Andemos como él anduvo – 1 Juan 2:1-7

Meditación sobre 1 Juan 2:1-7 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

CDMX, viernes 8 de julio de 2022

Recuerdo que cuando se perdía un objeto o se rompía el cristal de una ventana al estar jugando en la escuela, siempre el maestro nos llamaba al escritorio y nos preguntaba ¿quién fue? A cada uno de los alumnos, recuerdo que nos sentíamos ante un juez severo, que nos podía condenar, todos estábamos preocupados y nerviosos, aunque no hubiéramos hecho nada malo o fuéramos culpables.

En la biblia el libro del profeta Amós 5:14 y 15 nos dice:

14 Buscad lo bueno, y no lo malo, para que viváis; porque así Jehová Dios de los ejércitos estará con vosotros, como decís.
15 Aborreced el mal, y amad el bien, y estableced la justicia en juicio; quizá Jehová Dios de los ejércitos tendrá piedad del remanente de José.

El Profeta Amós Hace un llamado al pueblo de Israel y también a nosotros en este tiempo

A que vivamos buscando hacer la voluntad de nuestro Dios y así disfrutemos del cuidado y protección que él tiene para con los que le buscan.

En los versículos 1 y 2 de nuestro pasaje en 1ª Juan 2 leemos:

1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

Todos los seres humanos por naturaleza somos pecadores, el Apóstol Juan nos exhorta a apartarnos del pecado a no caer en las tentaciones y permanecer firmes.

Nos dice que, si confesamos nuestras faltas y nos arrepentimos de corazón cambiando y modificando nuestra forma ser y de vivir, tenemos un defensor ante el juicio de Dios.
Nuestro señor Jesucristo, que derramo su sangre preciosa en la cruz para pagar el precio de nuestros pecados, de todos los que le aceptan como su señor y salvador.

Cuando venga el juicio de Dios al fin del mundo, dice el Apóstol, todos seremos juzgados y entonces Cristo será nuestro abogado, nuestro fiador ante el tribunal supremo, como dice el himno 252, si nos pesan en la balanza de la justicia de Dios, estaremos perdidos, solo nos queda nuestra fe en Jesucristo para librarnos de la muerte eterna.

Solo Cristo es el único que nos puede salvar de la condena del tribunal de Dios.

En los versículos 3 y 4 del pasaje en 1ª Juan 2 leemos:

3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;

El Apóstol Juan nos hace reflexionar en nuestra forma de vivir, si estudiamos su palabra y la ponemos en práctica en nuestra vida diaria, es que realmente reconocemos que Cristo es el señor de nuestra vida y nuestros actos reflejaran que le conocemos y somos sus discípulos.

Si nuestra vida no está en orden, nuestras acciones delatan que andamos en malos caminos y que no conocemos a Cristo, pues nuestra vida está dirigida a los intereses del mundo.

En los versículos 5 y 6 del Pasaje 1ª Juan 2 leemos:

5 pero el que guarda su palabra, en este verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.
6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.

El Apóstol Juan nos invita a estudia y a escudriñar la palabra de Dios y a hacerla una realidad en nuestra vida diaria, si amamos verdaderamente a Dios, entonces estaremos en comunión con él y guardaremos sus mandamientos.

Si seguimos los pasos de nuestro señor Jesucristo, entonces los que nos rodean sabrán que Cristo es el señor de nuestra vida y nuestras acciones reflejaran el amor de Dios hacia los demás.

En el versículo 7 del pasaje en 1ª Juan 2 dice:

7 Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio.

El Apóstol nos recuerda que debemos seguir el mandamiento que amar a Dios con todo nuestro corazón y este amor se debe reflejar hacia todos los que nos rodean.
Como seres humanos, somos imperfectos y siempre somos tentados por nuestra humanidad, pero si resistimos y seguimos los mandamientos de nuestro Dios, caminaremos en la verdad y su luz iluminara nuestra vida diaria y andaremos como nuestro salvador anduvo.

Hermanos, confesemos nuestras faltas a nuestro Dios y confiemos en que la sangre preciosa de nuestro salvador nos limpia de todo pecado, Cristo es nuestro Abogado ante Dios, si realmente le conocemos andaremos como Él anduvo, y todo lo que hagamos se reflejara y dirá que Él es el señor de nuestra vida.

A. I. Nelson Daniel Miranda Giles.

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