Los israelitas cruzan el Mar Rojo – Éxodo 14:1-31

Estudio sobre el libro de Éxodo por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Lectura Éxodo 14:1-31

1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Di a los hijos de Israel que den la vuelta y acampen delante de Pi-hahirot, entre Migdol y el mar hacia Baal-zefón; delante de él acamparéis junto al mar. 3 Porque Faraón dirá de los hijos de Israel: Encerrados están en la tierra, el desierto los ha encerrado. 4 Y yo endureceré el corazón de Faraón para que los siga; y seré glorificado en Faraón y en todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Jehová. Y ellos lo hicieron así.
5 Y fue dado aviso al rey de Egipto, que el pueblo huía; y el corazón de Faraón y de sus siervos se volvió contra el pueblo, y dijeron: ¿Cómo hemos hecho esto de haber dejado ir a Israel, para que no nos sirva? 6 Y unció su carro, y tomó consigo su pueblo; 7 y tomó seiscientos carros escogidos, y todos los carros de Egipto, y los capitanes sobre ellos. 8 Y endureció Jehová el corazón de Faraón rey de Egipto, y él siguió a los hijos de Israel; pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa.
9 Siguiéndolos, pues, los egipcios, con toda la caballería y carros de Faraón, su gente de a caballo, y todo su ejército, los alcanzaron acampados junto al mar, al lado de Pi-hahirot, delante de Baal-zefón.
10 Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová. 11 Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? 12 ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto.
13 Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. 14 Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos. 15 Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. 16 Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco.
17 Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería; 18 y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando me glorifique en Faraón, en sus carros y en su gente de a caballo.
19 Y el ángel de Dios que iba delante del campamento de Israel, se apartó e iba en pos de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso a sus espaldas, 20 e iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel; y era nube y tinieblas para aquellos, y alumbraba a Israel de noche, y en toda aquella noche nunca se acercaron los unos a los otros.
21 Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas. 22 Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. 23 Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo.
24 Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios, 25 y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios. 26 Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería.
27 Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza, y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar. 28 Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno. 29 Y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda.
30 Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. 31 Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés su siervo.

Hablar de las obras de Dios es hablar de lo sobrenatural, de lo inexplicable para la mente humana, tan limitada, pero ¿qué no podrá hacer Dios?

Si Él diseñó y sostiene el universo, quién podrá romper las leyes de la física si Él las estableció, quién más poderoso sobre la vida y la muerte si a Él le pertenecemos.

Dios llevó al Pueblo de Israel, en el desierto, cuidado por el hueco de su mano,los acompañó y dirigió hasta llevarlos a la orilla del mar Rojo y tal pareciera que los condujo a una emboscada pues ahora se encuentran en medio del ejército faraónico y el Mar Rojo, y a los lados están rodeados de montañas, todo parece indicar que no tienenescapatoria, el ejército está muy cerca pero una vez más Dios muestra su amor y poder para proteger a los suyos pues la columna de fuego les impide pasar y dañar a sus elegidos.

Dios ha instruido a Moisés y le ha dado órdenes precisas deabrir el mar con su vara, el pueblo de Israelno está preparado en la fe, pues le reclaman a Moisés por qué los sacó de Egipto, que era mejor servir a los egipcios, que morir en el desierto, los egipcios ya contaban como suya la victoria puespensaron que los israelitas se habían perdido y qué los tenían acorralados,quienpodría imaginar siquiera que la inmensidad del mar se podría doblegar y separar sus aguas para que el pueblo pasara por lo seco, solo Dios lo puede hacer, Dios prometió que no volverían a ver a ninguno de los egipcios que los perseguían, y así fue, pues ninguno sobrevivió ya que después de pasar el pueblo elegido, el mar se cerró tras ellos dando muerte al Faraón y su ejército.

El pueblo de Dios se ha salvado y no tan solo esto sino que, el pecado, representado por el endurecimiento del corazón de Faraón va a recibir la muerte, pues sentenciado a muerte es todo aquel que no se arrepiente, Faraón a pesar de ver el poder de Dios, no recapacita por un momento después de enfrentar la muerte de los primogénitos, tuvieron un arrepentimiento, pero cuando esté no es genuino, no tardamos endesconocer la grandeza de Dios, los israelitas al igual que nosotros, por nuestros pecados merecemos la muerte pero a diferencia de ellos es que estamos bajo la gracia de Dios y hemos sido llamados al arrepentimiento.

Moisés extendió su vara y la presencia de Dios se manifestó, y llegó un viento del este que separó las aguas del mar, y esto no hay forma de explicar pues es algo que solo Dios puede hacer, como algo sobrenatural pues Él está por encima de la naturaleza.

El pueblo de Dios fue salvado de la muerte a manos de sus enemigos y Dios demostró su poder infinito así como su amor desmedido por su pueblo al cual reclamó para sí, pues este le ha de servir aquí en la tierra y después en la eternidad, contando a todos aquello que manifestaronsu fe y se circuncidaron, para participar de la pascua; hoy manifestamos la gracia de Dios al bautizarlos como señal de que le pertenecemos y participamos de la Santa Cena del Señor como parte del Pacto de salvación yque El señor Jesucristoha de venir nuevamente para salvación y podemos tener la certeza de que absolutamente nada puede detener el poder del Señor para proteger a sus amados, a los que ahora pertenecemos a su pueblo..

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