Manteniendo viva nuestra fe

Meditación sobre Romanos 5:1-5 y Santiago 2:14-17 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles

En esta época que vivimos de difícil situación económica y de enfermedad. Oramos a nuestro Dios sabiendo que nos responde conforme a su voluntad.
El compartir nuestra fe en Cristo y nuestro testimonio, será de ayuda y consuelo para aquellos que están en una situación difícil.

En Tito 2: 8 y 9 dice:

4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.
5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
Estamos confiados en que Dios es el señor y nada escapa de su poder, somos vencedores por medio de la fe en Cristo. Seamos hacedores de su palabra cumpliendo su voluntad.

En el pasaje de Romanos 5: 1 y 2 dice:

1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.

El Apóstol Pablo nos dice que la única manera de salvarnos es siendo justificados por gracia por medio de la fe en Cristo.
Por todos nuestros pecados estamos condenados a la muerte eterna. Solo Cristo por medio de su sangre preciosa pudo cambiar este veredicto de muerte y transformarlo en vida eterna.

En Gálatas 2:16 dice:

16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.

El Apóstol Pablo afirma que por las obras de la ley nadie se salva, solo podemos ser salvos por la fe en Jesucristo.

El precio ha sido pagado enteramente por la obra de Jesús en la cruz, la justicia de Dios hacia nosotros está eternamente satisfecha.

Esta gracia es un favor que no merecemos, es un regalo, este favor Dios nos lo da a través de la fe en Jesucristo.
Solo él nos da la paz con Dios. Esta paz viene a aquellos creyentes que no solamente han confiado en Cristo, sino que también descansan en Él y están cumpliendo Su voluntad.

En los versículos 3 al 5 del mismo pasaje dice:

3 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;
4 y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;
5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.

El gloriarnos es tener la certeza, la seguridad de que Dios está ahí a nuestro lado acompañándonos a pesar de todas las circunstancias.

El Apóstol Pablo afirma que el cristiano va madurando en el camino de la fe a través de las pruebas y tribulaciones.

Hermanos sabemos que en este mundo tendremos dificultades o problemas, pero debemos perseverar en nuestra fe a pesar de los problemas, confiados ciertamente en que nuestro Dios nos dará la salida.

Por su gran amor, no es nuestro amor por Dios, sino del amor de Dios y su misericordia para con nosotros. Y este amor de Dios es real porque nos ha dado el Espíritu Santo.

En el pasaje de Santiago 2: 14 dice:

14 Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?

Aquí podemos ver que la definición de la fe, tal como la usaron Pablo y Santiago en el contexto de sus cartas estuvieron perfectamente de acuerdo, y que estaban considerando el mismo tema desde diferentes puntos de vista.
Santiago no estaba hablando de las obras de la ley. Él solamente dijo que la fe que salva a la persona, producirá obras de fe, es decir, el creyente hace buenas obras como un fruto de su fe en Cristo.

En los versículos del 15 al 17 dice:

15 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,
16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?
17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.

Una fe en Cristo es verdadera si está acompañada de buenas obras, no solamente de lo espiritual, sino también de una preocupación por las necesidades básicas de nuestros hermanos y de las personas a nuestro alrededor, así como de consuelo, abrigo y comida. Cuando las necesidades aparecen, no solo debiéramos orar, sino hacer más por ayudar a la persona necesitada. Algunas veces solo oramos y lo encomendamos a Dios, en lugar de hacer una ayuda real y una acción efectiva.

En los versículos Efesios 2:10 dice:

10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Hermanos Debemos orar a nuestro Dios por medio de nuestro señor Jesucristo para que nos de fuerzas para poder dar testimonio de que nuestra fe en Cristo es verdadera, que nuestros actos sean una bendición para todos los que nos rodean.

A.I. Nelson Daniel Miranda Giles.

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