Perseverando en la oración – Lucas 18:1-8
Meditación sobre Lucas 18:1-8 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
CDMX, viernes 12 de marzo de 2021
Al leer la biblia podemos ver que durante el tiempo de su ministerio nuestro señor Jesús oro en muchas ocasiones, si, él sentía la necesidad de orar, de estar en comunión con su padre, también nosotros debiéramos orar en todo momento. En Sn. Marcos 1 :35 dice:
35 Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. El llamado es a tener comunión continua con nuestro Dios, como lo hacía el señor Jesús.
En el primer versículo de nuestro pasaje en el evangelio de Sn. Lucas 18 dice:
1 También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar.
En los últimos versículos del capítulo 17 Jesús describió como serán los últimos días, confirmando que ´Él vendría otra vez y por lo tanto debemos estar preparados.
Y los comparo con los días que se vivieron en tiempos de Noé y de Lot, cuando las personas comían, bebían, se casaban, absortas en sus placeres y solo pensaban en su presente sin tomar en cuenta a Dios.
Y de repente empezó a llover sorprendiendo a todos, con Noé llovió agua y con Lot llovió fuego y azufre, en los dos casos solo los escogidos sobrevivieron y todos los demás fueron destruidos.
Así repentinamente cuando nadie lo espere será la segunda venida de nuestro señor Jesucristo.
Por esto es que su mensaje es un llamado también para nosotros, estamos viviendo en días en los que las personas están sin fe, descorazonadas a causa del temor a la enfermedad a morir en cualquier momento. Esta parábola es un llamado a la oración para esta hora.
Podemos ver que Jesús mismo dijo que les presentó la parábola con el propósito de que todos oraran, que buscaran a Dios y así nosotros ahora, tengamos fe, oremos y confiemos en su palabra.
En los versículos 2 al 4 del pasaje dice:
2 Diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre.
3 Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario.
4 Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre,
5 sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia.
Los que juzgaban en el pueblo de Israel eran los ancianos, los jueces eran nombrados por Herodes o por los Romanos y eran ajenos al pueblo de Israel. La parábola describe a un Juez, un hombre malo, sin escrúpulos, que no respetaba nada, sin temor de Dios, sin consideración hacia las demás personas, solo se preocupa por su propio beneficio. Como algunos de los que hemos oído en estos tiempos.
La mujer era una viuda que solo pedía que se le hiciera justicia, y no se desanimaba ante la falta de atención del juez, ella insistía en que se le debía hacer justicia.
El juez solo pensó en sí mismo, en su tranquilidad y prestigio, cuando dice no quiero que me moleste más, le hare justicia antes de que agote mi paciencia.
En los versículos del 6 al 8 del pasaje dice:
6 Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto.
7 ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?
8 Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
El señor Jesús nos anima a orar al decir que Dios si se preocupa por nosotros y está atento a nuestras oraciones. Y nos hacer ver las actitudes del juez y de nuestro Dios:
El juez es injusto, pero Dios es justo.
El juez no se preocupaba por conocer a la viuda ni lo que le pasaba, pero Dios nos conoce y pone atención, en los que guardan su palabra y lo buscan por medio de la oración.
El juez solo hizo justicia por su propio interés, Dios nos hacer justicia por su sola gracia, nos ama, nos cuida y nos provee de lo necesario.
La pregunta cuando venga el Hijo del Hombre ¿hallará fe en la tierra?
Hermanos, a veces pensamos que Dios no nos contesta, no hay que desanimarnos, debemos estar orar sabiendo que Dios siempre contesta la oración de acuerdo a su voluntad, en el tiempo propicio y el propósito que tiene para cada uno de nosotros.
En Sn. Marcos 11 :22-24 señor Jesús nos habla:
22 Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios.
23 Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.
24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
Hermanos, debemos de estar orando en todo momento, en la tribulación, en la aflicción, en los buenos momentos, en los malos momentos, ya sea para dar gracias, para pedir que nos ilumine y nos de sabiduría al momento de tomar decisiones.
Este es un llamado a renovar nuestra fe en Cristo, ser fieles a su servicio y a tener comunión con nuestro Dios, poniendo en oración todos nuestros planes, nuestras inquietudes y necesidades por medio de nuestro señor Jesucristo.
A.I. Nelson Daniel Miranda Giles