El libertador de la profecía de Miqueas

Meditación sobre Miqueas 5:1-2 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles

CDMX, viernes 11 de diciembre de 2020

Miqueas es uno de los profetas menores, era originario de Moreset-gat en Judá, este lugar está situado a unos 35 kilómetros al suroeste de Jerusalén, cerca de Laquis.

Miqueas fue un contemporáneo del profeta Isaías, y también los profetas menores Oseas y de Amós.

Profetizó en los días de los reyes Jotam, Acaz y Ezequías que eran reyes de Judá. Todo se desarrolló durante la última parte del siglo VIII a C. (800-701). Su profecía del juicio de Dios por el pecado tiene que ver con Samaria y Jerusalén.

Son doce los Profetas Menores, en nuestras biblias los encontramos desde Oseas hasta Malaquías, se llaman Menores no porque fueron profetas de una categoría menor, sino por la escasa extensión de sus profecías, con relación a los Profetas Mayores.

El libro de Miqueas consta de 7 capítulos, El nombre de Miqueas significa “quien como Jehová”, y es derivado del nombre del Arcángel Miguel que significa “quien como Dios”.

En este libro se encuentra uno de los pasajes más hermosos de las Escrituras: ¿Quién es como Tú? Es decir, ¿quién es como nuestro Dios? Miqueas recalcó y mencionó este pensamiento a lo largo de todo su libro.

En los capítulos uno al tres el tema principal es ¿Quién como Dios, en proclamar su mensaje?» es decir, en testificar el juicio de Dios.

En los capítulos 4 y 5, el tema es «¿quién es como Dios en profetizar luz y esperanza?, en dar consuelo a su pueblo». En el capítulo 6, el tema es «¿quién es como Dios en rogar?” en llamarnos a hacer el bien y cambiar.

Y finalmente en el capítulo 7 el tema es:»¿quién es como Dios en perdonar? “en tener misericordia y compasión por su pueblo.

En Miqueas 5:1 que es el primer versículo de nuestro pasaje dice:

1 Rodéate ahora de muros, hija de guerreros; nos han sitiado; con vara herirán en la mejilla al juez de Israel.

El Profeta Miqueas nos dice que el pueblo de Israel sería asediado y conquistado por pueblos extranjeros, y su asedio llegaría hasta Jerusalén.
Por lo que pide prepararse y rodearse de murallas, pero aun así serán humillados sus jueces o reyes, serían sojuzgados, humillados, heridos y exiliados.

En el versículo 2 dice:

2 Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.

Este versículo es parte de la historia de la navidad que hemos oído desde nuestra niñez.
Podemos entender que, en tiempo de humillación bajo el dominio de fuerzas extranjeras, Dios va levantar un Señor en Israel y saldrá del pequeño pueblo de Belén de Judea.

Todos sabían que Belén era el lugar de nacimiento del rey David. El rey más grande que había tenido Israel y Dios eligió a Belén como el lugar de nacimiento del mesías, que vendría del linaje de David, y ocuparía el trono de David, y que llegaría a llevar a cabo ciertas obras sobre esta tierra, que ningún otro podría hacer.

Hermanos, la pequeña aldea de Belén esta ha diez km al sur de Jerusalén. Belén significa “Casa de Pan”, y Efrata significa “lugar fructífero o de abundancia”,

El Profeta Miqueas dice, pero a pesar de que estamos conquistados y sojuzgados, de la aldea más insignificante de Judá saldrá el que será Señor de Israel. En la segunda parte del versículo nos habla de que “sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad”, podemos entender que la eternidad se extiende que es desde el más remoto pasado y se prolonga hasta el más remoto futuro.

En el salmo 90 :2 dice:

2 Antes que naciesen los montes
Y formases la tierra y el mundo,
Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.

Al leer el salmo podemos entender que Dios ha estado ahí siempre, desde el principio de la eternidad. El profeta Miqueas nos está revelando, el mesías, el Cristo, que nacerá en Belén ha estado desde el principio y sus salidas no tiene principio ni final. Por tanto, es uno con Dios.

Nunca hubo un tiempo cuando Jesús no existió. En Apocalipsis 22:13 la Biblia nos dice que Jesús es el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Esto significa que, desde el mismo principio, Jesús estaba allí.

El profeta Miqueas proclamo el mensaje del juicio de Dios por el pecado. Las guerras, invasiones y persecuciones que vivieron los judíos bajo diferentes poderes que se sucedieron, se vieron obligados a trasladarse a lugares distantes, al exilio.

Pero, aun así, de acuerdo con la profecía tan específica de Miqueas, Belén tenía que ser el lugar de nacimiento del mesías y cuando llegó el tiempo designado para la llegada del hijo de Dios, los magos de Oriente fueran enviados, por los principales sacerdotes, a la ciudad de Belén.

En el evangelio de Sn. Lucas 1: 32 al 33 el mensaje del ángel Gabriel a María dice:

31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.
32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;
33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

Dios el Padre y el Hijo compartían desde el principio. El nombre “Jesús” no fue conocido como un nombre para la Segunda Persona de la Trinidad, sino hasta que el ángel Gabriel lo anunció a María. Pero el Hijo eterno existía antes de que Él se revelara a Si mismo como “Jesús.”

En Sn. Juan 1: 1-3 dice:

1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
2 Este era en el principio con Dios.
3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
El Padre y el Hijo han estado desde el principio de la eternidad, las salidas de Jesús son desde el principio, desde los días de la eternidad, podemos observar cuatro cosas importantes:

  1. Nos muestra la gloria de Jesús, que Él es mucho más que un hombre.
  2. Nos muestra el amor de Jesús, que Él dejo la gloria del cielo por nosotros.
  3. Nos muestra la naturaleza de Jesús, que Él añadiría la humanidad a Su deidad. Él permanece completamente hombre y completamente Dios
  4. Él es nuestro Señor, nuestro libertador de las cadenas del pecado por la gracia de Dios.

El apóstol Pablo en Gálatas 4: 4 y 5: nos dice:

4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,
5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.

Hermanos, tengamos presente que nuestro señor Jesús nació al cumplimiento del tiempo en este mismo pueblo de Belén de Judea para venir a salvarnos a ti y a mí.

El señor Jesús nos invita a recibirle en Juan 6: 35 dice:

35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

Jesús transforma nuestra vida a partir del momento, en que decimos creer en Él como único y suficiente Salvador.
Él es nuestro libertador, nos libra de las cadenas del pecado por la gracia infinita de Dios.
Solo tenemos que reconocer que nosotros, no podemos hacer nada por librarnos de nuestras malas obras, por nuestros propios medios no podemos salvarnos, solo Cristo es el único que puede libertarnos y rescatar nuestra vida.

Hermanos, en esta época Navideña de fiestas decembrinas, recordemos que el nacimiento de Cristo fue un hecho histórico, de importancia trascendental en la historia de la humanidad.

El Hijo de Dios, vino a este mundo y vivió entre nosotros revelándonos el amor de Dios, amor que lo llevaría a la muerte en la cruz, para redimirnos de nuestros pecados.

A.I. Nelson Daniel Miranda Giles.

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