Vivamos gozosos la paz de Dios

Meditación sobre Filipenses 4:4-13 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Transcripción…

CDMX, viernes 1° de octubre de 2021

Hermanos podemos ver que en tiempos difíciles siempre hay alguna persona que trata de obtener beneficios, a veces de manera no muy honesta; elogian sus productos con cualidades casi milagrosas, o contratan personas por medio de una cuota para trabajos que no existen.

Estas personas actúan con valores trastocados por este mundo pecador, cegados por su propia maldad y avaricia, no tienen temor de Dios.

Nosotros los creyentes encontramos en la biblia otra forma de ser y de ver el mundo.

En el libro de Proverbios 7: 7 – 9 encontramos estas palabras:

7 Dos cosas te he demandado; No me las niegues antes que muera:
8 Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Mantenme del pan necesario;
9 No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová?
O que siendo pobre, hurte. Y blasfeme el nombre de mi Dios.

Si reconocemos que Dios es el señor de todo y confiamos en su providencia, no tenemos por qué temer a la adversidad, a los problemas económicos o a la enfermedad. Hermanos, como Salomón oremos a nuestro Dios por medio de nuestro señor Jesucristo pidiendo por todas nuestras necesidades, sabiendo que Él siempre nos escucha.

En los versículos 4 y 5 de nuestro pasaje en Filipenses 4 leemos:

4 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: !!Regocijaos!
5 Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.

El Apóstol nos invita a estar contentos, a Alegrarse, no solo que disfrutemos de lo las cosas que tenemos, del techo o la comida, sino también a alegrarse compartiendo con los demás de lo que Dios nos bendice sea poco o mucho, estemos en contentamiento.

Si estamos alegres, contentos, haciendo la voluntad de Dios, las dificultades de la vida no pueden afectarnos, pues Dios está a nuestro lado y su espíritu nos guía a librándonos de todo mal y llevándonos por caminos de verdad.
El señor está cerca de cada uno de nosotros en todo momento y también recordemos que él va a venir una vez más por lo que debemos estar firmes y constantes en la fe.

Si seguimos el ejemplo de humildad y servicio de nuestro señor Jesús, estamos dando testimonio de que él vive en nosotros y si tratamos con amabilidad y bondad a las demás personas que nos rodean, estamos reflejando el amor que Dios tiene con nosotros.

En el versículo 6 y 7 del pasaje dice:

6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

No debemos preocuparnos por nada, no debemos experimentar sobresaltos que nos quiten el sueño, el Apóstol Pablo nos invita a estar confiados, tranquilos, porque nuestro Dios es el señor de este mundo y creador de todas las cosas. Y está a nuestro lado.

Estemos en comunión con nuestro Dios y oremos dando gracias por su misericordia, por su gracia y por su providencia.
El Apóstol nos dice que solo la paz de Dios puede guardar nuestros corazones y nuestros pensamientos en Cristo.

La paz de Dios es un regalo que recibimos por su gracia y va más allá de nuestro entendimiento humano.
Hermanos, solo a través de la obra redentora de Cristo Jesús es que tenemos paz con Dios, porque nuestro pecado ha sido perdonado por medio de la sangre preciosa de nuestro salvador.

En el versículo 8 y 9 del pasaje dice:

8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
9 Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.

El Apóstol Pablo nos invita a reflexionar en cómo debe ser nuestra vida, nuestra conducta y en todo aquello que hacemos en nuestra vida diaria, que nuestros planes y todo lo que hagamos sean dignos de nuestro señor Jesús.
Consideremos lo que nos enseña su palabra y veamos las cosas con la mente de Cristo, que nuestro trabajo y todo lo que hagamos en nuestra vida sea para la gloria de Dios y su paz estará con nosotros, en medio de nosotros y dentro de cada uno de nuestros corazones.

En San. Juan 14: 6 el señor Jesús le contesto a Tomas y también nos lo dice a nosotros:

6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Seguir las pisadas del señor Jesús, sabiendo que él es el camino de la verdad y de la justicia.
Aquí tenemos una gran promesa, dice que, si cumplimos sus mandamientos, Él traerá paz a nuestra vida y nos guardara de todo mal.

En los versículos 10 al 12 del pasaje dice:

10 En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad.
11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.
12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.

El Apóstol Pablo, en estos versículos hace un reconocimiento a los Filipenses, pues después de un tiempo de haber perdido contacto con él, pues no sabían dónde se encontraba, si estaba encarcelado en Jerusalén o en otro lado, pero en cuanto se enteraron que estaba en Roma le hicieron llegar su ayuda.

Pablo está contento cualquiera que sea su situación, él tiene un propósito y reconoce que es la voluntad de Dios, y no por ello deja de tener fe, al contrario, nos invita a estar firmes en la fe y nos muestra con estas palabras que es bueno estar al pendiente de nuestros hermanos para apoyarlos y ayudarlos cuando están en situaciones difíciles.

En el versículo 13 del pasaje dice:

13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Todo, todo lo puedo hacer porque Cristo está conmigo, él vive en mí y no hay nada que detenga el plan que Cristo tiene para mi vida, porque Cristo es el que me guía, el que conduce mi camino por sendas de paz y de justicia.

El Apóstol Pablo Reconoce que no importa cual sea la situación, si de abundancia o de necesidad, debemos está en contentamiento, sabiendo que, si estamos cumpliendo la voluntad de nuestro Dios, él nos da la fuerza necesaria para superar las situaciones y cumplir su propósito en nuestra vida y tendremos la paz de Dios en nuestras vidas.

A. I. Nelson Daniel Miranda Giles.

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