Sociedad Femenil Lidia – 13 enero, 2021
El tema: La Epístola a los Filipenses
Nuestra expositora: Hna. Ruama Ortíz de Mercado
Himno #292 «Dios descendió»
FILIPENSES CAPITULO 2: 1-16.
Hermana Ruhama Ortiz Maldonado.
Nos encontramos ahora con un capítulo tan profundo teológicamente hablando y a la vez tan práctico. Pablo ama a los hermanos de la Iglesia de Filipos, de tal manera que no se detiene en tan solo advertirles de los enemigos externos a ellos y al evangelio también, les ruega que demuestren firmeza y fortaleza mientras soportan el sufrimiento (1:27-30)
Sin embargo, ahora el apóstol debe de abordar un asunto que tiene que ver con aquellas actitudes que pueden llegar a destruir la unidad, en esta iglesia. En lugar de pronunciar severas denuncias contra los grupos involucrados en disputas y contenciones, crea una atmosfera de unidad y de amor por medio del uso frecuente de palabras que sugieren comunión y cooperación, tales como: “compañeros de milicia”, “colaboradores”, “recibidle con sumo gozo, y tened aprecio los que son como él” “compañero fiel” y palabras semejantes. ¡Que espíritu de discernimiento y sabiduría hay en el apóstol Pablo!; cuanta falta nos hace clamar por este sentir cuando vemos inconvenientes fraternales en medio de nosotros.
Pablo crea una atmosfera de fe y de adoración por medio del ejemplo de humildad de nuestro Señor Jesucristo, al dibujar un admirable cuadro de Aquel que es sobre todo Nombre, nuestro Señor Jesucristo; que siendo en forma de Dios, se despojó de sí mismo tomando forma de siervo y se humilló así mismo haciéndose obediente, hasta la muerte y muerte de cruz para salvación de nuestra y de todo el mundo. (2:6-11)
Un llamado a valorar lo que se ha recibido de Dios en la iglesia. Vv.1-2
Pablo comienza el capítulo que ahora nos ocupa haciendo un llamado a la unidad, la cual estaba en eminente peligro de ser rota por algunas diferencias y actitudes entre los filipenses. (1-2) Usando frases retoricas, señala verdades profundas: Hay consolación en Cristo, hay consuelo en el amor, hay comunión del Espíritu, existe afecto entrañable, hay misericordia. Pablo les dice a los filipenses que, si lo quieren ver pleno de gozo, entonces deben sentir lo mismo, tener el mismo amor entre ellos, unánimes (moviéndose en armonía), sintiendo un solo propósito de misión. Esto no significa que las individualidades desaparezcan, de hecho, Dios no hizo una serie de personas comenzado, con la 001ROM. De ninguna manera, cada una de sus hijas e hijos son únicos, claro traen la información genética de sus padres, y aun así seguimos siendo únicos. Embargo estas actitudes y verdades bíblicas deben ser partes esenciales de nuestra experiencia cristiana.
Pensemos que la consolación en Cristo, consuelo de amor, comunión del Espíritu, afecto entrañable y misericordia, son regalos que nos han sido comunicados de una manera directa y espiritual de parte de Jesús, y Jesús a través de Su pueblo. Pero no debemos de tener ninguna duda de que estos son verdaderos regalos para que como sus hijas los experimentemos de verdad.
Los motivos de lo que hacemos. 3-4
Y les aconseja a no hacer nada, absolutamente nada, por motivos equivocados. <<Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando a cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros>> (2:3-4) Estos son los pilares de la unidad: Humildad, y amor genuino por el prójimo y hermano. Cuando es así no solo reconocemos porque motivos hacemos lo que hacemos, sino que nos respetamos y consideramos a los otros, teniendo en cuenta el valor supremo que mi hermana, mi hermano y el prójimo tienen ante los ojos de Dios. Desde esta plataforma, nuestra visión es que al pie de la cruz el suelo esta parejo.
Notemos Pablo no dice que sea malo ver por nuestros intereses, dice “que no veamos solo por nuestros propios intereses”. Valorar al hermano, a la hermana es poner de lado nuestras ambiciones egoístas, nuestra vanagloria, y nuestras tendencias de pensar que somos superiores y que somo los únicos, entonces, nos interesaremos por las necesidades de los demás, de manera genuina.
Jesucristo, nuestro paradigma de humildad. 2:5-11
Los académicos modernos consideran este pasaje como un himno y sugieren que puede haber venido de la adoración en la iglesia primitiva. El contenido y el propósito del himno han conducido a los estudiosos a reacciones diversas. Algunos comentaristas han ido más lejos que han sugerido arreglos de estrofas y versos al “himno”. Es posible, pero no es una conclusión necesaria y no entraremos a esa polémica hoy. Lo que sí sabemos es que Pablo era capaz de un escrito tan inspirador y poético en sí mismo, como lo es este o como lo es el capítulo 13 de la primera carta a los Corintios, acerca del amor.
Pablo les señala el ejemplo de Cristo como una lección objetiva para demostrar humildad; una humildad excepcional en su encarnación y crucifixión. ¿Cómo podemos cultivar el sentir que hubo en Cristo Jesús? Pablo instó a los cristianos filipenses a imitar la humildad de Cristo en sus relaciones interpersonales, señalando las cualidades que serían en este momento muy útil a los Filipenses. Esta ausencia de unidad entre los santos Filipenses se convirtió en la oportunidad para el apóstol Pablo, para escribir quizás el más grande pasaje Cristológico en el NT, el cual resuena las profundidades de la encarnación.
“Haya pues en vosotros este sentir”, ¿acaso no significa algo que tu y yo podemos elegir? 1a Corintios 2:16 dice que nosotros tenemos la mente de Cristo. Dejemos que este sentir sea algo el cual nos muestre el sentir que debemos elegir. Debemos permitir que asís sea.
Tal fue el ejemplo de humildad que Jesús nos mostró, que se despojo a sí mismo, tomando forma de siervo; sin embargo, no se despojó de su deidad de ninguno de sus atributos, o de ser igual a Dios. Hecho semejante a los hombres, y estando en esa condición se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Jesús se humillo a sí mismo cuando Él se hizo obediente. Jesús tuvo que dejar la gloria del cielo para estar en la condición de hombre para que de esta manera pudiera ser obediente.
Es imposible concebir que era posible para el Hijo de Dios el convertirse en hombre y pagar por los pecados del mundo sin esta gran humillación. Él pudo haber sufrido por los pecados de los hombres en un lugar escondido de la tierra lejos de los ojos de los hombres, pero él no lo hizo así; se humilló así mismo, y lo hizo superando la grandeza de nuestra salvación y de Su obra por nosotros. Hasta la muerte y muerte de cruz a los ojos de todo el mundo. No olvidemos que este hecho real, histórico, sucedió en el tiempo y en un espacio concreto. La pena de muerte en una cruz era solo para asesinos y malhechores; por tanto, vergonzosa, y no estaba permitida para los ciudadanos romanos (como el pueblo de Filipos). “Lo mas bajo que se humilló para salvarnos, lo mas alto que debemos levantarlo en nuestra adoración reverente. Bendito sea su nombre, él se inclinó, y se inclinó, y se inclinó, y cuando él alcanzo nuestro nivel, él se inclinó, y se inclinó más bajo y más profundo todavía (Spurgeon)
Y el Padre le honró. Lo exalto a lo sumo. “Y le dio un nombre que es sobre todo nombre, y ante el cual se dobla y se doblará toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (vv.9-11)
Viviendo como hijas amadas de Dios. Vv.12-16
Como una conclusión Pablo les dice “por tanto”, en vista de la obediencia suprema que Jesucristo mostró, sigan ustedes siendo obedientes, como seguidores de Jesús. Y los exhorta a aplicar esta salvación que Dios les ha dado en cada área de sus vidas, no solo en la vida de Iglesia. Dios ha producido algo en nuestra vida, y lo sigue haciendo, pero es nuestra responsabilidad permitir que ese “querer” y “hacer” sean expresión de Su voluntad en nosotras.
Pablo vuelve a insistir, que lo que hagan como hijos amados de Dios lo hagan sin murmuraciones y contiendas. En razón de su naturaleza espiritual: Han de ser irreprensibles y sencillos, con vidas santas (consagradas) de tal manera que sean lo que son; luminares en el mundo. Y estas características de sus vidas como hijos amados de Dios, no solo se han de mostrar en la vida en comunidad (vida eclesiástica) también, se espera que lo hagan en medio de una generación maligna y perversa. Si en aquel momento Pablo utiliza estos adjetivos tan tremendos, para describir la sociedad que rodeaba a los Filipenses y en la cual deberían atender su llamado como testigos de Jesucristo el Señor; a nosotras no debería de alarmarnos que nuestro contexto social se describa también de la misma manera. ¡Que desafió tenemos como iglesia en el momento actual!
Para tener éxito en esta ultima encomienda, Pablo muestra el camino: “asidos (aferrados) a la Palabra de vida. Nuevamente recordemos hermanas, que separadas de la Palabra de Dios nada podremos lograr. Ha de ser la lámpara que nos ilumine en el presente y que siga alumbrando nuestro porvenir. Agradezcamos a Dios que somos pueblo de la Palabra y del Espíritu, centradas en Cristo. Vivamos como hijas que procuren la unidad del cuerpo de Cristo, que provean espacios de dialogo y armonía, como compañeras de servicio desinteresado, de amor que estima como superior a la otra, que estemos prestas para escuchar; llevando a la practica gestos de humildad teniendo como referente de ello el ejemplo supremo del Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo. Que Su sentir sea el nuestro. Que así sea.
Bibliografía consultada.
Parra de Ramírez, S. Margarita. Visión Panorámica de la Biblia. Nuevo Testamento. Tomo IV. Ediciones Transformación, 1989. Guadalajara Jalisco. México.
Lea D. Thomas. El nuevo Testamento: Su trasfondo y su mensaje. Ed. Mundo Hispano- FLET. Miami Florida, USA.2004
Guzik, David. En: blueletter.org. Filipenses 2. Una vida humilde a la luz del ejemplo humilde de Jesús.
El versículo para memorizar:
el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.Filipenses 2:5-8
Acceso a Reunión Virtual Zoom de hoy (5:30 pm):

Unirse a la reunión Zoom
https://bit.ly/2FUZxhF
ID de reunión: 88024930543
Código de acceso: 582319