Cada día te bendeciré – Parte 2

Meditación sobre Salmo 145:10-21 por el A.I. Saulo Murguia

Transcripción

En la primera parte del Salmo 145, vimos la grandeza y la bondad de Dios, el mejor y más grande de los seres.
En esta segunda parte, de los versículos 10-21, se nos enseña a darle la gloria de su reino.
Hoy revisaremos versículo por versículo de esta segunda parte.

Veamos:

1 ¿Quiénes deben alabarle? (v. 10)
"Te alaben, oh Jehová, todas tus obras,
Y tus santos te bendigan."

Todas las obras de Dios lo alabarán
Todo lo creado por Dios tiene algo por lo cual dar alabanza a Dios, y lo alaba de acuerdo su capacidad.

Todos tus santos
Los suyos (sus santos) lo bendicen, no solo porque tienen bendiciones especiales por parte de Él -que otras criaturas no tienen- sino porque lo alaban activamente, mientras que sus otras criaturas lo alaban solo de manera pasiva.

Todas las obras de Dios lo alaban, así como una hermosa obra de arte pictórico alaba al artista, al pintor; pero sus santos- los suyos- bendicen a Dios – además- en forma activa, usando su boca.

De todo lo creado Dios, los suyos -sus santos-, la obra de su gracia, las primicias de sus criaturas, tienen más motivos para bendecirlo y lo hacen ¿como lo hacen?

2 Hablando del reino de Dios. (v. 11)
"La gloria de tu reino digan,
Y hablen de tu poder,"

Excelente tema de conversación para una mente santa.
Los que bendicen a Dios de corazón se regocijan al verlo coronado, glorificado y magnificado en poder.

Ningún tema es más provechoso para la llevarnos a la humildad, la obediencia, la esperanza y el gozo que el del poder reinante de nuestro Dios.

Todo el universo está lleno de la gloria de Dios: de ella nos encanta hablar.

Hablamos del poder de Dios para crear o destruir, bendecir o castigar, fortalecer o aplastar, ese es un tema que entre sus santos ‘el pueblo de Dios’ se menciona frecuentemente.

Todo el poder viene de Dios. Sin él, las leyes de la naturaleza serían inoperantes.
Su poder es la única fuente de fuerza: mecánica, vital, mental, espiritual.

Acostumbrémonos a pensar más profundamente y hablar más ampliamente de este poder.

Ahora,

¿Por qué se ha de dar esta alabanza?
2. 1 ¿Qué cosas de su reino son motivo de alabanza?

La respuesta es:
La magnificencia de Su reino
La permanencia de Su reino
La bondad de Su reino

El salmista o dice de al siguiente manera:

2.1.1 La magnificencia de su reino. (v. 12)
"Para hacer saber a los hijos de los hombres sus poderosos hechos,
Y la gloria de la magnificencia de su reino."

Como Dios ha puesto su trono en los cielos, y es alto y elevado, la majestuosidad y pompa de los reyes de la tierra en toda la historia humana, comparados con la gloriosa majestad del reino de Dios, palidecerían como luciérnagas ante el sol.

Por eso, demos a conocer sus poderosos hechos, para que los hijos de los hombres sean invitados a entregarse voluntariamente y ponerse bajo la protección de nuestro poderoso Dios.

Esto debería estar presente en nuestra mente y sorprendernos cada vez que nos acercamos a Dios.

2.1.2 La permanencia de su reino (v. 13)
"Tu reino es reino de todos los siglos,
Y tu señorío en todas las generaciones."

Cuando hablamos de la gloria del reino de Dios, hablamos de su poder, la grandeza de su poder en su alcance y en su eficacia. Dios, por su poder, puede hacer cualquier cosa y hace todo lo que quiere y agrada (v. 11)
Pero también de su perpetuidad.
Los tronos de los príncipes terrenales se tambalean.

Todas las monarquías llegan eventualmente a su fin, pero,
-dice el salmista- Señor, tu reino es reino eterno.
Dios gobernará el mundo hasta el fin de los tiempos, cuando el Mediador – Cristo Jesús, a quien ahora se le ha confiado la administración de su reino, lo entregue a Dios, el Padre, para que sea todo en todos por la eternidad.

Su dominio perdura por todas las generaciones, porque él mismo es eterno, y sus consejos son inmutables. Toda oposición será abatida.

