La viga en el ojo – Mateo 7:3

Meditación sobre Mateo 7:1-2 por el A.I. Marcos Mercado Estrada
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Transcripción…

Buenos días, como cada jueves me da mucho gusto saludar a cada uno de ustedes.

Y doy gracias a Dios porque el día de hoy vamos poner nuestra atención en los versículos 3 al 5 del capítulo 7 del evangelio de Mateo que dice de la siguiente manera:

3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? 4 ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? 5 ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.

INTRODUCCIÓN

En el capítulo 7 del evangelio de Mateo encontramos la sección final del Sermón del Monte. En donde el tema subyacente en todo el capítulo es el del juicio.

Ya dijimos que en los versículos 1al 5 encontramos 5 razones o argumentos para cumplir el mandato “No juzgarás”

Ya analizamos 2 de estos argumentos así que ahora vayamos al tercer argumento que el Señor nos da para no juzgar a los demás

«¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?

Y en este argumento encontramos un sarcasmo sorprendente y un ejemplo perfecto de ironía

Es «una hipérbole oriental exagerada » que habla que alguien tiene una viga, o sea de una enorme tabla de madera en el ojo y, a pesar de ello, quiere sacar una basurita del ojo del hermano.

¡Y Jesús lo dijo así porque lo merecemos! Y por eso nos dice que la tercera razón para no juzgar a otros es que somos incapaces de juzgar.

Es decir, no debemos juzgar y no podemos hacerlo adecuadamente y ni siquiera debemos intentarlo sobre todo porque el espíritu de crítica que nos domina no nos da el derecho a juzgar.

Y este argumento dice es que en primer lugar debemos ocuparnos de nosotros mismos, antes de tratar de ver la paja en el ojo ajeno, es decir primero debemos ver la viga que hay en nuestro propio ojo.

Y esto es algo necesario, porque si el interés de alguna persona es la justicia y la verdad, y no las personas, entonces en primer lugar debe ser un crítico de sí mismo y luego de los demás, y nosotros, no debemos pasar por alto nuestras propias faltas y criticar sólo a los demás. Este es el tercer argumento que encontramos en estos versículos para no juzgar

Pero vayamos ahora al cuarto argumento de nuestro Señor que encontramos en el versículo 4 que dice: «¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?»

Y este también es un sarcasmo sorprendente y un ejemplo de ironía

Ya que claramente nos dice que debido a nuestra condición pecaminosa somos completamente incapaces de juzgar a otros debido a la viga que hay en nuestro ojo.

Algunos se justifican y dicen: es que yo juzgo porque estoy preocupado por las personas y por sus faltas, y tratan de dar la impresión de que están preocupados sólo por su bien. Y dicen que están alarmados porque ven una pequeña mancha en ellos, y que están deseosos de eliminarla.

Pero, lo que nuestro Señor dijo aquí, es que no lo pueden hacer, por tres razones: 1.- es un proceso sumamente delicado 2.- la viga que está en nuestros propios ojos nos vuelve incapaces y 3.  nuestro deber es, primero quitar la viga de nuestro ojo, para que al tener una visión clara podamos entonces sacar la paja del ojo de nuestro hermano.

Miren ustedes, hay un dicho que dice que un ciego no puede guiar a otro ciego, pero existe una situación peor que esa, y es el caso de un oculista ciego.

Ya que es más que imposible que un oculista ciego intente ver y menos aún quitar una mota o paja de un ojo ajeno.

Y si un ciego es incapaz de ayudar a los demás, un oculista ciego es todavía más inútil y muchas veces nosotros somos unos oculistas completamente ciegos

Entonces, lo que nuestro Señor nos dice aquí es que si. alguno quiere ver claramente para quitar una mota o diminuta paja del ojo de otra persona por la que se interesa, en primer lugar debe asegurarse de tener sus propios ojos bien limpios. No se puede ayudar a otro estando ciego por la viga que hay en el ojo propio.

Ahora bien, ¿Cómo sacamos la viga de nuestros ojos?

Si nos examinamos a nosotros mismos, nuestros juicios y pronunciamientos, con honestidad y sinceridad, entonces podremos sacar la viga de nuestro propio ojo y ya que estemos humillados nos sentiremos libres del espíritu de censura e hipercrítica.

