Bendice alma mía al Señor – Parte 15

Meditación sobre el Salmo 103:22b por el A.I. Marcos Mercado Estrada

INTRODUCCIÓN

Muy buenos días reciban un muy cordial saludo desde la alcaldía de Coyoacán en la ciudad de México
Hoy continuamos con la parte número 15 y última de una serie de meditaciones basadas en el salmo 103 que nos recuerda todas las innumerables bendiciones que Dios derrama cada día sobre nosotros.

Voy a iniciar leyendo este hermosísimo salmo:

1 Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
2 Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.
3 El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias;
4 El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias;
5 El que sacia de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águila.
6 Jehová es el que hace justicia Y derecho a todos los que padecen violencia.
7 Sus caminos notificó a Moisés, Y a los hijos de Israel sus obras.
8 Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia.
9 No contenderá para siempre, Ni para siempre guardará el enojo.
10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.
11 Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre los que le temen.
12 Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.
13 Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen.
14 Porque él conoce nuestra condición; Se acuerda de que somos polvo.
15 El hombre, como la hierba son sus días; Florece como la flor del campo,
16 Que pasó el viento por ella, y pereció, Y su lugar no la conocerá más.
17 Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos;
18 Sobre los que guardan su pacto, Y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.
19 Jehová estableció en los cielos su trono, Y su reino domina sobre todos.
20 Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, Obedeciendo a la voz de su precepto.
21 Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos, Ministros suyos, que hacéis su voluntad.
22 Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras, En todos los lugares de su señorío.
Bendice, alma mía, a Jehová.

Y este salmo inicia y termina con un mismo imperativo que dice:

BENDICE ALMA MÍA A JEHOVÁ

Este salmo nos ordena y nos exhorta en seis ocasiones a «bendecir al Señor»

Y en los v. del 20 al 22 tenemos 5 de éstos imperativos para bendecir a Dios, dirigidos a los ángeles, a sus ejércitos, a sus ministros, a todas sus obras y ahora las últimas 5 palabras de este salmo nos exhortan a nosotros mismos diciendo

«¡Bendice, alma mía, a Jehová!» 

Y esta es una orden, no es una sugerencia, no es una recomendación, no es una petición  sino que es una orden y ¡Que en este día, este imperativo nos lleve, nos impulse a elevar con todo el corazón, nuestra legítima alabanza a nuestro Dios y Creador!

Ahora bien, vale la pena resaltar que el salmista empieza y termina el Salmo 103 con esta misma proclamación ¿por qué lo hace?

Porque enfatiza no solo la importancia absoluta sino también el deber absoluto de todas y cada una de las criaturas de alabar y proclamar la gloria del Señor.

Después de ordenar  a todas las obras de Dios en todo lugar de su señorío que bendigan y alaben a Dios tenemos esta transición súbita y sorprendente del salmista desde lo universal a lo personal que llega a su propia persona, a un individuo particular.

Miren ustedes, nuestra obligación es clara nuestro deber, como criaturas creadas a imagen de Dios, es bendecir a nuestro Creador por lo que ha hecho y por quién es.

Miren ustedes, la naturaleza, los ángeles, las estrellas las galaxias, los mares y bosques, ensalzan a su hacedor y sostenedor; pero nosotros tenemos una poderosa y muy importante razón para bendecir y alabar a Dios ya que a través del sacrificio de su hijo Unigénito, nuestro Señor y Salvador Jesucristo  en la cruz del calvario nos perdona nuestras iniquidades y sana nuestras dolencias y esto es algo que todos los otros integrantes del coro majestuoso universal no han experimentado jamás «

Todo el universo alaba al gobernador todo poderoso; Rey de reyes y Señor de señores y bendice a Jehová como creador pero nosotros además de ellos debemos bendecirlo como el autor de nuestra salvación, perdonador, misericordioso y compasivo.

No porque los ángeles, querubines y serafines canten  con mayor perfección y sonoridad, vamos a contentarnos y conformarnos con hacernos a un lado y quedar al margen de esta alabanza, por eso dice ¡Bendice, oh alma mía Jehová!

