
La promesa de Dios sobrevive a la muerte
Meditación sobre Génesis 35:28, 36:1-8 por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Transcripción…
Génesis 35:28, 36:1-8
Estas son las generaciones de Esaú, el cual es Edom: Esaú tomó sus mujeres de las hijas de Canaán: a Ada, hija de Elón heteo, a Aholibama, hija de Aná, hijo de Zibeón heveo, y a Basemat hija de Ismael, hermana de Nebaiot. Ada dio a luz a Esaú a Elifaz; y Basemat dio a luz a Reuel. Y Aholibama dio a luz a Jeús, a Jaalam y a Coré; estos son los hijos de Esaú, que le nacieron en la tierra de Canaán. Y Esaú tomó sus mujeres, sus hijos y sus hijas, y todas las personas de su casa, y sus ganados, y todas sus bestias, y todo cuanto había adquirido en la tierra de Canaán, y se fue a otra tierra, separándose de Jacob su hermano. Porque los bienes de ellos eran muchos; y no podían habitar juntos, ni la tierra en donde moraban los podía sostener a causa de sus ganados. Y Esaú habitó en el monte de Seir; Esaú es Edom.
Como introducción a la meditación de hoy vamos a retomar Génesis 35 :27-29
Después vino Jacob a Isaac su padre a Mamre, a la ciudad de Arba, que es Hebrón, donde habitaron Abraham e Isaac. Y fueron los días de Isaac ciento ochenta años. Y exhaló Isaac el espíritu, y murió, y fue recogido a su pueblo, viejo y lleno de días; y lo sepultaron Esaú y Jacob sus hijos.
Moisés, el escritor de Génesis, en su narrativa da un salto inesperado ya que aborda la muerte de Isaac cuando está todavía no ocurre, pues todavía vive 15 años más para los tiempos en que se iba desarrollando está parte de la historia, esto no le quita mérito alguno, cómo bien sabemos la Biblia no va de una manera cronológica, sino que relaciona hechos importantes y se explica por si sola.
Respecto a la muerte de Isaac, no nos narra detalle alguno solo que murió viejo y lleno de días, que murió lleno de la sabiduría de Dios en una conciencia plena.
180 años de gran bendición no tan solo porque son un buen número de años sino por las promesas de Dios depositadas en él y su desendencia y qué le han hecho poder confiar en la fidelidad de su Señor pues la a visto de manera palpable a lo largo de este tiempo.
Esto lo podemos percibir hoy en día cuando asistimos a los servicios funerarios de un hermano en Cristo, aún cuando sentimos su partida, toda la familia en la fe se goza, con la certeza de que está con el Creador, vemos la mano de Dios en su vida, tenemos la confianza de qué ve a Dios cara a cara, por los méritos de Jesús, en el mismo momento en que deja este mundo, y esto trae paz, consuelo y una dulce esperanza a los corazones pues tenemos su promesa de qué así será.
Moisés nos menciona que Isaac vivió 180 años y no basta con decir que un hombre vive muchos años, lo interesante es cuando dicho hombre a vivido plenamente y acepta su partida como una decisión suprema de Dios el dueño de todas las almas.
Y exaló Isaac el espíritu, y murió, es necesario recordarles que en esta época de la historia, este proceso de la salvación no se tenía aún revelada la resurrección como tal, hoy somos privilegiados pues todo lo que Dios había de revelar, está escrito dándonos la certeza de qué hay un hogar en el cielo para los hijos de Dios en cuanto parten de aquí, Jesús lo dijo y Él es la verdad
Y los restos de Isaac los sepultaron sus hijos Esaú y Jacob.
En Génesis 36 Moisés hace un listado de los herederos de Esaú, siendo solo eso, una lista, pues todos sabemos que vendió su primogenitura. Calvino dice al respecto que Esaú fue exaltado como en un teatro elevado. Y que esté esplendor fue fugaz. Esaú tuvo hijos de tres esposas, las cuales eran ajenas a la fe, se emparenta con yugo desigual, no cuidando el linaje, sin preocuparse porque el pueblo de Dios permaneciera puro, su rebeldía es notoria en todos los sentidos.
Solo el Señor pudo sembrar en su corazón el deseo de buscar otras tierras lejos de Jacob y así permitir que el pueblo de Dios floreciera lejos de Esaú, quien no tenía la misma reverencia ante el Dios de sus padres, el Único y Verdadero Dios. Es así como Jacob toma posesión de la tierra prometida mientras que Esaú se va al Monte Seir motivado por ganancias mayores, siendo un hombre ambicioso,
Dios lo ha llevado lejos de Jacob, para que su pueblo se desarrolle, sin influencia alguna del pueblo edomita.
Dios sigue cuidando de su pueblo, sigue siendo fiel a su promesa qué ha preservado en estas tres generaciones y en medio de una tragedia nos aparta y vela por nuestro alimento espiritual, nos sigue alimentando a través de su palabra, lo único que puede alimentar nuestra alma
Tenemos una bendita esperanza de qué al ser parte del pueblo de Dios tenemos un hogar en el cielo y que el Señor siempre cuidará de nosotros mientras habitemos este mundo, no hay obstáculos para Él pues es muy grande y poderoso, podemos vivir y morir tranquilos confiando en las promesas de nuestro Padre Celestial