¿A quién queréis? – Mateo 27:11-17

Meditación sobre Mateo 27:11-17 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

CDMX, viernes 15 de abril de 2022

Cada año estos días son para muchas personas una oportunidad para descansar o salir a divertirse ya sea solos o con su familia a algún lugar de su preferencia. Para nosotros los cristianos es un tiempo de meditación, reflexión y agradecimiento a nuestro Dios por el gran sacrificio que hizo nuestro señor Jesucristo en la cruz del calvario.

En la semana Santa cada día trae una enseñanza de vida para nosotros, se reflexiona sobre los acontecimientos ocurridos hace 2000 años y que son de gran trascendencia para nuestra vida.

El jueves por la noche llevaron a Jesús a casa del sumo sacerdote donde celebraron una reunión extraordinaria en la cual el sanedrín o concilio del pueblo, conformado por los ancianos y los principales sacerdotes, buscando por todos los medios encontrar la manera de condenar a Jesús.

El viernes muy temprano se presentaron en el foro, para que al procurador o gobernador Romano lo juzgara, debían estar muy temprano en la mañana porque los juicios en el foro Romano se llevaban a cabo con la salida del sol. Por eso era necesario traer a Jesús ante Pilato al amanecer.

En los versículos 11 al 14 del pasaje en Lucas 27 leemos:

11 Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y este le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.
12 Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondió.
13 Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?
14 Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho.

Los Romanos daban ciertas libertades a los judíos en cuestiones de religión, pero no tenían el derecho legal para ejecutar a un prisionero con cargo de criminal o contra la religión.
Estaban bajo la ley Romana y debían entregar al prisionero al procurador Romano para que él lo juzgara.

Si Pilato tenía el derecho de juzgarlo, si lo ejecutaba todos los problemas políticos del sanedrín quedarían alejados a la distancia.

Pilato vivía generalmente en Cesárea al lado del mar, pero en las fiestas religiosas importantes llegaba a Jerusalén con la guardia de soldados romanos para mantener el orden en caso necesario, el gobierno no permitía disturbios, marchas o protesta o cualquier cosa que alterara de la paz romana.

Según los historiadores Pilato era conocido por su desprecio hacia el pueblo judío y por su trato insensible o simplemente pensaba que los judíos eran testarudos, rebeldes y no le caían bien.

Los principales sacerdotes trajeron a Jesús ante Pilato pensaban que tal vez él podría salvarlos de cualquier problema, pero Pilato al mismo tiempo pensaba si no estarían tramando algo los sacerdotes.

Sin embargo, él debía que seguir el procedimiento el cual era el siguiente:
1.- Recibir la demanda.
2.- El magistrado debía examinar el caso e interrogar al acusado.
3.- Recibir las fuentes importantes de evidencias, las declaraciones y las evidencia traídas por los testigos, ya sea a favor o en contra.
4.- Una vez recibida la carpeta con todos los detalles, declaraba que estaba completa.
5.- El magistrado era libre de consultar con sus consejeros, y después, anunciar su veredicto.
6.- La sentencia era ejecutada inmediatamente.

Los líderes judíos trajeron a Jesús atado por la mañana y ante Pilato formularon acusaciones que resultasen válidas en un tribunal romano e hiciesen posible la acción legal de algo que había sido ilegal.

El cargo que dijeron: “Este hombre es culpable de traición porque Él dice ser el rey de los judíos oponiéndose a César”

Pilato que era el gobernador romano en Jerusalén en aquel momento. Recibió la acusación presentada por el sanedrín, debía ser una acusación que pudiera mantenerse, por eso es que los miembros del sanedrín habían discutido la noche anterior, no podían presentarse ante Pilato diciendo: lo traemos porque “dice ser hijo de Dios”, Pilato se hubiera reído de ellos en su cara diciendo los romanos tenemos muchos dioses, no veo problema con ello.

Pero si ellos traían la acusación de que dice ser “el Rey de los judíos” en oposición directa a Cesar, la cosa cambiaba, Pilato era el representante de Cesar en Jerusalén y por ello es que debía aceptar la causa del sanedrín, Pilato ante la acusación debía hacer la pregunta ¿Eres tú el Rey de los judíos?

La respuesta podía ser positiva o negativa, él esperaba una respuesta, pero al no recibir ninguna y decir este hombre no se defiende, se quedó maravillado, contesto, se quedó maravillado, casi siempre los presos le argumentaban y trataban de defenderse de cualquier manera.

Si Jesús hubiera contestado con un “sí”, Pilato inmediatamente lo hubiera declarado culpable de traición en a Roma. Por ello es que al no defenderse no existía motivo.
Pilato era un político. La conveniencia, era lo que mandaba en su forma de ser y de vivir, era una fuerza motivadora, realmente Pilato busco la forma de poner en libertad a Jesús.

Pero, al mismo tiempo, él quería agradar a los jefes religiosos. Sin embargo, no podía agradar a los dos.

En los versículos 15 al 17 del pasaje leemos:

15 Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen.
16 Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás.
17 Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, ¿llamado el Cristo?

Pilato sabía que Jesús era un hombre inocente pues dice: “no he hallado en este hombre delito alguno de aquellos de que le acusáis” (Lc 23:14).

Pilato tenía una situación difícil, política explosiva que podía salirse de control. Él debía escoger entre hacer lo que era lo correcto, o lo incorrecto liberar al hombre inocente, pero esta no era una salida política a esta situación, ejecutar al hombre que habían traído delante de él los judíos debido al cargo de traición.

Pilato creyó que encontrar una manera de salir al preguntar ¿a quién quieres? sin pagar un precio por ello, y que Jesús fuera liberado de acuerdo con la costumbre de liberar a un prisionero en la Pascua

La mayoría de los judíos que estaban en aquel momento en Jerusalén, eran peregrinos estaban por un tiempo en la ciudad o que venían muy temprano para estar el día y salir a las aldeas cercanas.

Cuando él sugirió la liberación de Jesús, posiblemente estas personas escogieron a Barrabas, tan solo por el hecho de estar simplemente en “contra” del magistrado Romano, del opresor. En cuestión del interés de la multitud, era simple. El Sanedrín, los sacerdotes decían que Jesús debía de morir, y no decía nada respecto a Barrabás.

Por eso es que la multitud azuzada por los sacerdotes empezó Gritaban Crucifícale, Crucifícale.

El juicio no concluyo adecuadamente ni se pronunció a Jesús culpable. La oferta de Pilato para soltar a Jesús sugiere que le está tratando como si fuera culpable, pero también demuestra sus dudas de que Jesús sea una amenaza para Roma.

Pilato estaba en una posición peligrosa. La multitud que estaba gritando se estaba convirtiendo casi en un motín. Si había una cosa que lo metería en problemas con sus superiores Romanos, era eso un motín.

Con el pueblo y los líderes judíos demandando la muerte de Jesús, Pilato era un político y no se arriesgó, no estaba dispuesto a oponerse por eso nos dice la escritura más adelante que se lavó las manos, diciendo yo no soy culpable se esto, sin dar un veredicto de culpabilidad, envió a Jesús a azotarle, y así comenzó el proceso de ejecución de nuestro señor.

Hermanos los invito a meditar en este día en la pregunta ¿A quién queréis?, ¿qué queremos nosotros?, ¡queremos a nuestro señor!, recordemos la obra redentora de nuestro señor Jesucristo. Lo que vivió y lo que sufrió por ti y por mí.

A.I. Nelson Daniel Miranda Giles

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