Imitadores de Dios como hijos amados – Parte 2 – Efesios 5:3-7
Meditación bíblica sobre Efesios 5:1-2 por el A.I. Saulo Murguía A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
1 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.
2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
3 Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos;
4 ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias.
5 Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.
6 Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.
7 No seáis, pues, partícipes con ellos.
¡Se espera que vivamos como lo que somos: redimidos y santos!
Al obedecer el mandato de imitar a Dios, hemos aprendido que debemos ser santos, ser amorosos y evitar las falsificaciones de la santidad y del amor creadas por el mundo por influencia del enemigo.
Para poser ser imitadores de Dios hay cosas que debemos evitar de manera firme.
- Evita estas cosas, ni siquiera deben ser nombradas entre nosotros (v. 3)
«Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos;»(v. 3)
a) Fornicación: inmoralidad, cualquier pecado sexual, falta de disciplina sexual, falta de
autocontrol
Esta inmoralidad es una falta de disciplina y control en el ámbito de los deseos sexuales. Esa falta de control demuestra una perversión del verdadero amor. El deseo es de autogratificación sin importar los medios necesarios para cumplir esos deseos. Las falsificaciones, sin embargo, nunca producen resultados duraderos y el mal deseo continúa creciendo y consumiendo a la persona. La inmoralidad conduce a la impureza que se menciona a en el versículo. La falta de control conduce a la falta de pureza.
b) Inmundicia: impureza, cualquier cosa sucia, podrida, corrupción sexual.
Los deseos egoístas y sin trabas corrompen aún más. Los deseos se originan en la corrupción de nuestro corazón y conducen a la corrupción de nuestra mente y nuestro cuerpo.
c) Avaricia: codicia, obstinación, autogratificación (tomar en lugar de dar)
El enfoque de cualquier falsificación es prometer el amor y la pureza pero entregar lo perverso e impuro.
La avaricia está en la raíz de la impureza. Todo queremos para nosotros. Somos egoístas. No tenemos respeto por los demás. ¡Usamos a otros para obtener lo que queremos!
d) No debe ser nombrado: no debe ser tolerado
¡Ni siquiera dejes que estas cosas sean toleradas entre Sus elegidos! Colosenses 3:1-17.
Los versículos 5 y 6 de Colosenses 3 dicen lo siguiente:
5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;
6 cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,
¡Dale muerte a estas cosas si aparecen en tus pensamientos! No justifiques los deseos egoístas, crucifícalos. Niégate a ti mismo.
e) «como conviene a santos» – lo que es apropiado
Estas cosas no son apropiadas para sus santos.
- «sino antes bien acciones de gracias» (vs. 4)
"ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias."
En contraste con los pecados sexuales y la corrupción, debemos ser personas agradecidas. ¿Qué tiene que ver la gratitud con una vida adecuada (como conviene)?
a) Ni palabras deshonestas – obscenidad general
b) Ni necedades: conversaciones tontas, ociosas, bajos
c) Ni truhanerías: bromas groseras, insinuaciones, convertir algo dicho o hecho en algo obsceno (incluso lo inocente es pervertido)
d) Sino más bien dar gracias – Imitar a Dios – Ser santo, ser amoroso, ser agradecido
No ser agradecido es como decir: “Merezco todo lo que recibo y todo lo que tengo”.
La falta de agradecimiento es prueba de egoísmo. Sin embargo, dar gracias revela desinterés, reconocemos la gracia inmerecida en cada área de nuestras vidas.
La gratitud muestra que el corazón no está lleno de egoísmo sino que se preocupa por los demás. De hecho, es todo lo contrario de la codicia. O queremos recibir o dar. ¡Avaricia o gratitud!
¿Idólatra o Heredero? (vers. 5)
"Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios."
a) Idólatra: no redimido, adoración de otro dios, especialmente de uno mismo.
Aquellos que adoran en el altar del yo prueban que no son regenerados. Una persona salva no puede vivir así, participando en este tipo de pecados de manera habitual.
Vea 1 Cor. 6:9-11, Gál. 5:17-21, y 1 Juan 3:4-10.
b) Heredero – es para los ciudadanos del reino de Cristo y de Dios
A quien sirves muestra tu “dios”.
¿Evidencia tu vida de que estás redimido o de que te sirves a ti mismo en cada situación?
¿Tu vida se trata solo de ti: complacerte a ti mismo, ser feliz y estar contento?
¿O se trata de Dios: servirle y agradarle siendo obediente a Su Palabra?
La ira viene sobre los hijos de la desobediencia (v. 6)
"Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia."
a) No te dejes engañar: el amor pervertido conduce al castigo
b) Palabras vanas (vacías) – son aquellas en las que la verdad está totalmente ausente
Palabras que dicen: “Está bien pecar de vez en cuando. Todos fallamos. Solo confiésalo y sigue adelante. Estas son palabras peligrosas y engañosas. Dios no tolera el pecado. ¡No podemos dar excusas! Debemos tratar el pecado como Dios lo hace. La paga del pecado es la muerte, y cualquier cosa que cause la muerte es algo que se debe tomar en serio.
c) La ira de Dios – Efesios 2:1-3
1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
d) Los hijos de la desobediencia – Rom. 1:18-32
18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad
- «No seáis, pues, partícipes con ellos.» (vs. 7)
a) Partícipes – socios
b) En su pecado – malos compañeros
c) En su juicio – sufriendo ira como consecuencia
Todo se reduce a los siguiente:
A quién estamos sirviendo.
¿A quién adoramos? ¿Quién tiene prioridad en nuestras vidas? ¿Es el yo o es Dios?
Una comparación del amor de Dios y la lujuria falsificada del mundo nos ayudará a darnos cuenta del Dios (o dios) al que servimos.
Concluyo citando lo que dice John MacArthur en su comentario sobre Efesios
Si amas a Dios, prueba tu amor con la obediencia.