Consuelo a mi pueblo, dice Dios – Isaías 4:1-2
Meditación sobre Isaías 4:1-2 por el A.I. José Arturo Medell
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Transcripción…
1 Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios.
2 Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados.
Hoy es miércoles 27 de abril del año 2022
Buenos días, soy José Arturo Medell Espinosa, soy anciano de la iglesia Nacional Presbiteriana Berith A.R. en la alcaldía de Coyoacán, en la Ciudad de México.
Estos miércoles estaremos tratando, como el pasado, estaremos tratando, acerca de como el SEÑOR, ha prometido consolación a su Pueblo.
Meditamos la semana pasada en un pasaje en donde el SEÑOR promete Consular a su pueblo como una madre consuela a su hijo.
En esta mañana haremos una meditación breve acerca de ISAIAS 4:1-2 y de ahí tomaremos temas para los siguientes miércoles.
Leo y les pido que escuchen, ISAIAS 40 versículos 1 y dos.
Como siempre les pido que lean de ser posible todo el capitulo y en su caso todo el libro de ISAIAS.
Dice así:
1 Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios.
2 Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados.
Este pequeño pasaje, nos habla del DIOS amoroso, que es JEHOVÁ, para buscar a su pueblo, a pesar de que su pueblo no le acepta, no le obedece, no le escucha, no le consulta, somos un pueblo rebelde; nuestro corazón, también dice su palabra, esta inclinado al mal, no es fácil que escuchemos la voz de DIOS, no nos gusta oír su voz, menos su palabra, porque sentimos que solo nos condena, porque sentimos que solo nos pide que obedezcamos, que nos inclinemos ante él, que le reconozcamos, que le respetemos, entonces eso al hombre no le es fácil asimilarlo.
El SEÑOR en este pasaje atreves de la boca del profeta ISAIAS, usa palabras muy dulces y de mucho consuelo, las dos primeras que utiliza, las repite así entonces: Consuélense, Consuélense, Pueblo Mio.
Esta primera parte de este versículo, nos da identidad, no somos algo que flota, algo, que no tiene donde aferrarse, DIOS nos llama; PUEBLO SUYO, de su propiedad, le pertenecemos y entonces el nos dice que, por esto, debemos ser Consolados, debemos encontrar Consuelo a todas nuestras aflicciones, a todos nuestros males, a toda cuestión contraria a vivir en paz, a vivir con gozo, el solo pensamiento de ser pueblo de DIOS, nos debe Consolar.
Y al ser pueblo de DIOS, saben porque podemos aceptar, porque lo dice DIOS, así dice:
DICE VUESTO DIOS, CONSOLAOS, CONSOLAOS, PUEBLO MIO.
LO PODEMOS COMBINAR: ASI DICE VUESTRO DIOS, PUEBLO MIO, CONSOLAOS, CONSOLAOS.
Él nos habla de CONSUELO, por ser su Pueblo y porque Él nuestro DIOS.
Es una expresión, increíblemente profunda para entenderla, pero tenemos pertenencia, somos de Él, y el DIOS nuestro es siempre para nosotros.
El segundo versículo, establece DIOS, al advertirnos, al Consolarnos, al darnos su palabra y pertenencia, dice así al Profeta: Hablad al Corazón de Jerusalén, es decir hablen a lo mas profundo de mi pueblo, JERUSALEN, somos el Israel Espiritual, somos el Jerusalén Espiritual y no hay mejor sentido que un padre hable al corazón del hijo, cierto, no es a veces fácil, el haber tenido un padre que nos hablase al corazón, pero lo deseamos y si somos padres, hablamos buscando el corazón de nuestros hijos y si somos hijos no hay mas consuelo que decirle a nuestro padre, que nos hable que queremos hablar de hijo a padre y que queremos oír su voz y que queremos ser consolados, por esta relación.
Que nos hable al corazón dice el SEÑOR, y tiene que decirnos, no solamente es una frase, sino que tiene que decirnos para poder escucharle, para poder consolarnos, para poder advertir que somos pueblo de él y que él es nuestro DIOS.
Quien puede perdonar pecados sino solo DIOS, y entonces dice así el SEÑOR, decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado, que doble ha recibido de la mano de JEHOVÁ, POR TODOS SUS PECADOS, nos dice den voces altas den gritos, grítenlo, que el tiempo de JERUSALEN es ya cumplido.
¿Qué tiempo es? El tiempo del perdón, el tiempo de recibir el perdón, por nuestros pecados que solo ofenden a DIOS, todo tipo de pecado, hay advertencias en proverbios de los mas tremendos, pero el desobedecer a la LEY, es terrible también.
Dice proverbios, que JEHOVÁ aborrece seis cosas y aun siete abominan su alma:
LOS OJOS ALTIVOS
LAS MANOS DERRAMADORAS DE SANGRE INOCENTE
LOS PIES PRESUROSOS PARA CORRE AL MAL
EL CORAZON QUE MAQUINA PENSAMIENTOS INICUOS
Pero el peor, dice, el peor es aquel que abomina su alma y es:
EL QUE PONE PLEITO ENTRE HERMANOS
Bueno estos son nuestros pecados, el SEÑOR dice que pueden decir a gritos, que es nuestro tiempo es ya cumplido, para saber que nuestros pecados son perdonados, y hay una recompensa aún más, que dice DIOS que aun nos da, el doble de la mano del SEÑOR JEHOVÁ, por todos nuestros pecados, hemos recibido el doble.
La palabra del SEÑOR es tan extensa y tan maravillosas, hay otras promesas acerca de nuestro perdón, dice que en un día borrara nuestros pecados.
Este es nuestro DIOS, queridos oyentes, estimados amigos que escuchan, este es nuestro DIOS, que nos perdona.
El tiempo cumplido es que JESUS murió por nosotros.
El que no era pecado se hiso pecado por nosotros, no estimo ser igual a DIOS, sino que se entregó así mismo.
Pero también tenia promesas, al entregar su vida, el dijo a sus discípulos; Yo tengo poder para poner mi vida y tengo poder para volverla a tomar y resucita, lo acabamos de celebrar hace algunos pocos días.
Y entonces querido oyentes, este es el Consuelo que debemos recibir.
Que, ante los ojos del SEÑOR, cubiertos por la sangre de CRISTO, somos Consolados, pues somos su Pueblo y él es nuestro DIOS.
Esta es una promesa, para aquel que es perdonado y que forma parte del Pueblo de DIOS y que el SEÑOR reina en su vida como su DIOS.
Búsquele si usted no tiene este Consuelo y Consuélese al recibir esta promesa.
Hasta una próxima.
Proverbios 6:16-19
16 Seis cosas aborrece Jehová,
Y aun siete abomina su alma:
17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa,
Las manos derramadoras de sangre inocente,
18 El corazón que maquina pensamientos inicuos,
Los pies presurosos para correr al mal,
19 El testigo falso que habla mentiras,
Y el que siembra discordia entre hermanos.