Entonces, el primer paso para ayudar a otros es sacar la viga de nuestros propios ojos, para que al ver con claridad podamos ayudar a otros a sacar la paja de su ojo.

Ahora bien, una vez que sacamos la viga de nuestro ojo ¿Cómo podemos sacar la paja del ojo ajeno?

El Dr. Martyn Lloyd Jones dijo que debemos cumplir 4 requisitos:

1 ) siendo humildes, 2) siendo compasivos, 3) estando conscientes de nuestro propio pecado y de nuestra propia indignidad, y 4) Y todo lo anterior a fin de que al estar con esa persona en vez de condenarla, sintamos ganas de llorar con ella

Ahora bien, en este pasaje encontramos todavía un quinto argumento en el versículo 5 que dice:

5 «¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces veras bien para sacar la paja del ojo de tu hermano!’

En este versículo, Jesús además de hablar de la viga en el ojo propio, nos llama hipócritas, ya que la imagen de alguien que lleva a cabo la delicada operación de quitar una brizna de suciedad del ojo de un amigo, mientras que existe un gran madero en su propio ojo y este le oscurece y le tapa enteramente la visión, es un hipócrita.

Y lo que aquí nos pide, si realmente estamos preocupados por ayudar a una persona; es que primero debemos ser honestos y sinceros ya que nuestro interés no es el de condenarla sino ayudarla.

Un ejemplo de hipocresía es cuando alguien se dirige a un amigo y le dice » realmente es una vergüenza que tengas ese defecto’

Y es hipocresía porque por medio de un acto de aparente bondad pretende quitar una brizna de polvo del ojo de alguien, solo para decir que él es mejor que la otra persona

John Stott dijo En realidad, lo que hacemos a menudo es ver nuestras propias faltas en otros y juzgarlas de manera muy dura y exigente, severa y exagerada. De esa manera, experimentamos el placer de la rectitud propia sin el dolor de la penitencia.

A. B. Bruce escribió que la tendencia a criticar y a censurar, es un «vicio farisaico, que trata de exaltarnos a nosotros mismos a costa de desacreditar a otros, porque es un medio muy barato de obtener superioridad moral»,’

El pecado de tener un espíritu que le gusta juzgar a los demás es como una viga, comparado con la mota en la otra persona que quizá es que ha caído en inmoralidad, en algún pecado de la carne, o quizá sea reo de algún pequeño error de vez en cuando.

CONCLUYO

John Stott dijo que La realidad es que existe una tendencia a exagerar las faltas de los demás y a reducir la gravedad de nuestras faltas, por lo que, lo primero debemos hacer es sacar la viga de nuestro propio ojo, para ver claramente y entonces poder quitar la paja del ojo del hermano, y esto implica que nuestro deber cristiano, entonces, no es ver la paja que está en el ojo de nuestro hermano sino ver la viga que está en el nuestro.

Y hay que aclarar que el proceso de sacar la paja del ojo es difícil, ya que no hay órgano más sensible que el ojo, y lo notamos porque en cuanto un dedo lo toca, se cierra; así es de delicado y entonces lo que se necesitamos por encima de todo para sacar una paja del ojo ajeno es amor, paciencia, calma y equilibrio.

Y en todas nuestras actitudes y conducta hacia otros no debemos actuar ni como jueces volviéndonos severos, censuradores y condenatorios, ni como hipócritas culpando a otros mientras nos excusamos a nosotros mismos, sino como hermanos, cuidando de otros a tal punto que primero nos culpamos y corregimos nosotros y luego buscamos ser constructivos en la ayuda que les damos a ellos.

Crisóstomo dijo que al corregir a alguien que ha pecado, No debemos verlo como a enemigo, ni como adversario exigiendo castigo, sino como el médico que provee las medicinas’:

Repito las 5 razones que encontramos junto con el mandamiento “No juzguéis” y que hemos analizado durante los últimos jueves, dice la palabra del Señor.

1. No juzguéis para que no seáis juzgados

2. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido

3. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?

4. ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?

5. No debemos ser hipócritas sino  saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.

Que nuestra meta sea sacar primero la viga de nuestros propios ojos para con una visión clara y con amor podamos ayudar a sacar la paja que causa molestia en el ojo de nuestros hermanos.

Amén

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