La Revelación de Dios
Texto: Salmo 19:1-14
Introducción
En mes de julio hemos estado predicando el libro de Filipenses, y llegamos hasta el capítulo dos y vamos hacer una pausa durante un mes y en este mes de agosto vamos abordar temas relacionadas al mes de la Biblia y después continuaremos el libro de Filipenses.
En esta mañana (tarde) vamos a estudiar el salmo 19. Nuestro propósito es conocer que, en el pasaje, la revelación de Dios es una realidad. El salmista de una manera elocuente nos expone la realidad de la revelación de Dios. Lo anterior es de suma importancia para el pueblo de Dios, ya que Él revela su poder, su gloria, su majestad y también revela su ley; sus pensamientos que confortan el alma de su pueblo.
Para abordar el asunto, en primera instancia expondré las circunstancias del pasaje; en segundo lugar, desglosaremos el pasaje en turno y conoceremos que la unidad de sentido, nos presenta dos aspectos de la revelación de Dios. Cada una de ellas proclama un aspecto de nuestro Dios, a saber: la gloria de nuestro Dios es anunciada, proclamada en su creación y su pensamiento es proclamado en su ley. Sin más introducción reflexionemos en el pasaje.
Las circunstancias del pasaje
Una de las circunstancias que debemos considerar, tiene que ver con el mismo pasaje. En primera instancia debemos afirmar que el salmo es una sola composición. Lo anterior se debe, a la mención que hacen algunos críticos de la Palabra de Dios, al afirmar que el salmo no es una unidad en sí. Los modernistas dicen que en el salmo hay un cambio radical de temas. Habla de la creación en la primera parte (1-6); en segunda parte acerca de la ley de Dios (7-14). También mencionan que hay un cambio de estilos en ambas partes; por si fueran poco dicen que en la primera parte se menciona el nombre Él y en la segunda parte se menciona el nombre JEHOVÁ. Según estos argumentos, dicen los modernistas, es suficiente para afirmar que el salmo no presenta una unidad en su tema.
Otros estudiosos proponen una explicación genética: es decir, ellos exponen que el salmo 19 fue un salmo primitivo que un autor corrigió y completo. El salmo primitivo -dicen ellos-únicamente hablaba del mensaje de la naturaleza; el autor posterior corrigió la idea e injerto el párrafo que habla de la ley de Dios. Para ellos, el salmo actual, es el resultado de dos etapas diversas de su composición, de tal manera que su énfasis en el salmo, son las correcciones significantes que se realizaron.
Menciono lo anterior, únicamente para puntualizar que todavía hay algunos en nuestro tiempo, que tratan a la Biblia como un cadáver. Es decir, ellos, no creen en la doctrina de la inspiración de la Palabra de Dios. Los pensamientos antes mocionados, dan por sentado, que existe una autoridad mayor, (sea razón, sentimientos, la historia, lo social) para verificar, corregir y rectificar la Palabra de Dios. No cabe la menor duda que la razón, la historia, y lo social, son útiles para nuestro estudio de la Biblia, pero debemos afirmar que estos no están por encima de la Biblia. La Palabra de Dios es la máxima autoridad, es nuestra norma de fe y de conducta. La Biblia es la Palabra de Dios.
Contra los argumentos anteriores, se puede mencionar que el cambio de estilo une muy bien al cabio de tema; la creación y la ley de Dios conviven armónicamente en nuestra realidad. Eso es la gracia de este salmo. La propuesta genética no presenta mucha relevancia, ya que el Espíritu Santo, obro de tal manera que el escritor original plasmo correctamente los pensamientos de Dios. Él Espíritu de Dios, cuido y cargo al escritor del Salmo para librarlo de las dificultades. El autor de este salmo es sin duda el Espíritu Santo, quien nos revela en lenguaje humano la verdad de la revelación de Dios.
La revelación de Dios
El tema fundamental de la revelación de Dios, es el hilo conductor en este salmo en particular. Que nuestro Dios dejo plasmado dicho salmo en nuestro lenguaje es una forma de proclamar que Dios habla. Ahora es importante mencionar que el salmo 19 pertenece al género de himnos, dentro de la clasificación de los salmos. Una buena lectura apropiada, nos permite observar que el salmo se divide en dos partes. La primera parte del salmo lo encontramos desde los versículos 1-6; en este párrafo encontramos el primer aspecto Revelación de Dios, el cual tiene que ver con la creación. La segunda parte del salmo es del versículo 7-14; aquí podemos encontrar el segundo aspecto de la Revelación de Dios, el cual tiene que ver con la ley de Dios. Es importante agregar, que los dos párrafos antes mencionados, también se pueden dividir en dos partes, la cual mencionaremos a su debido tiempo.
