
Consecuencias del pecado
Meditación sobre Génesis 42:18-38 por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Transcripción…
Lectura:
Y al tercer día les dijo José: Haced esto, y vivid: Yo temo a Dios.
Si sois hombres honrados, quede preso en la casa de vuestra cárcel uno de vuestros hermanos, y vosotros id y llevad el alimento para el hambre de vuestra casa. Pero traeréis a vuestro hermano menor, y serán verificadas vuestras palabras, y no moriréis. Y ellos lo hicieron así.
Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.
Entonces Rubén les respondió, diciendo: ¿No os hablé yo y dije: No pequéis contra el joven, y no escuchasteis? He aquí también se nos demanda su sangre.
Pero ellos no sabían que los entendía José, porque había intérprete entre ellos.
Y se apartó José de ellos, y lloró; después volvió a ellos, y les habló, y tomó de entre ellos a Simeón, y lo aprisionó a vista de ellos.
Después mandó José que llenaran sus sacos de trigo, y devolviesen el dinero de cada uno de ellos, poniéndolo en su saco, y les diesen comida para el camino; y así se hizo con ellos.
Y ellos pusieron su trigo sobre sus asnos, y se fueron de allí. Pero abriendo uno de ellos su saco para dar de comer a su asno en el mesón, vio su dinero que estaba en la boca de su costal.
Y dijo a sus hermanos: Mi dinero se me ha devuelto, y helo aquí en mi saco. Entonces se les sobresaltó el corazón, y espantados dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios? Y venidos a Jacob su padre en tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había acontecido, diciendo: Aquel varón, el señor de la tierra, nos habló ásperamente, y nos trató como a espías de la tierra. Y nosotros le dijimos: Somos hombres honrados, nunca fuimos espías.
Somos doce hermanos, hijos de nuestro padre; uno no parece, y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán.
Entonces aquel varón, el señor de la tierra, nos dijo: En esto conoceré que sois hombres honrados: dejad conmigo uno de vuestros hermanos, y tomad para el hambre de vuestras casas, y andad, y traedme a vuestro hermano el menor, para que yo sepa que no sois espías, sino hombres honrados; así os daré a vuestro hermano, y negociaréis en la tierra.
Y aconteció que vaciando ellos sus sacos, he aquí que en el saco de cada uno estaba el atado de su dinero; y viendo ellos y su padre los atados de su dinero, tuvieron temor.
Entonces su padre Jacob les dijo: Me habéis privado de mis hijos; José no parece, ni Simeón tampoco, y a Benjamín le llevaréis; contra mí son todas estas cosas.
Y Rubén habló a su padre, diciendo: Harás morir a mis dos hijos, si no te lo devuelvo; entrégalo en mi mano, que yo lo devolveré a ti.
Y él dijo: No descenderá mi hijo con vosotros, pues su hermano ha muerto, y él solo ha quedado; y si le aconteciere algún desastre en el camino por donde vais, haréis descender mis canas con dolor al Seol.
José se ha enfrentado a sus hermanos con cara dura, acusándolos de espías y les puso por prueba el ir por el hermano menor y así comprobar la veracidad de su historia.
José en realidad, como ya vimos, lo que busca es corroborar si Benjamín y su padre están con vida ya que conociendo su perversidad no duda en el mal que pudieran hacerles.
Los hermanos de José al estar hoy frente a la desgracia de no tener ni lo más elemental, como el alimento, y tener que inclinarse ante un gobernante quien de primera instancia los acusa de espías viendo sus vidas en peligro los ha llevado a recordar su fratricidio.
Antes de esto no eran tan conscientes de todo el mal que le hicieron a José y a su padre quien no encuentra consuelo.
Es así como Dios en la adversidad escudriña los corazones de los hombres dejando a un lado toda posición aduladora y les arranca la confesión de sus faltas llevándolos a una consciencia de sus pecados.
Este tipo de pruebas las experimentamos constantemente los creyentes ya que seguimos siendo pecadores, más bendita sea la hora en que Jesús nos redimió de todo pecado.
Inútil sería que Dios tocará nuestros corazones haciéndonos ver nuestros pecados sin que provoque arrepentimiento también, su gracia es completa.
Los hermanos hablan entre si, pensando que su interlocutor no entiende su idioma y confiesan
«Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros está angustian». Gn. 42: 21
Fueron insensibles al ver la angustia del alma de su hermano José, ahora sus ruegos no son escuchados, aún cuando salen de lo más profundo de su ser y todo esto lo ven como el justo juicio de Dios. Por eso la palabra de Dios es muy clara cuando nos dice:
El que cierra su oído al clamor del pobre, También él clamará, y no será oído.
