Buenos servidores de Cristo – 1 Timoteo 4:4-16
Meditación sobre 1 Timoteo 4:4-16 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
En estos días hay muchas personas que siguen doctrinas novedosas, que están de moda, adoran a personajes o aquellas cosas que les son de utilidad y los hacen el centro de las miradas, también hay los que presumen su falta de valores y creen que nada les va a suceder.
Hermanos, cuando vemos en nuestra sociedad que hay esta falta de moral y de ética, los cristianos debemos decir como Josué en su capítulo 24:12:
12 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
Hermanos estamos al servicio de nuestro Dios y debemos poner nuestro mejor esfuerzo.
En el pasaje en 1ª Timoteo 4: 4 al 6 dice:
4 Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias;
5 porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.
6 Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido.
El Apóstol Pablo nos recuerda que todo lo que Dios ha creado es bueno. Debemos ser agradecidos, dar gracias por todo lo que recibimos de su mano, su misericordia y su providencia, el alimento, protección y cuidado, son un regalo que Dios nos da a cada uno de nosotros.
El Apóstol nos invita a orar antes de cada alimento dando gracias a Dios, agradecerle por la bendición de proveernos de alimentos para comer y así al pidamos la bendición espiritual por el alimento material que fortalece nuestros cuerpos.
La invitación es a ponerlo en práctica y enseñar a todo el que nos rodea a ser un buen ministro de Jesucristo. Cada uno de nosotros, cada creyente es un ministro, es decir, un servidor de Cristo,
Nutrido con el alimento espiritual que son las palabras de la fe y de la buena doctrina. Así es como un creyente crece espiritualmente en la Palabra de Dios. Al ser nutridos con las verdades de la fe y de la sana enseñanza de la Palabra de Dios.
En los versículos del 7 y 8 del Pasaje dice:
7 Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad;
8 porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.
El Apóstol Pablo le advierte a Timoteo y a nosotros en mantenernos enfocados en la Palabra, no en doctrinas novedosas y superfluas que vinieran de hombres. El mayor esfuerzo debe ser puesto en conocimiento de verdad, de la Palabra de Dios, no en las palabras o dichos de los hombres.
En tiempos de la antigua Grecia y la cultura Romana se daba un alto valor al ejercicio físico. Pablo le dice a Timoteo que el mismo esfuerzo y compromiso que tenían los que hacían el ejercicio físico para prepararse en las carreras o justas deportivas, los cristianos lo deben poner para desarrollar la piedad.
El Apóstol Pablo nos aclara que es la piedad en 1ª Timoteo 3:16 dice:
16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:
Dios fue manifestado en carne,
Justificado en el Espíritu,
Visto de los ángeles,
Predicado a los gentiles,
Creído en el mundo,
Recibido arriba en gloria.
Este versículo indiscutiblemente fue uno de los primeros credos de la iglesia,
Este misterio de la piedad fue que Dios, en la persona de Jesucristo, entró en el mundo en que vivimos, pagó el castigo de nuestro pecado con su muerte, fue justificado o reivindicado en el Espíritu, en su resurrección y está sentado a la diestra de Dios padre intercediendo en favor de hombres y mujeres creyentes para que sean piadosos, cada vez más santos y semejantes a Jesucristo.
En los versículos del 9 y 11 de nuestro Pasaje dice:
9 Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos.
10 Que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.
11 Esto manda y enseña.
Hermanos, ¿Damos testimonio de nuestra fe a todos los que nos rodean?
El Apóstol Pablo nos dice que claramente las Sagradas Escrituras dan testimonio de que Jesucristo es el Salvador de todos los hombres, nuestro único Salvador. Y nos invita a dar este testimonio y que nuestros actos reflejen nuestra fe.
El ejercitarnos en la piedad es la única garantía de una vida eterna. En este mundo hay muchos distractores que pretenden ofrecer placer momentáneo, El éxito del mundo, la fama, la belleza, el conocimiento y las riquezas son efímeras, no ofrecen nada para una vida eterna.
La confianza como creyentes a través de nuestra vida como cristianos es que esperamos en el Dios viviente. Como cuando el joven David retó al gigante Goliat en el nombre del Dios viviente (1 de Samuel 17:26 y 36), con la seguridad de que Dios es nuestro señor podemos lograr grandes cosas para su gloria. El Apóstol Pablo le manda a Timoteo y a nosotros a estudiar y a enseñar con autoridad la palabra de Dios.
En los versículos del 12 al 13 del pasaje dice:
12 Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
13 Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza.
El Apóstol Pablo nos habla en contexto de la cultura griega y Romana, los jóvenes tenían entre 25 y 30 años, eran los que estaban en edad para entrar al servicio militar. Timoteo en ese tiempo tenía alrededor de 30 años.
Aquí el Apóstol hace un llamado a Timoteo y a nosotros a tener una vida disciplinada, consagrada a servicio de Dios, no dejando espacio a nada que pudiera causar críticas o menoscabo de la autoridad.
Nos pide tener una vida que sea ejemplo, en palabra, (teniendo en cuenta como hablamos), en conducta (como actuamos o vivimos), en amor, espíritu, fe y pureza. Estudiando y fortaleciéndonos en el estudio de la palabra de Dios y en compartir con nuestros hermanos las enseñanzas.
En los versículos del 14 al 16 del pasaje dice:
14 No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio.
15 Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos.
16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.
Timoteo estaba dedicado al servicio de tiempo completo, Los ancianos habían impuesto sus manos en él, encomendándolo a Dios en oración.
Hermanos todos los creyentes somos ministros, servidores de nuestro Dios, y es nuestro deber leer y estudiar y perseverar en su palabra para que este en nuestra mente y corazón, de tal forma que todos nuestros actos den testimonio y reflejen nuestra fe en Cristo.
En el Evangelio de Juan 12:26 el señor Jesús nos dice:
26 Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
Hermanos, seamos buenos servidores de nuestro señor Jesucristo, hay una promesa esperándonos, Oremos a nuestro Dios por medio de nuestro señor Jesucristo para que seamos constantes, fieles servidores, sabiendo que nuestro trabajo es para su gloria.
A.I. Nelson Daniel Miranda Giles.