
Pedid y se os dará – Mateo 7:7-11
Meditación sobre Mateo 7:7-11 por el A.I. Marcos Mercado Estrada
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Transcripción…
Buenos días, desde el sur de la ciudad de México me da mucho gusto enviar a cada uno de ustedes un muy cordial saludo
EY les invito para que el día de hoy pongamos nuestra atención en los versículos 7 al 11 del capítulo 7 del evangelio de Mateo que dice de la siguiente manera:
7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 9 ¿Qué hombre hay de vosotros, que, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? 10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? 11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
INTRODUCCIÓN
En este hermoso pasaje bíblico nuestro Señor Jesucristo nos da tres enseñanzas:
1 Nos ordenó orar dándonos un mismo mandamiento en tres formas diferentes utilizando tres imperativos de una manera enfática con las palabras Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Y
2 Y en el versículo 8 y para motivarnos a orar nos dio una hermosa promesa 8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá
3 y en tercer lugar en los versículos del 9 al 11 nos pide que al orar recordemos el trato amoroso que nuestro Padre celestial siempre tiene para con nosotros.
Pero vayamos ahora al v 7 que dice 7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Y en este versículo los tres verbos están en tiempo presente del modo imperativo lo que nos indica la persistencia con que deberíamos orar y dar a conocer nuestras peticiones a Dios.
Y estos mandatos de «pedir-buscar y llamar» si se fijan ustedes, están a propósito en una escala ascendente de urgencias, como un reto a nuestra perseverancia.
Richard Glover sugiere que, si un niño pequeño necesita algo y si su madre está cerca y a la vista, se lo pide; si ella no está, la busca; pero si no la encuentra llama, y quizá grita y hasta golpea.»
Miren ustedes, Jesús nos dio dos ejemplos de que debemos orar y no desmayar en Lucas 11.
Ahí tenemos la parábola del hombre a quien llega de repente un huésped a medianoche, y como no tiene comida para él, sale a llamar a la puerta de un amigo que ya estaba acostado. Y debido a su insistencia el amigo se despierta, se levanta y le da algo de pan.
En una segunda parábola, Jesús nos enseñó sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar Y como ejemplo, puso a una viuda que insistía ante un juez para que se le hiciera justicia y el juez finalmente dijo
en Lucas 18:5 porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que, viniendo de continuo, me agote la paciencia
Y estas dos parábolas ilustran la importancia de la oración, pero también la importancia de la persistencia en la oración
Miren ustedes, pedir es solicitar, buscar significa seguir pidiendo; y llamar es lo mismo, pero de manera más intensa y todo ello es una intensificación de la palabra ‘pedir’, por lo que debemos persistir e insistir en la oración como lo hizo la viuda de la parábola.
Si queremos realmente ser hombres y mujeres de Dios, y tener realmente un compañerismo con Dios y experimentar las bendiciones inagotables que nos tiene reservadas, debemos persistir en la oración todos los días.
Ahora bien, ¿QUÉ NECESITAMOS PEDIR?
Miren ustedes, al considerar las enseñanzas del Sermón del Monte nos damos cuenta de que somos pecadores indignos y nos sentimos completamente desesperanzados e impotentes. Y nos preguntamos, «¿Cómo podemos vivir el Sermón del Monte? ¿Cómo puede alguien cumplir con sus enseñanzas y normas? ¿Cómo vivir la vida cristiana?
Y nos damos cuenta de que necesitamos ayuda y ¿Dónde podemos conseguirla?» En este pasaje bíblico tenemos la respuesta «Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.» Esta es la respuesta.
Para vivir la vida cristiana en nuestra familia, y en la sociedad no podemos hacerlo por nosotros mismos, sino que necesitamos la ayuda del Espíritu Santo cuyos frutos son los que se describen en Gálatas 5:22 que dice: Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza;
Por eso Lucas 11:13 dice: Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
Y cuando Dios nos da el Espíritu Santo nos da todas las cosas; nos da poder para testificar y, todos los dones. Pero vayamos ahora a las promesas del versículo 8 que dice
8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá
Y esto nos impulsa y nos da confianza de orar con la plena convicción de que seremos escuchados. Ya que es Dios mismo el que promete que nuestras oraciones serán escuchadas.