Proverbios 21:13
Aprendamos mis queridos hermanos a ejercer humanidad, extendiendo la mano al desprotegido y por mucho conocimiento que se tenga no respondamos con arrogancia pues eso no es actuar con la sabiduría y misericordia que nos comparte nuestro Señor.
Los hermano de José han llegado a la conclusión de que a pesar de sus ruegos parece qué no pueden conseguir la ayuda de Dios y se dan cuenta que sus vidas están bajo la autoridad de Dios quien sigue al cuidado de ellos aunque así no lo perciben por ahora.
José sigue escuchando cuando Rubén les dice: «¿No os hablé yo y dije: no pequéis contra el joven, y no escuchasteis? He aquí también se nos demanda su sangre». Gn. 42:22
Rubén magnífica la culpabilidad de sus hermanos al recordarles que no lo escucharon cuando él abogó por José, ni permitieron que lo liberara y les reprocha su arrepentimiento el cual se da demasiado tarde; José está escuchando y entendiendo todo pues hablan en su idioma natal, pero para el está confesión y arrepentimiento no son suficientes y toma preso por garantía a Simeón dejando ir a los demás, este acto no es por maldad o venganza pues lo que realmente desea es saber de la seguridad de su hermano Benjamín, prueba de ello es que deja partir a los demás llenando sus bolsas de alimentos.
Siempre debemos ser afables y dispuestos al perdón, ya que así nos lo enseña el Señor y José detrás de es cara dura ocultaba el más tierno de los sentimientos, el amor.
Grande fue la sorpresa de sus hermanos cuando uno de ellos abre el costal de alimento y se encuentra el dinero con que lo pagaron, esto se debió a que José está preocupado por su padre, quiere qué tenga suficiente alimento y también quiere qué sus hermanos lleven a Benjamín y a su papá, quiere volver a ver a su familia junta.
Entonces les sobresaltó el corazón, y espantados se dijeron él uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios? Gn. 42:28.
Su expresión no es de reclamo al Señor pues saben que lo han airado, desde que Dios les señaló en su conciencia la culpabilidad, de su mente no han podido quitar la idea de que todo lo que les sucede es por el juicio de Dios y lo que sus pecados merecían, eso es lo que recibirían, van aprendiendo a poner a Dios delante de sus actos.
«Y venidos a Jacob su padre en tierra de Cannán, le contaron todo lo que les había acontecido», Gn. 42:29
Se vuelve a narrar toda la historia de los acontecimientos por boca de los hijos de Jacob quienes tratan de explicar porque dejaron a su hermano encarcelado como garantía de que han de regresar llevando a Benjamín y tratan de convencer a su padre de que cualquier cosa es poca para mitigar el hambre. Jacob piensa diferente, para él es preferible morir de hambre que entregar a su hijo y menos a Benjamín, el hijo qué le queda de su amada Raquel. Esto nos da a saber que la herida no ha sanado después de 13 años, y no es para menos ya que sus hijos se encargaron de pintar un cuadro muy desgarrador, pues de su muerte solo tiene la prueba de su túnica ensangrentada, y con esto ve que la promesa es más difícil de cumplir ¿De dónde vendrá la simiente prometida?
Jacob no acusa abiertamente a sus hijos por la perdida de José ni tampoco por la de Simeón, pero si les reprocha que ha cargado con esta pena solo, Rubén a esto da un giro total al ofrecer a sus dos hijos en garantía ya que si no regresa Benjamín le pide a su padre que tome sus vidas.
Jacob da por respuesta que no irá su hijo Benjamín a ningún lado, ve con claridad la vida de su familia destrozada por el hambre, pero aunque no lo dice Moisés, sabemos que la paciencia de Jacob está sustentada en la Fe que le da Jehová nuestro Dios.
Cómo humanos muchas veces no vemos con claridad el alcance de nuestros hechos, no queremos ver las consecuencias de nuestros pecados pero Dios que es fiel y justo nos hace ver, despierta nuestra conciencia para darnos cuenta de esto y llevarnos al arrepentimiento, porque al confesar el mal que hemos hecho Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad 1Jn 1:9
Las consecuencias están pero nuestros corazones encontrarán paz en Su perdón. Los hermanos de José están en este proceso, reconociendo sus faltas, viviendo las consecuencias de sus hechos, están viviendo ese dolor y ahora perciben con mayor claridad el dolor de su padre, pero gracias a Dios la historia no termina aquí, el Señor tiene misericordia de sus hijos y guía todo para el cumplimiento de sus promesas como lo veremos más adelante.