Enfermedad en la perspectiva bíblica

La enfermedad y la muerte han marcado indeleblemente la experiencia humana desde el Edén.

Al principio, no había parásitos rebeldes ni gérmenes dañinos, todo era «muy bueno» (Génesis 1:31).

Entonces todo cambió cuando el pecado entró en el mundo y «por el pecado la muerte»,

Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Romanos 5:12

y la creación misma «fue sujetada a vanidad»

Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; Romanos 8:20

Aunque el Antiguo Testamento no explica este punto, las realidades de estar enfermo y la enfermedad son parte de las «espinos y cardos» de la maldición de la creación mencionada en Génesis 3:18, 19

Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás
Génesis 3:18,19

Sin pecado, los seres humanos no experimentarían ni la muerte ni la enfermedad, la cual es lo que podríamos llamar un «preludio a la muerte».

El Antiguo Testamento…

enfatiza que solo Jehová tiene la máxima autoridad para «herir» y «sanar»
En Deuteronomio 32:39 leemos

Ved ahora que yo, yo soy, Y no hay dioses conmigo; Yo hago morir, y yo hago vivir; Yo hiero, y yo sano; Y no hay quien pueda librar de mi mano.Deuteronomio 32:39

En Job 5:18

Porque él es quien hace la llaga, y él la vendará; El hiere, y sus manos curan.Job 5:18

Jehová ataca a Egipto con varias «enfermedades» pero promete sanar y proteger a su pueblo si escuchan su voz:

En Éxodo 15:26 leemos

y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.Éxodo 15:26

Y vemos en Deuteronomio:

Y quitará Jehová de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecierenDeuteronomio 7:15

Si examinamos con detalle los pasajes completos que acabo de mencionar esas promesas están condicionadas -por decirlo de esa manera- a una cosa: obediencia a Dios.

Las Escrituras no siempre relacionan la enfermedad con transgresiones personales o colectivas específicas. Es decir, no es algo que funciona como causa-efecto.

Así hay muchos ejemplos, que por ahora no voy a mencionar.

Sin embargo, las Escrituras no siempre relacionan la enfermedad con transgresiones personales o colectivas específicas. Es decir, no es algo que funciona como causa-efecto.

En el Nuevo Testamento…

Jesús corrige el «limpio y ordenado» razonamiento de causa y efecto de sus discípulos, que vincula los sufrimientos físicos con los pecados personales.

Vemos en en evangelio de Lucas

En este mismo tiempo estaban allí algunos que le contaban acerca de los galileos cuya sangre Pilato había mezclado con los sacrificios de ellos. 2 Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Pensáis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los galileos? 3 Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. 4 O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén? 5 Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.Lucas 3:1-5

y en el evangelio de Juan

9 Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. 2 Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? 3 Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.Juan 9:1-3
Entonces no es correcto ese razonamiento causa-efecto.

Los profetas también anticipan el día en que Jehová reunirá a su pueblo disperso y afligido para curar sus heridas y sanarlas, no solo de sus aflicciones físicas sino de «su apostasía» (Oseas 14: 4; cf. Isa. 30:26 ; Jer. 30:17; 33: 6).

El flagelo del sufrimiento y la esperanza de la restauración mueven al pueblo de Dios a escuchar el llamado de Oseas:

Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará.Oseas 6:1

Jesús declara en Lucas 19:10

Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

Muestra compasión por los acosados e indefensos:
Dice en Mateo 9:36

Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.

y cura a los enfermos y a los oprimidos:
dice en Hechos 10:38

cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Las curaciones de Cristo autentican su ministerio como verdaderamente de Dios…

señalan el amanecer de la era de la restauración y también apuntan a la curación más profunda que logra mediante su muerte expiatoria por los pecados.
En 1 Pedro 2:24

quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

Mateo 8: 16–17

Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

Así, las Escrituras no presentan la enfermedad como moralmente neutral o «indiferente» como los filósofos. Más bien, las enfermedades y otras causas de dolor y sufrimiento son parte de este mundo roto infectado con pecado, y estos terrores no tienen lugar en la nueva creación, cuando Dios hará retroceder la maldición, limpiará cada lágrima y hará que todo sea nuevo

Para reflexionar en casa

Isaias 25:8

Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho.

Que esta esperanza nos acompañe y haga crecer día a día nuestra confianza en el Dios que adoramos.

Saulo Murguia – 14 abril de 2020


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