Debido a lo anterior, puedo afirmar que el Salmo 19 da por sentado la doctrina de la revelación de Dios. Dicha doctrina está presente en todo el salmo, a tal punto nos permite realizar la siguiente afirmación: “La revelación de Dios es una” y el salmo 19 nos revela dos aspectos de la revelación de Dios. No son contradicciones, más bien, son complementarias. En la teología sistemática de Luis Berkhof se le nombra como “Revelación general” y “Revelación Especial”. La revelación General, está en la creación, en la historia, en las obras de Dios. Por otro lado, la Revelación Especial está en la Biblia, es su Palabra. Las Escrituras, la Revelación Especial, nos proporcionan la perspectiva, la visión para ver la revelación general; de hecho, no podemos entender correctamente ésta sin un profundo conocimiento de aquella. Al mismo tiempo, también podemos decir que la Revelación General es el contexto de la Revelación General.
Es importante tener en cuenta que la palabra revelación es una traducción de otro vocablo que viene del griego, que quiere decir, apocalipsis. Su significado es “quitar el velo”, “descubrirse”, “dejarse ver”, etc. Entonces, Dios en su revelación, “se deja ver”, se descubre, se da conocer, y no solo así mismo también nos revela su pensamiento. La revelación nos revela el poder, la sabiduría, la omnipotencia de Dios; la revelación especial nos revela su pensamiento y le conocemos por medio de su Palabra. El salmista presenta el primer aspecto de la siguiente manera:
“Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol; Y éste, como esposo que sale de su tálamo, Se alegra cual gigante para correr el camino. De un extremo de los cielos es su salida. Y su curso hasta el término de ellos; Y nada hay que se esconda de su calor”.
Salmo 19:1-6
Lo primero con lo que voy a iniciar, es con el nombre de Dios que se menciona en este párrafo. En el texto hebreo en nombre de Dios que se menciona es EL. Dicho nombre, significa el primero en rango, el supremo, el más alto, el superior. El nombre de Dios, que en esta primera aparece, nos hace pensar en su trascendencia. Es decir, Él está por encima de su Creación, Dios es el supremo, el más alto, puesto que Él creo los cielos y la tierra. La idea de creación está implícita en este salmo. Pero el salmista nos presenta la creación de Dios, como el primer aspecto de su Revelación. La forma, en que el salmista, usa el lenguaje en la primera parte del párrafo, se le conoce como un paralelismo.
“Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría”.
v. 1,2
En este paralelismo la palabra que más se repite es revelar. Los sinónimos que nos presenta nuestra traducción son: contar, anunciar, emitir palabra, declara sabiduría. Básicamente el texto deja bien claro que la creación de Dios revela su sabiduría, su poder, su bondad, y de esta manera no hay ninguna criatura, por pequeña que sea, que no admire al creador en ellos. Nuestro Dios dejo-por decirlo de alguna manera-plasmada su huella en su creación. Dios estableció leyes en su creación, y el ser humano puede descubrir esas leyes en la creación de Dios. La creación misma, en este sentido, nos proporciona conocimiento de Dios. La creación señala a su creador; el diseño de la creación, nos comunica al diseñador. Dios estableció ordenanzas en su creación y las mismas siguen vigentes hasta nuestro tiempo. El eco de esta parte lo encontramos en Ro. 1:20, que dice de la siguiente manera: “porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tiene excusa”. La gloria de Dios es proclamada en su creación, es decir la suma de sus perfecciones.
Después el salmista nos dice lo siguiente: “No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras”. El salmista nos dice que la predicación de la creación no es mediante la Palabra. Sin embrago, su lenguaje es muy claro, debido a la belleza y maravilla de la creación. Esta forma lenguaje, tiene un sonido tan alto que llega hasta los limites del orbe. Apreciamos una hermosa paradoja en la forma que el salmista comunica esta verdad.
Acto seguido, el salmista nos presenta en esta segunda parte del primer párrafo, un ejemplo maravilloso del orden y la alabanza de la creación misma. La Biblia dice “En ellos puso tabernáculo para el sol: Y éste, como esposo que sale de su tálamo, Se alegra cual gigante para correr el camino. De un extremo de los cielos es su salida, Y su curso hasta el término de ellos; Y nada hay que se esconda de su calor”. El sol que es un cuerpo celeste creado por Dios, funciona aquí para ilustrar el poder y la maravillosa sabiduría del nuestro Hacedor. Pero también se puede apreciar que hay un orden establecido por Dios en su creación. Nuestro Dios es un Dios de orden y lo plasma en su creación. Al mismo tiempo se puede percibir que la creación señala la providencia de Dios; algunos dirán “los hábitos de Dios” en su creación.