Y esta es una de las hermosas y maravillosas promesas que se encuentran en la Biblia.
Por ello el mensaje bíblico para nosotros el día de hoy es: «Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá».
Y para que no se nos olvide, nuestro Señor concluyó esta enseñanza, en el versículo 8 de una manera enfática diciendo: «Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá».
Y esta es, la promesa que hizo el mismísimo Hijo de Dios, hablando con toda la autoridad que le dio el Padre.
Por último, consideremos los versículos del 9 al 11
Aquí, Jesús nos dio otra parábola utilizando un ejemplo con el que todos estamos familiarizados: el de un niño que se acerca a su padre para pedirle algo.
Si pide pan ¿un padre normal le daría algo completamente opuesto y diferente de lo que le pide?, p.ej. una piedra en vez de pan, o una serpiente venenosa en vez de pescado?
¡Por supuesto que no!
Y el versículo 11 dice: Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos,
El, siendo malos incluye a todo el género humano y significa que no solamente hacemos cosas malas, sino que somos malos
Pero los padres, aunque sean malos, y, egoístas por naturaleza, aman a sus hijos solo les dan buenas dádivas.
Y, la importancia y fuerza de esta parábola se apoya en un contraste entre Dios y los hombres. Es decir, si los padres humanos, aunque malo saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más nuestro Padre celestial que no es malo sino totalmente bueno dará buenas cosas a los que le pidan? (11
Es decir, si nosotros, siendo malos reflejamos algo de la bondad de Dios, ¿cuánto más hermosa y brillante será la luz de la bondad de Dios?
Y también no cabe la menor duda de que nuestras oraciones se llenan de fe y esperanza cuando pensamos que el Dios al que nos acercamos es un padre infinitamente bueno, infinitamente amoroso, e infinitamente misericordioso.
Y nuestro Señor Jesucristo enfatiza esto en esta parábola.
Si un padre terrenal cuida y protege a sus hijos, ¿cuánto más no lo hará Dios? Y este es uno de los principales problemas, de muchos cristianos, que no conocen ni reconocen a Dios como el todopoderoso creador del universo y al mismo tiempo como nuestro Padre.
CONCLUYO
Finalmente es importante considerar que, nuestro Padre celestial nunca nos dará algo dañino, aunque se lo pidamos con urgencia y repetidamente, ya que nuestro Padre celestial sólo da buenas dádivas a sus hijos y con su inmensa sabiduría, sabe cuáles dádivas son buenas y cuáles no.
Por lo que, si pedimos cosas que no son buenas para nosotros o para otros, él nos las negará; ya que a veces no nos damos cuenta que estamos pidiendo algo que no nos conviene.
Es decir, ciertamente debemos dar Gracias a Dios cuando responde a nuestras oraciones, pero también debemos darle gracias cuando, no nos concede lo que le pedimos.
El Dr. Martin Lloyd Jones escribió «Doy gracias a Dios», porque no está dispuesto a hacer todo lo que yo tengo oportunidad de pedirle. y también estoy profundamente agradecido a Dios porque él no me concedió algunas cosas que le pedí, y porque él cerró ciertas puertas en mi rostro’
Nunca olvidemos que somos los hijos de un Padre que nos ama nos cuida y nos vigila y Nunca nos dará nada malo. Pero, sobre todo, nunca cometerá errores en lo que nos va a dar. Él lo sabe todo; su conocimiento es absoluto.
En el Padre Nuestro, Jesús nos enseñó a orar por nuestras necesidades materiales, por el «pan de cada día» y también por nuestras necesidades espirituales el «perdón de pecados» y el ser librados de la tentación y del maligno
Pero además aquí tenemos la promesa de que, si buscamos las cosas buenas, por ejemplo, el ser llenos del Espíritu Santo, para tener una vida que refleje amor, gozo, paz, paciencia, etc.
Él nos las dará.
7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 8 porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá