La deshonra de Dina – Génesis 34:1-31

Meditación sobre Génesis 34:1-31 por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Transcripción …

Lectura del pasaje: (Génesis 34:1-31)
Salió Dina la hija de Lea, la cual ésta había dado a luz a Jacob, a ver a las hijas del país.
Y la vio Siquem hijo de Hamor heveo, príncipe de aquella tierra, y la tomó, y se acostó con ella, y la deshonró.
Pero su alma se apegó a Dina la hija de Lea, y se enamoró de la joven, y habló al corazón de ella.
Y habló Siquem a Hamor su padre, diciendo: Tómame por mujer a esta joven.
Pero oyó Jacob que Siquem había amancillado a Dina su hija; y estando sus hijos con su ganado en el campo, calló Jacob hasta que ellos viniesen.
Y se dirigió Hamor padre de Siquem a Jacob, para hablar con él.
Y los hijos de Jacob vinieron del campo cuando lo supieron; y se entristecieron los varones, y se enojaron mucho, porque hizo vileza en Israel acostándose con la hija de Jacob, lo que no se debía haber hecho.
Y Hamor habló con ellos, diciendo: El alma de mi hijo Siquem se ha apegado a vuestra hija; os ruego que se la deis por mujer.
Y emparentad con nosotros; dadnos vuestras hijas, y tomad vosotros las nuestras.
10 Y habitad con nosotros, porque la tierra estará delante de vosotros; morad y negociad en ella, y tomad en ella posesión.
11 Siquem también dijo al padre de Dina y a los hermanos de ella: Halle yo gracia en vuestros ojos, y daré lo que me dijereis.
12 Aumentad a cargo mío mucha dote y dones, y yo daré cuanto me dijereis; y dadme la joven por mujer.
13 Pero respondieron los hijos de Jacob a Siquem y a Hamor su padre con palabras engañosas, por cuanto había amancillado a Dina su hermana.
14 Y les dijeron: No podemos hacer esto de dar nuestra hermana a hombre incircunciso, porque entre nosotros es abominación.
15 Mas con esta condición os complaceremos: si habéis de ser como nosotros, que se circuncide entre vosotros todo varón.
16 Entonces os daremos nuestras hijas, y tomaremos nosotros las vuestras; y habitaremos con vosotros, y seremos un pueblo.
17 Mas si no nos prestareis oído para circuncidaros, tomaremos nuestra hija y nos iremos.
18 Y parecieron bien sus palabras a Hamor, y a Siquem hijo de Hamor.
19 Y no tardó el joven en hacer aquello, porque la hija de Jacob le había agradado; y él era el más distinguido de toda la casa de su padre.
20 Entonces Hamor y Siquem su hijo vinieron a la puerta de su ciudad, y hablaron a los varones de su ciudad, diciendo:
21 Estos varones son pacíficos con nosotros, y habitarán en el país, y traficarán en él; pues he aquí la tierra es bastante ancha para ellos; nosotros tomaremos sus hijas por mujeres, y les daremos las nuestras.
22 Mas con esta condición consentirán estos hombres en habitar con nosotros, para que seamos un pueblo: que se circuncide todo varón entre nosotros, así como ellos son circuncidados.
23 Su ganado, sus bienes y todas sus bestias serán nuestros; solamente convengamos con ellos, y habitarán con nosotros.
24 Y obedecieron a Hamor y a Siquem su hijo todos los que salían por la puerta de la ciudad, y circuncidaron a todo varón, a cuantos salían por la puerta de su ciudad.
25 Pero sucedió que al tercer día, cuando sentían ellos el mayor dolor, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, y vinieron contra la ciudad, que estaba desprevenida, y mataron a todo varón.
26 Y a Hamor y a Siquem su hijo los mataron a filo de espada; y tomaron a Dina de casa de Siquem, y se fueron.
27 Y los hijos de Jacob vinieron a los muertos, y saquearon la ciudad, por cuanto habían amancillado a su hermana.
28 Tomaron sus ovejas y vacas y sus asnos, y lo que había en la ciudad y en el campo,
29 y todos sus bienes; llevaron cautivos a todos sus niños y sus mujeres, y robaron todo lo que había en casa.
30 Entonces dijo Jacob a Simeón y a Leví: Me habéis turbado con hacerme abominable a los moradores de esta tierra, el cananeo y el ferezeo; y teniendo yo pocos hombres, se juntarán contra mí y me atacarán, y seré destruido yo y mi casa.
31 Pero ellos respondieron: ¿Había él de tratar a nuestra hermana como a una ramera?

Si nos ponemos en un plan muy estricto podemos conjeturar que Dina fue un tanto o un mucho imprudente al dar rienda suelta a su curiosidad,  ya que Moisés nos relata que Dina fue a visitar a las hijas de la tierra;  tomando en cuenta que en aquella época no era nada bien visto que las doncellas pasearan solas y menos aún cuando eran desconocidas para la comunidad, claro que esto no justifica de ninguna manera la conducta de Siquem.

