Y el sol se detuvo

CDMX, viernes 4 de septiembre de 2020

El libro de Josué es un libro histórico, Dios demuestra su fidelidad al cumplir su promesa de darle una tierra a Abraham y a sus descendientes. Lo único que ellos tenían que hacer era entrar a poseerla, aquí conocemos como el pueblo de Israel conquista la tierra prometida bajo el liderato de Josué. Dios trajo al pueblo de Israel desde la esclavitud en Egipto, hasta esta tierra que fluye leche y miel.

Hasta ahora en los capítulos del 1 al 9, hemos visto como Dios dio instrucciones a Josué, para que el pueblo de Israel cruzara el rio Jordán en seco, como cayeron las murallas de Jericó. A pesar de estas maravillas el pueblo cayo en el pecado de la desobediencia y falta de confianza en Dios, también como fue la emboscada para tomar la ciudad de Hai y como fueron engañados por los Gabaonitas para hacer una alianza que Dios no aprobaba.

El día de hoy llegamos al capítulo 10 de Josué. En este capítulo encontramos que cinco reyes se unieron para hacer la guerra contra Gabaón.

En los versículos del 1 al 5 dice:

1 Cuando Adonisedec rey de Jerusalén oyó que Josué había tomado a Hai, y que la había asolado (como había hecho a Jericó y a su rey, así hizo a Hai y a su rey), y que los moradores de Gabaón habían hecho paz con los israelitas, y que estaban entre ellos,

2 tuvo gran temor; porque Gabaón era una gran ciudad, como una de las ciudades reales, y mayor que Hai, y todos sus hombres eran fuertes. 3.- Por lo cual Adonisedec rey de Jerusalén envió a Hoham rey de Hebrón, a Piream rey de Jarmut, a Jafía rey de Laquis y a Debir rey de Eglón, diciendo:

4 “Subid a mí y ayudadme, y combatamos a Gabaón; porque ha hecho paz con Josué y con los hijos de Israel.”

5 Y cinco reyes de los amorreos, el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis y el rey de Eglón, se juntaron y subieron, ellos con todos sus ejércitos, y acamparon cerca de Gabaón, y pelearon contra ella.

Los reyes amorreos se atemorizaron en gran manera, las noticias de que el Dios de Israel peleaba por ellos y los Gabaonitas habían hecho un acuerdo de paz con Israel. Estaban asustados, no se atrevieron a atacar a los israelitas directamente en el valle de Gilgal, por lo que decidieron mejor atacar a sus vasallos los Gabaonitas. Los reyes del Sur de Canaán se prepararon para dar un ataque mortal a Gabaón.

En los versículos 6 y 7 dice:

6 Entonces los moradores de Gabaón enviaron a decir a Josué al campamento en Gilgal: “No niegues ayuda a tus siervos; sube prontamente a nosotros para defendernos y ayudarnos; porque todos los reyes de los amorreos que habitan en las montañas se han unido contra nosotros.”

7 Y subió Josué de Gilgal, él y todo el pueblo de guerra con él, y todos los hombres valientes.

Los Gabaonitas al verse sitiados pidieron ayuda a Josué, aunque eran fuertes los gabaonitas, buscaron y pidieron ayuda al pueblo de Israel como sus ayudantes y protectores. Ellos no fueron muy orgullosos para pedir ayuda. Josué y el pueblo de guerra acudieron al llamado de auxilio de Gabaón.

Hermanos, cuando nos encontramos angustiados o en situaciones difíciles, no confiemos en nuestras propias fuerzas, recordemos que tenemos a quien acudir.

El Apóstol Pablo en 2ª Corintios 4: 8 al 10 dice:

8 que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados;
9 perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos;
10 llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.

Oremos a nuestro Dios por medio de la gracia que es en Cristo Jesús, confesando nuestras deficiencias, debilidades, pidamos protección. Creamos en su palabra y no dudemos que el estará a nuestro lado en todo momento.

En los versículos 8 y 9 dice:

8 Y Jehová dijo a Josué: “No tengas temor de ellos; porque yo los he entregado en tu mano, y ninguno de ellos prevalecerá delante de ti.”

9 Y Josué vino a ellos de repente, habiendo subido toda la noche desde Gilgal.

Dios le dice a Josué, voy estar a tu lado y le da este mandato, ve y pelea. Además, le dice que nada le pueden hacer los enemigos, están en sus manos, ya están derrotados, Dios va a pelear por ellos y no deben tener miedo. Josué tuvo fe, confió en que Dios los acompañaría a la batalla. Es una promesa de victoria.

Hermanos, creamos en la palabra de Dios, Él dice que está con nosotros, a nuestro lado, no tengamos miedo ni nos angustiemos.

En el libro de Hebreos 13: 6 dice:

6 de manera que podemos decir confiadamente:
    El Señor es mi ayudador; no temeré
    Lo que me pueda hacer el hombre
.

Los Israelitas marchan toda la noche, para recorrer apresuradamente los 65 kilómetros de distancia hasta Gabaón y atacaron sorpresivamente al enemigo por la retaguardia.

En los versículos 10 y 11 dice:

10 Y Jehová los llenó de consternación delante de Israel, y los hirió con gran mortandad en Gabaón; y los siguió por el camino que sube a Bet-horón, y los hirió hasta Azeca y Maceda.

11 Y mientras iban huyendo de los israelitas, a la bajada de Bet-horón, Jehová arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca, y murieron; y fueron más los que murieron por las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel mataron a espada.

El ataque repentino tomó a los amorreos por sorpresa. Los enemigos huyeron en completo desorden, en desbandada y mientras iban huyendo, Dios envió contra ellos una tormenta con piedras de granizo. Fue una victoria contundente.

En los versículos 12 al 14 dice:

12 Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: “Sol, detente en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ajalón.”

13 Y el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está escrito esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero.

14 Y no hubo día como aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido Jehová a la voz de un hombre; porque Jehová peleaba por Israel.

Josué oro a Jehová pidiendo que el sol y la luna se detuvieran hasta que acabaran con el enemigo. Y el sol y la luna se detuvieron ante la palabra de Josué. Ese día Josué quería tener más luz del día para poder luchar y no dar reposo a los enemigos. No hubo otro día como ese ni antes ni después, Jehová escucho la oración de Josué y peleo por Israel como lo había prometido. Josué tuvo gran fe y confió, el poder de Dios que le responde deteniendo milagrosamente el sol, para que el día de la victoria de Israel sea más largo. Josué actuó en esta ocasión por fe y el impulso del Espíritu de Dios en su mente. 

En el libro de Hebreos 11: 1 al 3 dice:

1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.
3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

Hermanos, Dios es el mismo, ayer, hoy y mañana, podemos ver, y sentir su fidelidad en sus promesas, sus pactos, su palabra es verdadera. También su santidad es manifestada en sus juicios contra los malos y las maravillas que hizo al detener el sol y la luna casi un día.

En el evangelio de Sn Marcos 10: 27 el señor Jesús nos dice:

27.- Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, más para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.

Hermanos, tengamos fe como Josué, creamos en que sus promesas y su palabra son verdaderas, oremos a nuestro Dios por medio de la gracia que es en Cristo Jesús, sabiendo que para Dios todas las cosas son posibles.

A. I. Nelson Daniel Miranda Giles

Comparte con tus amigos