
José duerme en la fe – Génesis 50:15-26
Meditación sobre Génesis 50:15-26 por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Transcripción…
Génesis 50:15-26
Viendo los hermanos de José que su padre era muerto, dijeron: Quizá nos aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos.
Y enviaron a decir a José: Tu padre mandó antes de su muerte, diciendo: Así diréis a José: Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron; por tanto, ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban.
Vinieron también sus hermanos y se postraron delante de él, y dijeron: Henos aquí por siervos tuyos.
Y les respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos.
Así los consoló, y les habló al corazón. Y habitó José en Egipto, él y la casa de su padre; y vivió José ciento diez años.
Y vio José los hijos de Efraín hasta la tercera generación; también los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron criados sobre las rodillas de José.
Y José dijo a sus hermanos: Yo voy a morir; mas Dios ciertamente os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob.
E hizo jurar José a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis llevar de aquí mis huesos.
Y murió José a la edad de ciento diez años; y lo embalsamaron, y fue puesto en un ataúd en Egipto.
Después del sepelio de Jacob los hermanos de José se presentan ante él tal y como se los pidió su padre e inclinándose en reverencia le piden perdón por el daño que le hicieron, esto lo hacen con miedo, pues en su mente, ausente del temor de Dios, bien a bien no han entendido que su maldad, por la acción del Espíritu Santo se convirtió en bendición, el Pueblo de Dios había sido librado de la muerte por la falta de alimentos.
José lo único que ve es la providencia de Dios, su perdón es sincero, no se envanece ni piensa en una venganza, da testimonio a sus hermanos de como Dios lo ha ido guiando con un propósito, pero vemos que aunque sus hermanos conocen al Señor probablemente aún no tiene una relación tan estrecha con el Señor y por eso no pueden ver con claridad como todo fue movido cuidadosamente para lo que Él quería.
Y les respondió José: No temáis; ¿a acaso estoy yo en lugar de Dios? Gn. 50: 19
José manifiesta que Dios está por encima de él y que no le corresponde juzgarlos, es muy probable que José tenga sentimientos encontrados al igual que nosotros y tanto el amor como la irá deben invadir su corazón más su sentir lo somete a la voluntad de Dios, aprendamos de José quien se sometió en amor a la voluntad de Dios y perdono a sus hermanos de corazón al punto de llorara mientras sus hermanos exponían su preocupación.
José está consciente de que a través de la maldad de sus hermanos fue llevado por la providencia de Dios a Egipto para preservar la vida de su familia, y que si esto no hubiera sucedido él no sería el instrumento de salvación y preservación del pueblo elegido, la voluntad de Dios se había cumplido.
José le atribuye a Dios el gobierno de todas las cosas y que nada es hecho sin su divina voluntad, Él es quien regula todos los eventos, prueba de ello es que preparó a José con capacidades y habilidades que le permitieron encumbrarse dentro del gobierno Egipcio, dando también a faraón un corazón sensible a las necesidades de la familia de Jacob y así es como, no tan solo cuido de su familia, sino que también de la nación Egipcia.
La reconciliación fue sincera, sólida, y no fingida y el mal fue vencido por el bien cómo nos lo enseña Pablo en Romanos 12:21 «no seas vencido de lo malo, sin vence con el bien el mal.»
A veces decimos que perdonamos y nos alejamos lo más retirado posible de la persona que nos lastimó, más no somos capaces de convivir con ella o aún peor si nos solicita ayuda, como represalia no lo hacemos, y eso no es perdonar, está acción solo empobrece nuestra alma.
Es por esto que José les habló al corazón diciendo que los habrá de sustentar a ellos y a sus hijos, como prueba de su amor y perdón.
Y así es como José junto con sus hermanos se quedan a vivir en Egipto, donde José poco a poco se va alejando de las comodidades y privilegios de los egipcios y se integra más a su pueblo, al pueblo de Israel, y al llegar a su fin pide que sus restos sean llevados a Canaán, y con ello manifestar al igual que Jacob, hoy Israel, que algún día debían de salir de ese país pues les aguarda la tierra prometida y con ello el cumplimiento de las promesas de Dios. Con esto también manifesta que el hombre más poderoso después de Faraón, tenía su propia ciudadanía en un país diferente y que estaba contento con esto, pues a pesar de que ese reinado no se veía llegar todavía, moriría en la promesa como un bello sueño.
Hoy todos los creyentes anhelamos ese bello sueño como una realidad de las promesas de Dios pues el Rey de paz ya llegó y prometió volver por cada uno de nosotros, para estar en la presencia del Padre eterno.
“ Esperaré, pues, a Jehová, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y en él confiaré.» Isaías 8:17.