Confiando en la providencia de Dios
Meditación sobre Rut 2:1-13 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
CDMX, viernes 6 de noviembre de 2020
Noemí regreso a Belén su pueblo natal, acompañada solamente de su nuera, una Moabita llamada Rut que no pertenecía al pueblo de Israel. Después de un viaje agotador y de mucho tiempo de estar ausente, Llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada, era un buen momento para llegar a Belén. El hambre había pasado y había una buena siega.
En el versículo 1 dice:
1 Tenía Noemí un pariente de su marido, hombre rico de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz.
Noemí y Rut eran pobres, no habían traído nada salvo su persona y tenían que buscar de que vivir, para no hacerlo de la caridad de las personas. Por parte del esposo de Noemí, el fallecido Elimelec, había un pariente, uno de la familia que era rico, es decir, era un hombre poderoso económicamente, con tierras e influencia en las personas de la comunidad. Que se llamaba Booz.
En los versículos 2 y 3 dice:
2 Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía.
3 Fue, pues, y llegando, espigó en el campo en pos de los segadores; y aconteció que aquella parte del campo era de Booz, el cual era de la familia de Elimelec.
Debemos tener el espíritu de humildad de la misma forma en que Noemí y Rut lo hicieron, colocándonos en las manos de Dios. Rut no se quedó ahí auto compadeciendo, quejándose de su situación de pobreza, esperando que le llegaran las cosas o la comida. Ella le pide a Noemí su aprobación para ir a buscar espigas en los campos. Ella no sabía de quien eran los campos en los que decidió entrar a recoger espigas, pero estamos seguros de que Dios guiaba sus pasos dado que ella tenía su confianza en Él.
En Levítico 19: 9-10, mandaba a los propietarios de las cosechas ser generoso, Dios los había bendecido. Debían dejar algo de la cosecha para que los pobres las recogieran, pero también mandaba a los pobres a estar activos y trabajar, recoger las espigas para obtener su comida.
De esta manera los pobres proveerían de una manera digna el alimento para sus familias.
En los versículos 4 al 7 dice:
4 Y he aquí que Booz vino de Belén, y dijo a los segadores: Jehová sea con vosotros. Y ellos respondieron: Jehová te bendiga.
5 Y Booz dijo a su criado el mayordomo de los segadores: ¿De quién es esta joven?
6 Y el criado, mayordomo de los segadores, respondió y dijo: Es la joven moabita que volvió con Noemí de los campos de Moab;
7 y ha dicho: Te ruego que me dejes recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas. Entró, pues, y está desde por la mañana hasta ahora, sin descansar ni aun por un momento.
Booz saluda respetuosa y cordialmente a sus trabajadores, él era el dueño de esas tierras y llegó a supervisar el trabajo, al recorrer con la mirada los campos ve a una joven nueva que no había visto antes entre los que recogían espigas, por lo que le pide al encargado le informe quien es la joven que recoge espigas, atrás de los segadores. Él le explica quién es y que ella había solicitado permiso con respeto y propiedad de recoger de las espigas que habían quedado en el campo y que no había parado de trabajar desde la mañana.
Rut tenía un propósito, llevar alimento a casa. Ella no lo sabía, pero el encargado la estaba observando trabajar, él estaba impresionado con el buen trabajo que estaba realizando. Y se lo informó a Booz.
Hermanos, el Apóstol Pablo en Colosenses 3: 23 y 24 nos dice:
23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;
24 sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.
Nosotros no nos damos cuenta, pero las personas que están a nuestro alrededor observan nuestra manera de ser, nuestro trabajo. Hermanos, que seamos conocidos por que hacemos las cosas bien, porque sabemos que todo lo que hacemos es para el señor.
En los versículos 8 al 10 dice:
8 Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas.
9 Mira bien el campo que sieguen, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados.
No sabemos cómo era la apariencia de Rut, si era bonita o no, si era alta o baja. Lo que sí sabemos es que ella había estado trabajando en el sol desde la mañana y no estaría muy arreglada, pero Booz le habla amablemente y le pide que no vaya a espigar a otro lugar, que se quede cerca de sus criadas, que eran las que amarraban los tallos con el grano, nadie la va a molestar y si tiene sed, puede beber del agua que está en las vasijas sin problema alguno.
Booz después de verla en los campos y de haber investigado quien era con el mayordomo, hablo con sus trabajadores paraqué no molestaran a Rut, pues siendo extranjera y sin derechos podía ser insultada apenas entrara al campo.
Realmente Booz fue muy amable con Rut, podemos decir que le facilito la dura labor del trabajo en el campo, le ofrece compañía al estar cerca de sus siervas, seguridad y protección puesto que se asegura de que no será molestada en su labor de recoger espigas y además puede reanimarse al saciar su sed.
En los versículos 10 al 12 dice:
10 Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera?
11 Y respondiendo Booz, le dijo: He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes.
12 Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.
Ante tanta amabilidad Rut se muestra sorprendida, se reconoció humildemente indigna de tales favores, considerando que ella era extranjera. Booz está enterado de quien es Rut y de cómo sea comportado con su suegra Noemí y como es que ella se encuentra en Belén.
Booz nos muestra que somos responsables por el bienestar de las personas que están a nuestro cargo independiente si son nuestros familiares o no.
Hermanos, la bondad de Booz nos recuerda la bondad del Señor Jesucristo con nosotros.
El Apóstol Pablo en Filipenses 2:3 y 4 nos dice:
3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;
4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
Hermanos, nos conviene a todos pensar humildemente de nosotros mismos, recordando el enorme sacrificio que hizo nuestro señor y salvador Jesucristo por cada uno de nosotros.
En el versículo 13 dice:
13 Y ella dijo: Señor mío, halle yo gracia delante de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al corazón de tu sierva, aunque no soy ni como una de tus criadas.
Rut le agradece a Booz su bondad y comprensión, al reconocer la situación en que se encuentra
En Sn. Lucas 12: 25 y 26 el señor Jesús nos dice:
25 Por tanto, os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
Hermanos, Rut y Noemí confiaron en la providencia de nuestro Dios, nosotros debemos creer en que las promesas que están escritas en su palabra son verdaderas. Oremos a nuestro Dios por medio de nuestro señor Jesucristo confiando en su providencia, sabiendo que Él está con nosotros en todo momento, nos cuida y nos protege.
A. I. Nelson Daniel Miranda Giles.