La palabra de Dios more en nuestro corazón – Santiago 1:17-25

La palabra de Dios more en nuestro corazón – Santiago 1:17-25
Meditación sobre Santiago 1:1-6 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith

Transcripción…

CDMX, viernes 18 de marzo de 2022

Los estudiantes de algunas especialidades, después de muchos años de estudio deben de pasar un tiempo poniendo en práctica lo aprendido para y ser reconocidos como especialistas en su materia. Los cristianos debemos poner en práctica las enseñanzas de nuestro señor Jesucristo para que nuestro testimonio sea verdadero y reconocido por todos los que nos rodean.

En la biblia en el libro del profeta Ezequiel leemos:

26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.

Estas palabras del Profeta Ezequiel nos muestran el cambio que Dios en su gran misericordia hace en los que hacen la voluntad de nuestro Dios y guardan su palabra.

En los versículos 16 al 18 de nuestro pasaje en Santiago 1 leemos:

16 Amados hermanos míos, no erréis.
17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
18 Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.

Santiago nos previene de caer en el orgullo, en el autoengaño de decir que por ser muy buenos, podemos por nosotros mismos salvarnos y evitar las consecuencias de nuestro pecado.

No erréis significa que no fallemos, no desviarnos del objetivo, el propósito de Santiago es una llamada de atención para que no nos confiemos y estemos atentos a cumplir el propósito para el que fuimos llamados por nuestro Dios.

El ser humano por su propia naturaleza, su carnalidad, tiende a hacer el mal, a caer en el pecado, y como consecuencia la muerte.

Dios es el mismo ayer hoy y por la eternidad, solo Él nos puede iluminar en su infinita misericordia para llevarnos a la luz, al camino de la salvación por medio Jesucristo que nos salva, y nos libra de la muerte eterna.

Hermanos, reconozcamos que todas las bendiciones que hemos recibimos, son gracias a la providencia y misericordia de nuestro Dios.
Tenemos una nueva vida por medio de la sangre Preciosa de Cristo, que nos va transformando día a día en nuevas personas, en nuevas criaturas, para que cumplamos la voluntad de nuestro Dios que nos llamó de las regiones de oscuridad y de pecado a su luz admirable.

En los versículos 19 al 21 del pasaje leemos:

19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;
20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.

Santiago nos exhorta a dominar nuestra forma de ser, a contener nuestros impulsos naturales y a moderar nuestro carácter, nos invita a escuchar con atención a los demás, a pensar las palabras que salen de nuestra boca, que reflexionemos antes de hablar para evitar herir a las personas que nos rodean, a nuestros familiares, amigos o compañeros de trabajo. Cuantas veces hermanos nos hemos arrepentimos de lo que hablamos de manera impulsiva por nuestro mal carácter.

La palabra de Dios es clara “la ira del hombre no obra la justicia de Dios”

Es difícil, si es muy difícil para nosotros como humanos evitar exaltarnos, enojarnos, pero debemos reconocer que solo Cristo y el espíritu Santo nos puede ayudar a controlar nuestro carácter y evitar enojarnos, porque al hacerlo no estamos cumpliendo con la voluntad de nuestro Dios.

En los versículos 22 al 24 del pasaje leemos:

22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
23 Porque si alguno es oidor de la palabra, pero no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.

Santiago nos invita a seguir de cerca los pasos de nuestro señor Jesucristo a estudiar y a meditar en su palabra y a poner en práctica lo que hemos aprendido en nuestra vida diaria.

Santiago nos pide que escudriñemos la palabra y que no olvidemos lo aprendido, sino que lo pongamos en práctica y nos da el ejemplo de un espejo, hermanos, cuántas veces hemos visto o vemos nuestro rostro reflejado en el espejo, a veces no recordamos una pequeña marca o un rasguño y si alguien nos pregunta por ellos, ni siquiera los recordamos y corremos al espejo para cerciorarnos de lo que nos están hablando.

Que no nos pase que tengamos que correr a estudiar la palabra porque no recordamos de lo que nos están hablando.

En el versículo 25 de nuestro pasaje dice:

25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace.

Hermanos, escudriñemos las escrituras, guardemos los estatutos y preceptos de nuestro Dios y pongamos en práctica sus enseñanzas en nuestro diario vivir, sabiendo que seremos bienaventurados.

A. I. Nelson Daniel Miranda Giles.

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