Debemos dejar que nuestra alabanza y bendición, tan limitada, pequeña y casi insignificante, se sintonice con las más altas esferas que en los cielos entonan alabanzas a Jehová! ¡Oh señor infinitamente bendito, concédenos que nuestra oración sea que por favor nos concedas la sublime bendición: de poder  alabarte y bendecirte ahora y por los siglos de los siglos.

¿Puede mi alabanza ser de alguna utilidad a Dios? No, aún y cuando se  juntara con las alabanzas de todas las huestes celestiales.

Yo soy quien se beneficia de alabar al señor, no hay nada que proporcione mi alma mayor gozo y bendición

Debemos alabarle, porque como dice el Salmo 19:1 Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos , porque toda la tierra está llena de motivos de alabanza: las arenas de las playas, las aguas de los mares, las flores de los campos, los insectos y las aves, las montañas, los ríos, los árboles, las nubes, el sol, la luna y las estrellas; todo ello espera de mí que contemplando su belleza eleve cánticos al creador. Salmo 91:1 “.

¿Quiénes debemos alabar a Dios?

LA BIBLIA NOS EXHORTA A LOS SERES HUMANOS PARA BENDECIR Y ALABAR EL NOMBRE DE DIOS

95. 1 Venid, aclamemos alegremente a Jehová; Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.2 Lleguemos ante su presencia con alabanza; Aclamémosle con cánticos.

Salmo 117 Alabad a Jehová, naciones todas;    Pueblos todos, alabadle.

Salmo 136 Alabad a Jehová, porque él es bueno,    Porque para siempre es su misericordia.

Salmo 145 Te exaltaré, mi Dios, mi Rey,     Y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre.

2 Cada día te bendeciré, Y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.

Salmo 146  Alaba, oh alma mía, a Jehová. 2 Alabaré a Jehová en mi vida; Cantaré salmos a mi Dios mientras viva.

Salmo 148

11 Los reyes de la tierra y todos los pueblos, Los príncipes y todos los jueces de la tierra;

12 Los jóvenes y también las doncellas, Los ancianos y los niños.

13 Alaben el nombre de Jehová, Porque sólo su nombre es enaltecido. Su gloria es sobre tierra y cielos.

Salmo 150:6 Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya.

La segunda pregunta que hago en este día  ¿Por qué debemos alabarle y bendecir su nombre?

¿Cuáles son algunas de las razones por las que tenemos para bendecir y alabar el nombre de  nuestro Dios?

Para concluir esta serie de meditaciones que duraron un poco más de 3 meses voy a repetir a ustedes las  razones que nos da este salmo para bendecir y alabar el nombre de nuestro Dios;

Debemos alabarle porque:

1. No debemos olvidar ninguno de sus beneficios.

2 Porque Él es quien perdona todas tus iniquidades,

3. Porque Él es el que sana todas tus dolencias;

4 Porque Él es El que rescata del hoyo tu vida,

5 Porque te corona de favores y misericordias;

6 Porque sacia de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águila.

7 Porque Jehová es el que hace justicia Y derecho a todos los que padecen violencia.

8 Porque Sus caminos notificó a Moisés, Y a los hijos de Israel sus obras.

9 Porque Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia.

10 Porque No contenderá para siempre, Ni para siempre guardará el enojo.

11 Porque No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.

12 Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre los que le temen.

13 Porque Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.

14 Porque Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen.

14 Porque a pesar de que El conoce nuestra condición; que somos polvo, que somos como la hierba que florecemos como la flor del campo, Que perecemos en un abrir y cerrar de ojos, Y a pesar de ello la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos;

CONCLUYO:

Nuestros corazones se llenan de mucho gozo al pensar que un día estaremos en la presencia de Dios y podremos escuchar a los ángeles, tocando sus arpas en un armónico y solemne coro» bendiciendo y alabando a Dios pero entonces y en persona podremos unirnos a un majestuoso coro formado por millones y millones de ángeles

Y también como dice Apocalipsis 7: nos vamos a unir a  una gran multitud, la cual nadie puede contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que van a estar  delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y junto con ellos podremos decir a Dios Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. Amén

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