Por lo tanto, la revelación general de Dios, es revelación sin palabras. La creación revela al hombre la gloria de Dios. En este caso particular, el cielo que es parte de la creación de Dios, presenta orden y alabanza. El orden se puede mirar como hecho antológico, la alabanza como interpretación del lenguaje. La creación interpela al hombre a la alabanza y a la obediencia, así como el cielo a alaba y el sol obedece, así debe proceder el hombre que es parte de la creación de Dios. El hombre podría y debería abrirse al lenguaje de la creación, pero la verdad, es que el hombre caído en su pecado no puede y siempre falla. Por tal motivo Dios hace Palabra su voluntad.
El segundo aspecto de la Revelación de Dios, tiene que ver con su Ley, la Biblia dice: “La Ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y deseables más que miel, y que la que destila del panal. Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón. ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré integro, y estaré limpio de gran rebelión. Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío”.
Al igual que el anterior párrafo, en esta segunda parte, inicio mencionando el nombre de Dios que el salmista utiliza para escribir acerca de la revelación de Dios. En el texto hebreo el nombre que aparece es “YHWH”, que en nuestra versión se traduce como “Jehová”. Este nombre que el Salmista utiliza para hablar de la ley es muy significativo. En la Biblia es tratado como un nombre muy importante. En la Biblia encontramos que es el nombre principal de Dios. El nombre como tal comunica una relación. Por lo tanto, los nombres no son únicamente para referirse a una persona, también son para relacionarse con esa persona. El nombre Jehová señala una relación especial entre Dios y su pueblo, donde también implica un compromiso de Dios. Entonces este nombre describe a Dios como el Dios cuya gracia dura por la eternidad.
El pacto que Dios estable con su pueblo, únicamente lo podemos conocer por su Revelación Especial. Esta es la razón de la mención que el salmista hace en este salmo del nombre de Dios el dice: “La ley de Jehová es perfecta”. La instrucción (tora) es del Dios del pacto, Él hace Palabra su voluntad, y ella es la revelación especial de Dios. Solamente en su instrucción, es que podemos verdaderamente conocer a Dios, solamente en su revelación especial, Dios, nos revela su pensamiento acerca del hombre, de Cristo, de la iglesia, de la historia, etc. En su ley hay salvación para su pueblo. La Ley es la Palabra de Dios. Cuando mencionamos la palabra ley, no estoy pensando en una serie objetiva de mandatos y prohibiciones. la Palabra en hebreo es TORA, y significa instrucción de Dios. La palabra evoca una comunicación. La palabra evoca una comunicación bien articulada de una voluntad amorosa y solicita. Aquí está la razón de los hermosos paralelismos que el salmista utiliza para hablar de la revelación especial de Dios, la Biblia lo dice así:
Sujeto | Atributo | Efecto |
La ley de Jehová | es perfecta | que convierte el alma |
El testimonio de Jehová | es fiel | que hace sabio al sencillo |
Los mandamientos de Jehová | son rectos | que alegran el corazón |
El precepto de Jehová | es puro | que alumbra los ojos |
El temor de Jehová | es limpio | que permanece para siempre |
Los juicios de Jehová | son verdad | todos justos |
Cada una de las oraciones comunica una verdad de la revelación especial de Dios. Pero hay que señalar que el conjunto de los sujetos, en estas oraciones no hallamos simples sinónimos, sino términos que expresan algún aspecto de la naturaleza de la Palabra de Dios. La ley de Dios es instrucción, es también testimonio del carácter justo de Dios en el que la instrucción tiene su origen. El conjunto de los atributos que se mencionan en las oraciones debe ser examinados con detenimiento. La ley de Dios es perfecta; la del ser humano no lo es. Su testimonio es fiel, el verdadera, tanto sus promesas, como sus juicios. Es recta, sin desviaciones de ningún tipo y así podemos continuar. Los efectos que produce la Palabra, son una verdadera realidad en el pueblo de Dios. Convierte el alma, nos hace sabios, alegra el corazón, alumbra nuestros ojos, etc. La Palabra de Dios tiene poder para salvar a su pueblo.
Pero el salmista menciona en la segunda parte de este párrafo un ejemplo del poder de la Revelación especial, La Biblia dice: “Tu siervo es además amonestado con ellos; El guardarlos hay grande galardón. ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré integro, y estaré limpio de gran rebelión. Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío”.
La Palabra de Dios, corrige y rectifica al siervo de Dios. El siervo es orientado y corregido para vivir adecuadamente en este mundo, por la revelación especial de Dios. El impacto de la ley de Dios cambia, preserva, libra, limpia a su hijo de la rebelión. Lo hace clamar y pedir que su conciencia este lleno de los pensamientos de Dios, en otras palabras, vive la verdadera piedad. Solamente por su revelación especial conocemos a Dios y nos conocemos a nosotros mismos. El salmo 19 nos deja claro la importancia de la doctrina de la revelación de Dios.
Pbro. Pedro Arcos Sánchez — domingo 4 de agosto, 2019