Después de tomarla por la fuerza y dejarla deshonrada, queda prendado de ella pues dice la palabra «Pero su alma se apegó a Dina, la hija de Lea, y se enamoró de la joven, y habló al corazón de ella»  Génesis 34: 3

Aparte del arrepentimiento que manifiesta Siquem, notamos que se enamoró perdidamente de Dina: «Le habló al corazón». debió decirle  cosas dulces a sus oídos , tan es así que  solicitó a Hamor, su padre, pida la mano para que fuera su mujer.

Es evidente la seriedad con que toma las cosas pues quiere en matrimonio a la bella Dina, pudo haber negociado de una manera superficial ,como una indemnización por su falta, pero pone a su padre como intercesor para darle más formalidad y la pida en matrimonio, quiere que sea su mujer.

Hasta aquí la  historia de entrada parece un bello cuento de amor. Pero va a dar un giro total e inesperado, pues el acto bárbaro de Siquem traerá consecuencias graves enseñándonos la palabra de Dios a cuidar nuestra actos. Al dejarnos llevar por nuestras pasiones  ofendemos  a nuestro Creador y esto tiene fuertes repercusiones

Cuando Jacob, Israel,  se entera  de lo que ha sucedido guarda  el silencio de una pena profunda e hiriente, pues él,  que a tenido cuidado de apartar a su familia como corresponde al linaje del pueblo de Dios, ahora la ve contaminada por la deshonra  de la que ha sido víctima su hija, por lo que aguarda solo y en silencio la dirección de Dios.

Cuando los hijos de Jacob  se enteran de los hechos, estos enfurecen y echan a andar su venganza siendo este acto tan vil y lleno de crueldad ,pues exterminan todo un pueblo, tanto habitantes como autoridades.

Y es que cuando piden a Dina en matrimonio, contestan que no les es permitido unirse en matrimonio con gente de costumbres y creencias diferentes a ellos,  pues esto ofende a Dios.

Y ponen de  condición para que se unan en matrimonio el que se circunciden.

Los hijos de Jacob han echado a  andar su plan sanguinario para vengar a su hermana Dina

¿Y dónde vemos claramente el pecado del hombre? cuando toma medidas más crueles y perversas de lo que pretenden remediar,  va a salir más caro el remedio que la medicina pagando con muchas vidas la falta de Siquem .

Todavía le añaden a su pecado el tener como estrategia de guerra el pretexto del pacto con Dios, de circuncidarse, para debilitarlos y tomarlos por sorpresa , pues como la historia nos lo relata el pueblo fue sorprendido y aniquilado.

Los hijos de Jacob habían sido instruidos en la palabra de Dios y sabían de su  protección y cuidado y que no  dejaría está afrenta sin castigo, sin hacer justicia,

Más sin embargo se han atribuido el papel de juez y toman venganza en sus manos aniquilando a todo un pueblo,

Esto nos enseña a no dejarnos llevar por la ira ante actos de injusticia pues Dios en su sobera voluntad actuará.

Hamor fue amable con ellos y trató por todos sus medios de mitigar el dolor de la afrenta causada por su hijo, debió ser escuchado y perdonado aceptado la petición suplicante de Siquem de tomar por esposa a Dina en un acto de amor.

Por otro lado vemos que Hamor y Siquem han aceptado el cambio de religión como un acto de conveniencia económica pues hablan de una igualdad donde van a compartir tanto las mujeres casaderas como las tierras y los bienes y formarán un solo pueblo, esto no es verdad pues vemos que el amar a Dios de esa manera no es sincera ya que esto requiere conocer a nuestro Señor y amarlo y esto no se da por decreto de ningún rey, gobierno o autoridad por lo que en este aspecto la actitud del Hamor y Siquem es falsa  y convenciera. Moisés menciona a dos hermanos de Dina quiénes encabezan la matanza entendiéndose que no fueron ellos solos quiénes aniquilaron a todo un pueblo pero si los responsables directos y quiénes lideraron a la gente para matar a los amonitas y siquemitas.

«Y los hijos de Jacob vinieron a los muertos, y saquearon la ciudad, por cuánto habian mancillado a  su hermana». Génesis 34-27

Esto fue más allá de una venganza puesto que tomaron botín, como si se tratara de una guerra apropiándose de los  bienes de los masacrados quedándose con sus vacas y ovejas.dejándose ver cómo unos delincuentes desalmados por lo que Jacob  reclama a Simeón y a Levi el mal testimonio que han dado a los moradores de esas tierras.

Tengamos cuidado de no dar un mal testimonio al tomar la justicia por nuestras manos. Pues la justicia es de Dios y Él nunca desampara a sus hijos.

Comparte con tus amigos