Hoy es Navidad – Lucas 2:1-20

CDMX, viernes 25 de diciembre de 2020

La navidad es celebrada en todo el mundo es una época de alegría y felicidad, los trabajos entran en pausa y hay celebraciones y festejos en familia o con los amigos cercanos.

Este año, a pesar de la pandemia, debemos entender que la navidad sigue siendo la misma, el nacimiento de Jesús en un Portal de Belén es la promesa cumplida de un salvador para la humanidad es la esencia de la navidad, es la certeza de que el hijo de Dios vino a este mundo.

La venida del Mesías fue un nacimiento en el tiempo y en el momento más adecuado.

En el primer versículo de nuestro pasaje en Lucas 2: 1 y 2 dice:

1 Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado.
2 Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria.

Cesar Augusto era el hijo adoptivo de Julio César.

Su nombre real era Octavio y adoptó el nombre de César, a lo cual tenía derecho como su hijo, y se fue su heredero oficial, cuando Julio César fue asesinado en el año 44 a.C., el imperio Romanos e dividió en un Triunvirato: Marco Antonio, Lépido y Cesar Octavio. Por muchos años todo el mundo mediterráneo se llenó de guerras y violencia, combates brutales y sangrientos por el poder y el dinero en Roma y las provincias.

Después de derrotar a sus enemigos Cesar Augusto necesitaba dinero para conservar un ejército que controlase su vasto imperio, y para poder llevar el mismo una vida de lujo.
Por eso el Cesar promulgo el edicto empadronarse y con ello la ley de impuestos que afectó a todo el mundo de aquella época.

El censo es la referencia histórica ya que fue el primero que se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria.

En los versículos del 3 al 7 del pasaje dice:

3 E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.
4 Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David,
5 para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.
6 Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento.
7 Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

Todos debían obedecer el edicto del Cesar, así que José y María salieron de su casa en Nazaret en Galilea y se dirigieron a Belén, la ciudad de David, en Judea. Los dos, José y María eran descendientes de David. María estaba en las últimas etapas de un embarazo por lo que el viaje no fue nada sencillo.

El profeta Miqueas 700 años antes había profetizado “Pero tú, Belén Efrata, tan pequeña entre las familias de Judá, de ti ha de salir el que será Señor en Israel”; César Augusto fue simplemente un instrumento en las manos de Dios para que se cumpliera la profecía.
Jesús el hijo de Dios vino al mundo, en un humilde pesebre, Él dejo la gloria del cielo por amor a nosotros. Podemos reconocer que Jesús nació como un ser humano con todas nuestras pasiones y debilidades.

Él permanece completamente hombre y completamente Dios. Él es nuestro Señor y redentor por la gracia de Dios.

En los versículos 8 al 14 del pasaje dice:

8 Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.
9 Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor.
10 Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:
11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.
12 Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.
13 Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:
14 ¡Gloria a Dios en las alturas!, ¡Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

Los pastores estaban acostumbrados a las noches llenas de estrellas en el campo, pero cuando el ángel del Señor se presentó para dar el anuncio del nacimiento del salvador, debió ser impresionante para los pastores, los rodeo un gran resplandor, tuvieron miedo y escucharon atentos el mensaje del ángel. El niño estaría en un pesebre envuelto en pañales.

Hermanos Jesús dejo a un lado su Gloria su deidad para venir a nacer en un humilde pesebre, un ser humano como cualquiera de nosotros, un pequeño bebe indefenso en un pesebre, en el lugar donde se les da de comer a los animales.

La alabanza de los ángeles dando gloria a Dios y el mensaje de paz y buena voluntad para con los hombres.

Los pastores siguiendo las instrucciones del ángel, fueron a Belén dejándolo todo para ver al niño en el pesebre y cuando regresaron daban gloria a Dios y contaron todas las cosas que habían sucedido.

La Navidad nos recuerda el amor de Dios en Sn Juan 3:16 y 17 dice:

16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.
17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

Dios envió a su hijo al cumplimiento del tiempo por amor a cada uno nosotros, para salvar a los que se habían perdido, Jesús nació en el pequeño pueblo de Belén de Judea para venir a salvarnos a ti y a mí.

Él quiere que cada uno de nosotros lo acepte como su salvador personal y cambiemos nuestras vidas llenas de errores y malas obras por una vida nueva llena de la paz de Dios que es en Cristo Jesús.

Solo tenemos que reconocer que nosotros, no podemos hacer nada por librarnos de nuestras malas obras, por nuestros propios medios no podemos salvarnos, solo Cristo es el único que puede rescatar nuestra vida.

Solo nos queda exclamar como el Apóstol Pablo en 2ª Corintios 9:15:

15 !!Gracias a Dios por su don inefable!

Hermanos, esta Navidad creamos que la grandeza de su poder alumbra nuestro entendimiento y guía nuestros pasos en todo momento.

Cristo Jesús vino a este mundo a nacer en un humilde pesebre en Belén de Judea. Vivió entre nosotros revelándonos el amor de Dios y en su muerte, al derramar su sangre preciosa hizo posible nuestra redención.

Esta navidad dejemos que el niño de Belén llegue a nuestro corazón y traiga Paz y buena voluntad a nuestras vidas.

A.I. Nelson Daniel Miranda Giles.

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