No matarás

Meditación sobre Mateo 5:17-21 por el A.I. Marcos Mercado Estrada
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Transcripción…

En este hermoso día reciban un afectuoso saludo y un cordial abrazo

La meditación del jueves pasado y la de hoy tienen relación con las palabras que nuestro Señor y Salvador Jesucristo pronunció acerca de las escrituras del Antiguo Testamento, las cuales encontramos en el evangelio de Mateo 5: 17 al 21 que dice:

21 Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio
22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.
23 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,
24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
25 Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.
26 De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.
I. INTRODUCCIÒN

En estos versículos tenemos el primero de una serie de seis ejemplos que nuestro Señor dio de la interpretación de la ley de Dios en oposición a la que hacían los escribas y fariseos.

            Jesús dijo que el pecado es un asunto del corazón, de intención y de acto; de todo el ser y no simplemente de una exterioridad formal, como enseñaban los fariseos. 

El asesinato, por malo que sea, es realmente una expresión externa, una manifestación clara, de un mal interno.

            Jesús ilustró su enseñanza con ejemplos muy comunes de la vida real. Por ejemplo, al hablar del asesinato, puso de ejemplo al que odia a su hermano

  Y mostró de esta manera que la actitud interior de odiar es, en esencia, una desobediencia del mandamiento «no matarás». 

Estos seis ejemplos inician con las palabras: ‘Oísteis que fue dicho a los antiguos… pero yo os digo.’ Vayamos ahora al primer ejemplo.

Jesucristo dijo: 21 Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio

Lo que verdaderamente Jesús dijo es:  ustedes saben desde la antigüedad que matar, cometer adulterio y mentir es contra de la ley.  Lo que no saben es que esto de matar o cometer adulterio no consiste solamente en el acto, sino también en la actitud.  No son asesinos, mentirosos y adúlteros únicamente los que cometen el acto, sino también los que por su actitud quebrantan la ley de Dios.

Ahora, bien, si está perfectamente claro que uno de los 10 mandamientos dice. ‘No matarás’ ¿Cuál fue el error de los escribas y fariseos a este respecto?

Los escribas y los fariseos procuraron restringir la aplicación del sexto mandamiento, al acto de derramar sangre humana en homicidio.

¿Y qué fue lo que dijo Jesús al respecto? El versículo 22 dice:

22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio;

Ninguna corte humana puede acusar a un hombre por enojo, pero los que dicen “desearía que estuviese muerto», este deseo es una violación del sexto mandamiento. Y ante el tribunal de Dios la persona es culpable del mismo castigo que el homicida, en contraste.

Jesús afirmó que la verdadera aplicación de este mandamiento es mucho más amplia que el asesinato ya que incluye pensamientos y palabras, así como la ira, el enojo y el insulto

Ellos decían que mientras no se cometieran homicidios, todo iba bien, y el mandamiento ‘No matarás’ quedaba cumplido, y cada uno podía decirse a sí mismo, ‘He observado y cumplido la ley.’

Jesús dijo que la verdadera forma de entender el ‘No matarás’ es ésta:  ‘Cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio.’

Y se refirió al enojo injusto, producto del orgullo, la vanidad, el aborrecimiento, la malicia y la venganza.

El Dr. Martyn Lloyd Jones dijo que odiar, enojarse, y guardar un sentimiento de odio y resentimiento hacia una persona es equiparable al homicidio. No hay que enojarse con el hermano.

 Es decir, albergar enemistad e ira en el corazón contra cualquier persona, y sobre todo hacia los que pertenecen a la fe, es, según nuestro Señor, algo tan reprensible y aborrecible delante de Dios como el homicidio.

1 Juan 3:15 dice: Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida

Ahora bien, el asunto no quedó allí, sino que nuestro Señor continuó diciendo:

y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego

Es decir, no sólo no debemos enojarnos; sino tampoco mostrar desprecio.

Ya que despreciar a un hermano llamándolo ‘necio’ es, algo, terrible delante de Dios.

Y por desgracia, en algunas ocasiones nos hemos matado unos a otros con el pensamiento y el corazón, Hemos tenido pensamientos contra personas, que son tan malos como el homicidio.

Y nos hemos enojado de tal manera que nos hemos dicho unos a otros, ‘necio.’ Esto implica que hay muchas formas de destruirse sin llegar al homicidio. Podemos destruir la reputación de alguien, podemos quebrantar la confianza de alguien en sí mismo por medio de críticas o de averiguar faltas ocultas.

En resumen, en este pasaje, nuestro Señor nos indica que el mandamiento no matarás no significa solamente destruir la vida físicamente, sino que también significa tratar de destruir el espíritu y el alma,

y además agregó que : ‘Cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.’ Y fatuo es una expresión ofensiva, de difamación. Que muestra el odio y la enemistad del corazón que se manifiestan por medio de las palabras.

Nunca debemos airarnos contra una persona como tal; debemos distinguir entre la persona y lo que hace. Nunca debemos ser culpables de sentir desprecio ni de ofender.

En otras palabras, nuestra ira debe dirigirse sólo contra el pecado; contra lo malo que hace la persona y nunca debemos enojarnos con el pecador, sino sólo sentir pesar y compasión por el.

Ahora bien, en este mismo pasaje nuestro Señor Jesucristo le da un giro al problema y lo presenta de manera positiva: ‘

23 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,,

24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

25 Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.

Y estos 3 versículos son muy importantes muy significativos y muy prácticos, ya que no solo hay que evitar, tener y anidar pensamientos malos y homicidas en el corazón contra otro; sino que el mandamiento de no matar también implica que tomemos medidas para reconciliarnos con nuestro hermano.

Algunos dicen, pero es que yo ayudo mucho en la iglesia, dedico mucho tiempo a sus actividades, pero viven con envidia hacia otro cristiano, y quieren compensar una cosa con la otra, pensando que con un bien compensar aquel mal.

¿Qué nos dice Dios? Deja tu ofrenda en el altar y Ve y reconcíliate con tu hermano

y luego ven a hacer la ofrenda. Es decir para agradar a Dios antes de participar en el acto de culto debemos dejar a un lado el pecado del odio y el rencor.

Si alguien no le habla a una persona porque tienen una gran enemistad con ella, la Palabra de Dios asegura que el culto que pretendemos darle no vale nada y el Señor no lo escuchará.

De nada sirve orar a Dios cuando uno sabe que está enojado con su hermano. A Dios no le agrada el pecado y la iniquidad.

Y de acuerdo con estas palabras de nuestro Señor Jesucristo, este asunto es tan importante que incluso hay que interrumpir la oración, por así decirlo, para reconciliarse con el hermano.

Si somos culpables, dejemos la ofrenda, y salgamos a reconciliarnos Ya que el versículo 25 dice. ‘Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino

Necesitamos volvernos más sensibles a todo acto, palabra, mirada o pensamiento mediante el cual herimos u ofendemos a nuestro prójimo, incluyendo a nuestro prójimo más próximo que es nuestro cónyuge, y también a nuestros hijos o padres

CONCLUYO:

Escuchemos hoy las palabras de nuestro Señor Jesucristo a fin de que si tenemos una relación rota busquemos repararla,, pedir disculpas por el agravio que hemos causado, pagar la deuda que no hemos pagado, hacer restitución.

Y nunca debemos permitir que un distanciamiento dure y menos aún, que crezca. No debemos demorar en arreglarlo. Escuchemos lo que  Efesios 4:26 dice:

Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo

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