Amándonos unos a otros como Cristo nos amó – 1 Juan 3:16-24

Meditación sobre 1 Juan 3:16-24 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

CDMX, viernes 12 de agosto de 2022

En nuestros días todo el mundo pone en práctica la cultura del yo, la satisfacción individual es lo más importante, el amor a sí mismo, primero yo, después yo y al último yo y los demás cuando se pueda, después vemos.

Los cristianos tenemos otro enfoque respecto a esta forma de vivir.

En la biblia en el evangelio de Sn. Juan 15:12-14 encontramos estas palabras:

12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.

Estas palabras son de nuestro señor Jesucristo, nos pide que tengamos amor unos con otros, que nos preocupemos por nuestro prójimo, por las personas que nos rodean, nos pide que sigamos sus enseñanzas y la pongamos en práctica en nuestra vida diaria con hechos, no con palabras o buenos deseos.

En los versículos 16 al 18 de nuestro pasaje en 1ª Juan 3 leemos:

16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
17 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?
18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.

El Apóstol Juan nos exhorta a reconocer que Cristo por medio de su muerte en la cruz nos limpió de nuestro pecado, él nos mostró su amor al poner su vida para que nosotros podamos vivir.
Los que creemos que Jesucristo es nuestro señor y salvador, seguimos sus enseñanzas, pero como seres humanos a veces se nos dificulta cumplir este mandamiento pues algunas personas no son fáciles de tratar y nos es difícil perdonar a los que nos han ofendido.

El Apóstol Juan nos pide que sigamos el ejemplo que Jesús, que perdonemos, que seamos tolerantes y pacientes, que nos preocupemos y que veamos por los hermanos que están en situaciones difíciles, económicas o de enfermedad, que no cerremos nuestros ojos y nuestro corazón ante la necesidad de los demás, sino que realmente estemos dispuestos a ayudar en el momento oportuno.

Hermanos, oremos a nuestro Dios por medio de Jesucristo para que su espíritu santo nos guie en nuestra vida y podamos cumplir así el mandamiento de amar a nuestros semejantes.

En los versículos 19 y 20 del pasaje en 1ª Juan 3 leemos:

19 Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él;
20 pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas.

Nuestro Dios es el señor de todo el universo el conoce y también conoce nuestros corazones, si estamos en comunión con él a través de nuestro señor Jesucristo y buscamos hacer su voluntad, sabemos que su espíritu nos acompaña y nos guía a toda verdad, como un faro que ilumina nuestro camino en este mundo.

En la biblia en Romanos 8: 14 dice:

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios

El Apóstol Pablo nos recuerda que somos hijos de Dios por la gracia que es en Cristo Jesús y el espíritu Santo nos guía en nuestra vida diaria y nos hace reflexionar en cada una de los actos y decisiones que tomamos.

En los versículos 21 y 22 del pasaje leemos:

21 Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;
22 y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.

Dios conoce y sabe lo que hay en nuestro corazón, él sabe si nuestro arrepentimiento es sincero, en el salmo 51 el rey David hace una oración de arrepentimiento y pide perdón por sus muchas faltas, en el versículo 17 leemos:

17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;
Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.

Hermanos oremos a nuestro Dios por medio de la gracia que es en Cristo, confesando sinceramente nuestras faltas y confiando en su gran amor y misericordia.

Estamos seguros de que, si guardamos su palabra y buscamos hacer su voluntad, nuestro Dios contestara cada una delas peticiones de nuestro corazón.

En los versículos 23 y 24 del pasaje en 1ª Juan 3 leemos:

23 Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.
24 Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.

Al aceptar a Jesucristo como nuestro señor y salvador, somos aceptos delante de nuestro Dios, hermanos, pongamos nuestra fe en la roca de la salvación, que es Cristo.

Guardemos su mandamiento de amarnos unos a otros unidos en el amor de Cristo, quien puso su vida por ti y por mí, regenerándonos y dándonos un nuevo corazón con una nueva forma de ser y de vivir.
Esta vida que nos ha dado pongámosla al servicio de nuestro señor, reflejemos el amor de Dios en nuestros hermanos, en todos los que nos rodean y demos la gloria a Dios en todo lo que hagamos.

A.I. Nelson Daniel Miranda Giles.

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