Muerte de los primogénitos – Éxodo 12:29-51

Estudio sobre el libro de Éxodo por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Lectura Éxodo 12:29-51

29 Y aconteció que a la medianoche Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sentaba sobre su trono hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito de los animales.
30 Y se levantó aquella noche Faraón, él y todos sus siervos, y todos los egipcios; y hubo un gran clamor en Egipto, porque no había casa donde no hubiese un muerto.
31 E hizo llamar a Moisés y a Aarón de noche, y les dijo: Salid de en medio de mi pueblo vosotros y los hijos de Israel, e id, servid a Jehová, como habéis dicho.
32 Tomad también vuestras ovejas y vuestras vacas, como habéis dicho, e idos; y bendecidme también a mí.
33 Y los egipcios apremiaban al pueblo, dándose prisa a echarlos de la tierra; porque decían: Todos somos muertos.
34 Y llevó el pueblo su masa antes que se leudase, sus masas envueltas en sus sábanas sobre sus hombros.
35 E hicieron los hijos de Israel conforme al mandamiento de Moisés, pidiendo de los egipcios alhajas de plata, y de oro, y vestidos.
36 Y Jehová dio gracia al pueblo delante de los egipcios, y les dieron cuanto pedían; así despojaron a los egipcios.
37 Partieron los hijos de Israel de Remeses a Sucot, como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños.
38 También subió con ellos grande multitud de toda clase de gentes, y ovejas, y muchísimo ganado.
39 Y cocieron tortas sin levadura de la masa que habían sacado de Egipto, pues no había leudado, porque al echarlos fuera los egipcios, no habían tenido tiempo ni para prepararse comida.
40 El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue cuatrocientos treinta años.
41 Y pasados los cuatrocientos treinta años, en el mismo día todas las huestes de Jehová salieron de la tierra de Egipto.
42 Es noche de guardar para Jehová, por haberlos sacado en ella de la tierra de Egipto. Esta noche deben guardarla para Jehová todos los hijos de Israel en sus generaciones.
43 Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Esta es la ordenanza de la pascua; ningún extraño comerá de ella.
44 Mas todo siervo humano comprado por dinero comerá de ella, después que lo hubieres circuncidado.
45 El extranjero y el jornalero no comerán de ella.
46 Se comerá en una casa, y no llevarás de aquella carne fuera de ella, ni quebraréis hueso suyo.
47 Toda la congregación de Israel lo hará.
48 Mas si algún extranjero morare contigo, y quisiere celebrar la pascua para Jehová, séale circuncidado todo varón, y entonces la celebrará, y será como uno de vuestra nación; pero ningún incircunciso comerá de ella.
49 La misma ley será para el natural, y para el extranjero que habitare entre vosotros.
50 Así lo hicieron todos los hijos de Israel; como mandó Jehová a Moisés y a Aarón, así lo hicieron.
51 Y en aquel mismo día sacó Jehová a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos.
Meditación:

Esta porción de la Biblia nos narra como se lleva a cabo la decima plaga, la cual ya había sido anunciada por el Señor, la resurrección del pueblo de Israel a una nueva vida, teniendo ahora contacto con Dios a través de la cena de la Pascua, una relación íntima con el Creador y la han de celebrar por siempre de generación en generación para que los hijos desde pequeña edad se enteren de las maravillas que hizo Dios por su pueblo, y les ha dado una nueva fecha para contar el inicio de cada año. La cena de la Pascua sigue vigente en la cena que hoy tenemos en la Iglesia con el Señor Jesucristo.

La muerte de los primogénitos de todo Egipto llegó por la noche, y en toda la tierra solo se escuchaban llantos y desesperación pues desde el primogénito de Faraón hasta el último de sus siervos tuvieron la perdida del hijo mayor. Tanto era el dolor que ahora todos pedían la salida del pueblo de Israel, el mismo Faraón pide que oren por el, pues reconoce la grandeza de Dios.

Y salieron con tanta prisa que no pudieron esperar a que la masa fermentara por lo que en su camino comieron pan sin levadura cómo Dios lo había mandado, todas las familias egipcias vieron a bien el darles joyas de oro, plata y piedras presionas, así como ropa, y tal como el Señor lo prometió.

Llama la atención también qué dice qué el mismo tiempo qué los israelitas permanecieron en Egipto es el mismo tiempo qué estuvieron las huestes celestiales ahí y qué salieron junto con ellos, esto nos deja ver qué en todo momento Dios estuvo cuidando de su pueblo, sin dejar un solo día de hacerlo, esa es su promesa para nosotros también, que estará con nosotros siempre, no importan las circunstancias.

El pueblo de Israel, sus hijos, en su salida llevan ganado ropa, joyas y su alimento sin leudar, que ha de sostener su camino por la gracia de Dios despojando así de sus riquezas a la qué hubiera sido la nación más poderosa en beneficio de quienes habían sido sus esclavos por tantos y tantos años.

Algo muy importante nos narra está porción de la Biblia cuando nos dice:

También subió con ellos grande multitud de toda clase de gente, Ex. 12:38

El pueblo de Israel no tan solo se conformó con los descendientes de Jacob sino que iban de muchos pueblos pues así ha sido la salvación y Dios la decreta en quien Él quiere. Es así como el pueblo de Dios es levantado de la muerte y llevado a una vida nueva

Pues siendo tan pecadores cómo los egipcio, merecen la muerte, pero Dios decreta que han de ser salvos por la sangre del cordero sacrificado, como nosotros que fuimos salvados de la muerte por nuestro Señor Jesucristo y llevados a una vida nueva por el Cordero perfecto.

¡Gracias a Dios por su amor infinito!

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