación nos ayudará a conocer mejor este evangelio que amamos y predicamos, y cómo se aplica en nuestra vida diaria.
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Dios mediante la reunión se llevará a cabo presencial y en línea, las esperamos