2.1.3 La bondad de su reino. (v. 14)
"Sostiene Jehová a todos los que caen,
Y levanta a todos los oprimidos."

Lea este versículo en relación con el anterior y admire el contraste inesperado: el que reina con gloriosa majestad, pero condesciende en levantar y sostener a los que están propensos a caer.
El verbo «sostener» está en presente, montrando que siempre está haciendo esto; él es Jehová que sostiene.
El Señor invierte las cosas: humilla a los sublimes y ensalza a los humildes.
en el Salmo 147:6 dice:

«Jehová exalta a los humildes, Y humilla a los impíos hasta la tierra.»Salmo 147:6

y haciendo eco de esto, en Santiago 4:6 dice:
«Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes»Santiago 4:6

Muchos están abatidos y no pueden levantar la cabeza con valor ni el corazón con consuelo; pero Dios los levanta.
Pensemos en el Creador del Universo inclinándose para levantar a los caídos. Esto es realmente sorprendente.

2.1.3.1 La bondad de Dios se manifiesta para todos (v. 15, 16)
"Los ojos de todos esperan en ti,
Y tú les das su comida a su tiempo.
Abres tu mano,
Y colmas de bendición a todo ser viviente."

Recuerdan el Salmo 136 (Porque para siempre es tu misericordia)

«El que da alimento a todo ser viviente, Porque para siempre es su misericordia.»Salmo 136:25

Todas las criaturas viven de Dios y, como al principio tenían su ser de él, de él tienen todos los soportes de su ser y de él dependen para la continuidad de él.

Los ojos de todos esperan en ti. Las criaturas inferiores en verdad no tienen el conocimiento de Dios, ni son capaces de ello, y sin embargo este verso dice que esperan en Dios, porque buscan su alimento de acuerdo con el instinto que el Dios de la naturaleza les ha puesto (y no siembran , ni cosechan, Mt 6, 26), y porque toman lo que el Creador les ha provisto, en el tiempo y en la forma que les ha señalado, y se contentan con ello.

v.17-21 – En estos versículos contemplamos a nuestro Dios en el reino de su gracia gratuita bendiciendo de manera especial a su pueblo creyente
(v.17) "Justo es Jehová en todos sus caminos,
Y misericordioso en todas sus obras."

Tanto sus caminos como sus obras son dignos de alabanza. Jehová no puede ser injusto ni impuro. Sean cuales sean sus obras, en todo caso son justas y santas.

El Señor es justo en todos sus caminos; es santo y actúa como él mismo, con perfecta rectitud en todas sus obras.

En la salvación de su pueblo es tan justo y santo como en cualquier otro de sus caminos y obras: no ha manifestado misericordia a expensas de la justicia, sino que ha magnificado su justicia con la muerte de su Hijo.

(v.18)
"Cercano está Jehová a todos los que le invocan,
A todos los que le invocan de veras."

«A todos los que lo invocan de verdad» porque hay muchos cuyas oraciones formales y confesiones falsas nunca los llevarán a la comunión con el Señor.

Debemos ser fieles a Dios y sinceros cuando hablamos de nuestra dependencia y devoción hacia él. En todo, nuestras impresiones externas deben reflejar las expresiones internas; de lo contrario, no se realizan con la verdad.

Un Dios de verdad no puede acercarse al espíritu de hipocresía; esto lo sabe y lo odia; tampoco puede estar muy alejado de un espíritu sincero, ya que eso es obra de Dios, y Él no abandona su obra.

(v.19)
"Cumplirá el deseo de los que le temen;
Oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará."
Los que le temen. Es decir, los que reverencian su nombre y su ley.

Un corazón santo solo desea lo que un Dios santo puede dar, y por eso su deseo se llena por completo con la plenitud del Señor.

«Oirá el clamor de ellos, y los salvará».

(v.20)
"Jehová guarda a todos los que le aman,
Mas destruirá a todos los impíos."

Dios toma bajo su protección especial a quienes tienen confianza y complacencia en él (v. 20)
El Señor preserva a todos los que lo aman. Están expuestos en este mundo, pero él, al preservarlos en su integridad, los asegurará eficazmente para que ningún mal real les sobrevenga.

A todos los impíos destruirá, pero por su iniquidad se han preparado para la destrucción.
Dios preservará a su pueblo, incluso destruyendo a aquellos que le harían daño.

El Salmo 91:8 dice
«Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos.»Salmo 91:8

Por último, el salmista concluye con el propósito de dar gloria a Dios mismo:

21 "La alabanza de Jehová proclamará mi boca;
Y todos bendigan su santo nombre eternamente y para siempre."

Mientras tenga aliento para respirar, mi boca aún hablará alabanzas a Dios.

Y hace un llamado a otros para que lo hagan también: Que todos bendigan su santo nombre por los siglos de los siglos.

Dios les bendiga, y que sigan disfrutando de este hermoso día.

Saulo Murguia

Partes de esta serie Salmo 145
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