Y los muros caerán

CDMX, viernes 10 de julio de 2020

Texto bíblico: Josué 6:12-24

Transcripción:

 Jericó, estaba localizada estratégicamente, teniendo un gran oasis en una región donde el agua era preciosa y controlaba los caminos principales hacia el interior de la tierra de Canaán.

La ciudad amurallada de Jericó estaba cerrada, nadie entraba o salía, por causa de los hijos de Israel. Los israelitas habían obedecido las ordenes de Dios dadas a Josué, se habían santificado y estaban listos para la batalla. Dios le dio instrucciones precisas a Josué de lo que debían hacer. Dios ya había entregado la ciudad y todo lo que en ella había en manos de Josué y del pueblo de Israel. Solo debían tener fe en que Dios estaba con ellos, obedecer todos lo que Él había mandado y los muros caerían.

En los versículos 12 al 14 dice:

12. Y Josué se levantó de mañana, y los sacerdotes tomaron el arca de Jehová.

13. Y los siete sacerdotes, llevando las siete bocinas de cuerno de carnero, fueron delante del arca de Jehová, andando siempre y tocando las bocinas; y los hombres armados iban delante de ellos, y la retaguardia iba tras el arca de Jehová, mientras las bocinas tocaban continuamente.

14. Así dieron otra vuelta a la ciudad el segundo día, y volvieron al campamento; y de esta manera hicieron durante seis días.

Los habitantes de Jericó sabían que los Israelitas estaban por atacar la ciudad, por eso la ciudad estaba cerrada. estaban en alerta, ellos observaron desde el muro aterrorizados al ejército Israelita acercarse, prepararse y avanzar para atacarlos, los soldados y habitantes de la ciudad corrieron al muro por donde se acercaba el enemigo para defenderlo y a proteger la puerta, pero para su sorpresa avanzaban y rodearon, corrieron a defender al otro lado, pero no atacaron, solo tocaban sus bocinas continuamente, después de rodear toda la ciudad se retiraron. Esto sucedió por seis días.  Se pensaría que solo marchar alrededor una ciudad amurallada en silencio no tiene mucho sentido si se trata de conquistarla, pero esas fueron las ordenes que Dios dio a Josué y el pueblo debía seguirlas estrictamente.

En los versículos 15 y 16 dice:

15. Al séptimo día se levantaron al despuntar el alba, y dieron vuelta a la ciudad de la misma manera siete veces; solamente este día dieron vuelta alrededor de ella siete veces.

16. Y cuando los sacerdotes tocaron las bocinas la séptima vez, Josué dijo al pueblo: Gritad, porque Jehová os ha entregado la ciudad.

Los habitantes de Jericó después alarmarse y de correr los primeros días, pensaron ya vienen otra vez a dar su vuelta a la ciudad, pero este día observaron que daban más vueltas, tal vez pensaron estos israelitas están locos, en vez de atacar solo dan vueltas y vueltas. El séptimo día seria sábado, el día de reposo, santo para el señor, pero fueron las instrucciones dadas por Dios y debían obedecer, tener fe en que Dios estaba con ellos. Ese día Dios lo escogió.

Hermanos cuando nos enfrentemos a situaciones o problemas que nos angustian, en las que sentimos que no podemos más, oremos a Dios confiemos en Él, tengamos fe.

En Romanos 8:31 dice:

¿Qué diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿Quién contra nosotros?

Hermanos, sabemos que Dios está a nuestro lado, confiemos y pidamos su dirección en todo.

En los versículos 20 y 21 dice:

20. Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron.

21. Y destruyeron a filo de espada todo lo que en la ciudad había; hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas, y los asnos.

El pueblo de Israel recibió la orden de gritar porque Dios ha entregado la ciudad, después de tantos días de guardar silencio, gritaron con fe confiando en Dios y al estar gritando vieron el poder de Dios. El muro se derrumbó, El ejército de Jericó y los habitantes no pudieron hacer nada porque Dios peleo la batalla.

Hermanos, igual que los Israelitas debemos tener fe en que Dios nos acompaña y nos libra de todo mal, por medio de la gracia que es nuestro señor Jesucristo, como dice en 2ª Timoteo 1:9

Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras propias obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos

En los versículos 23 al 25 del pasaje dice:

23. Y los espías entraron y sacaron a Rahab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y todo lo que era suyo; y también sacaron a toda su parentela, y los pusieron fuera del campamento de Israel.

24. Y consumieron con fuego la ciudad, y todo lo que en ella había; solamente pusieron en el tesoro de la casa de Jehová la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro. 

25. Mas Josué salvó la vida a Rahab la ramera, y a la casa de su padre, y a todo lo que ella tenía; y habitó ella entre los israelitas hasta hoy, por cuanto escondió a los mensajeros que Josué había enviado a reconocer a Jericó.

Todos los habitantes de Jericó habían escuchado las maravillas que Jehová había hecho, pero Rahab creyó, tuvo fe, confió y se salvó con toda su familia, todos los demás que escucharon de las maravillas hechas por Dios y no creyeron perecieron y fueron destruidos junto con la ciudad. 

Hermanos los muros de Jericó cayeron por fe y por la gracia de Dios. Josué y el pueblo de Israel tuvieron fe, obedecieron lo que Dios había mandado, al rodear la ciudad con valor en silencio, no importando que el enemigo los pudiera atacar, persistieron marchando alrededor de la ciudad sin un propósito aparente, confiaron en Dios y no en las armas que llevaban.

Hermanos Dios ha hecho maravillas, lo podemos leer en su palabra. También podemos dar testimonio de lo que ha hecho en nuestras vidas, tengamos fe en que Dios está con nosotros, obedezcamos sus mandamientos, persistamos con valor en nuestra fe y los muros caerán.

A. I. Nelson Daniel Miranda Giles.

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