Estad quietos, y conoced que yo soy Dios

Meditación sobre Salmo 46: 10-11 por el A.I. Saulo Murguía A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Transcripción…

Salmo 46: 10-11

10 Estad quietos, y conoced que yo soy Dios;
Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.
11 Jehová de los ejércitos está con nosotros;
Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah

De todo el libro de los Salmos, posiblemente lo que leemos en el Salmo 46:10 es el que mejor expresa la esencia de una verdadera vida de fe.

Aquí hay dos mandatos para nosotros, que están fuertemente relacionados: El primero nos dice qué no hacer y el segundo qué hacer.

Veamos el primero:

Las palabras más fascinantes aquí son “estad quietos”, porque nos llevan al verdadero significado de la confianza en Dios.

En el hebreo original de este salmo, viene del verbo rafá, RFH רפה que significa:
aplacar, bajar, ceder, débil, debilitar, declinar, dejar, desamparar, desfallecer, desmayar, detener, flojo, intimidar, negar, negligente, quieto.

Aquí debemos entender la misma idea que expresó por Moisés justo antes de que el pueblo de Israel entrara en las aguas divididas del mar Rojo:

Éxodo 14:14-15

14 Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.
15 Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen.

«estaréis tranquilos» e inmediatamente da la orden de marchar. No quedarse ahí parados: marchar!.
Debían saber que Dios pelearía la batalla, y sabiendo eso dejar de preocuparse. La tendencia humana al saber esto, es adoptar una posición pasiva al respecto, pero Dios les dice que marchen: obedezcan.

Entonces, no habla de ser simplemente pasivos, sino que nos dejemos llevar de forma activa para conocer que Dios tiene el control y que conozcamos objetivamente el poder salvador de Dios en nuestras vidas.

Eso significa de abandonar todo esfuerzo y afán personal, y empezar a obedecer, reconociendo el señorío de Dios en todo.

En la versión RVC (Reina Valera Contemporánea)

«¡Alto! ¡Reconozcan que yo soy Dios!
¡Las naciones me exaltan! ¡La tierra me enaltece!»

En la versión DHH (Dios Habla Hoy)

«¡Ríndanse! ¡Reconozcan que yo soy Dios!
¡Yo estoy por encima de las naciones!
¡Yo estoy por encima de toda la tierra!»

Dios parece estar diciéndonos que dejemos de enloquecer o que dejemos de intentar arreglar todo, ya que de todos modos no podemos controlarlo.

¡El Señor nos está diciendo que lo dejemos! Muchas de nuestras preocupaciones y ansiedades provienen de la raíz profunda del pensamiento de que se supone que debemos arreglar todo, que es nuestro deber dominar cualquier caos en nuestras vidas.

No es verdad. Eso es irreal.

Dios está aquí reprendiendo nuestra inquietud, nuestra hiperactividad egocéntrica.

Hay muchas cosas, como las pandemias globales, sobre las que no tenemos control.

No sabemos qué va a pasar. Pero sabemos algo más profundo y más sólido que una roca. ¡Conocemos a Dios!

Muy bien, ahora que nos ha dicho que no debemos depender de nuestro propio ingenio o intelecto o carisma personal, o de lo que sea, y estamos listos para el segundo mandamiento en el versículo 10: «conoced que yo soy Dios».

Hay algo más profundo que el caos y el miedo que corren desenfrenados en nuestro mundo.

¡Saber que Dios es Dios significa que debemos reconocer, reconocer y admitir que Dios realmente es Dios sobre todo! No somos Dios. Nuestros líderes religiosos y políticos no son Dios. La naturaleza no es Dios. El virus no es Dios. ¡Solo Dios es Dios y lo conocemos personalmente!

Nuestro Dios que es exaltado y adorado entre las naciones es también el «Señor de los ejércitos» y el «Dios de Jacob». Nunca ha habido un momento en que Dios no existiera. Nunca habrá un momento en que Dios no esté.

Jehová de los ejércitos está con nosotros;
Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah