EL GOBIERNO ECLESIÁSTICO

Hoy ponemos en práctica un aspecto de nuestra doctrina presbiteriana de la iglesia, usando el modelo bíblico como su punto de arranque, incluye una enseñanza sobre el gobierno de la iglesia. Decimos “modelo bíblico” porque la Biblia misma no nos da un reglamento de iglesia, sino más bien, un “modelo” que debemos estudiar y modelar nuestras iglesias y su gobierno en términos de este patrón, ya que la iglesia tiene que desarrollar su modo de ser en relación con las muchas circunstancias, culturas y épocas en que se encuentra. Un “modelo” permite que haya varias aplicaciones de los mismos principios en sus diversas situaciones.

Desde este modelo aprendemos que hay ancianos y diáconos como funciones esenciales en la auto-administración de la iglesia, es decir, en su gobierno. Estas funciones no son específicamente delineadas; más bien son ejemplificadas en la operación de una iglesia. Esto nos permite designar las tareas y funciones de acuerdo con las necesidades y costumbres de las iglesias en sus condiciones. La Biblia llama a los dos oficios “ministerios” e insiste en que las dos clases de oficiales sepan bien “gobernar su propia casa” (ITim 3:4,5 y 12). (La palabra traducida “gobernar no es mandar o aun administrar, sino es “proïssomai”, ir primero, como guía o protector, es líder, o sea, el que marca el camino). Y esto es básicamente lo que tienen que hacer en la iglesia. Más que “reinar” sobre la iglesia tienen que hacer mostrar a la iglesia el camino de servicio.

La iglesia necesita un gobierno y oficiales para cumplir con su tarea. Una iglesia que no tenga gobierno, no oficiales, aunque tenga, mucha gente, dinero, recursos, y oportunidades, no cumplirá con su tarea sino tiene oficiales (liderazgo, como muchos hoy en día dicen) que le conduzcan en el camino.

En la ceremonia que celebramos, al “instalar” a los nuevos oficiales, conferimos a ellos “oficialmente” el liderazgo que necesitamos, con  la esperanza que nos vayan a gobernar bien, para que todos cumplamos con la tarea de ser la iglesia que Dios quiere que seamos”.

Instalamos a los oficiales porque fueron llamados. Fueron llamados para servir. No para servir a nosotros, por supuesto, sino para enseñarnos a servir. Queremos servir a Cristo, al evangelio, al cuerpo de Cristo, que es la iglesia y a todo el mundo. Si vamos a hacer esto necesitamos mucha enseñanza, buenos ejemplos y excelentes guías. Son estos guías en el servicio a quienes instalamos hoy.   

 Editorial publicado el 22 de febrero de 2009

 Boletín Buen Óleo de la Iglesia Nacional Presbiteriana “Berith”. *El título es el mismo del editorial que publicaremos el próximo domingo con motivo de la Reunión Extraordinaria de Información, sin embargo,  no obstante que los dos tienen la misma temática, el uno no es continuación del otro, es decir, cada uno tiene un valor independiente. 

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