Sociedad Femenil Lidia – 31 de agosto, 2022

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Miércoles 24 de Agosto de 2022

La línea de los caídos

La semana pasada mencionamos que con la acción de matar a su hermano, Caín inicia una linea que podemos llamar “la linea de los caídos” es decir la línea de los seres humanos que viven en rebeldía a la voluntad de Dios.
En la biblia encontramos una separación entre los hijos de Dios, y los hijos de los hombres, es decir: a lo largo de la historia bíblica, y de la historia en general, encontramos una línea con los seres humanos que siguen los caminos del Señor y buscan hacer su voluntad y otra línea con los seres humanos que son adversarios o enemigos de Dios.
Dice Génesis 4:16 que salió Caín de la presencia de Dios y habitó en tierra de Nod (la palabra Nod en hebreo significa “errante”), al oriente de Edén; recordemos que “el Adam” ya había sido expulsado de Eden (Génesis 3:23 y 24), es decir toda la humanidad ya estaba fuera de Eden pero Caín “salió de la presencia de Dios”, es decir tomó otro camino, se alejó de la linea de los hijos de Dios, de los descendientes de Adam.
Y fue ahí, alejado de Dios, separado de los hijos de Dios, que Caín conoció a su mujer, formó una familia, y nació Enoc. También dice la escritura que edificó una ciudad a la cual también llamó Enoc, en esos tiempos lo que se entiende por una ciudad es un conjunto de personas viviendo en comunidad, un espacio cercado con varias moradas, a diferencia de las tiendas aisladas de pastores. Por otro lado observamos que al construir una ciudad ya no anduvo errante, sino que se estableció en la tierra de Nod, recordemos que Caín se dedicó a la agricultura, lo cual de alguna manera le obligaba a establecerse en un lugar.

Siguiendo el texto bíblico leemos que da inicio el linaje de los cainitas y que en la sexta generación, después de Caín, Enoc, Irad, Mehujael, Metusael, nació Lamec (v. 18), quién también se manifiesta como enemigo de Dios y actúa en contra de su voluntad, pues toma para si dos mujeres (v. 19), Ada y Zila, aquí se inicia la poligamia, lo cual no es aceptable delante de Dios, pues Dios estableció, desde que creó a Adán y Eva, la monogamia, ser el uno para el otro, recordemos lo que dice Génesis 2:24 “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne.”

Como lo dijimos en su momento esta frase de “ser una sola carne”, significa “ser el uno para el otro” el concepto de exclusividad.
En el versículo 23 leemos nuevamente el desafío a la autoridad de Dios, esto lo vimos en Caín, y ahora lo encontramos en Lamec: “Y dijo Lamec a sus mujeres: Ada y Zila, oid mi voz mujeres de Lamec, escuchad mi dicho: que un varón mataré por mi herida y un joven por mi golpe, si siete veces será vengado Caín, Lamec en verdad setenta veces siete lo será.”
Lo que está expresando Lamec en esta frase es que él va a cometer el mismo pecado que Caín (homicidio), pero además señala que él tomará la justicia en su mano si alguien le hace algún daño, y en proporción mayor a la justicia que Dios estableció para Caín.
Es aquí donde observamos que se va formando la línea de los caídos, de los rebeldes a la voluntad de Dios, Lamec supo del pecado de Caín, su antecesor, y la consecuencia; supo y conoció que la esa conducta fue en contra de la voluntad de Dios y hubo una consecuencia con la cual Dios aplicó su justicia en Caín, y Lamec decide seguir los pasos de Caín, en vez de hacer la voluntad de Dios a pesar de conocer las consecuencias.
Esa es la línea de los caídos, de los enemigos de Dios, los que se oponen abiertamente y con conocimiento, a la voluntad de Dios y deciden vivir en rebeldía, enfrentando las consecuencias que esto implica, la aplicación de la justicia divina.
Estas dos líneas viven juntas a lo largo de la historia, Nuestro Señor Jesús lo explica a sus discípulos en la parábola del trigo y la cizaña que encontramos en Mateo 13:24-30.

En esta parábola el hombre que sembró la buena semilla en su campo, es Dios; el trigo es su pueblo, los creyentes, los que somos sus hijos; y el enemigo siembra cizaña entre el trigo, es decir los enemigos de Dios, que viven en contra de su voluntad, están entre nosotros, como en el origen, en el texto que estamos estudiando, los cainitas vivieron entre los descendientes de Set (la línea de los hijos de Dios), y Dios (el hombre que sembró el trigo) dijo (Mateo 13:30):
“Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro, (los hijos de Dios con los hijos de los hombres), hasta la siega; es decir hasta el fin de los tiempos, el día del juicio final, porque en ese tiempo Dios indicará recoger primero la cizaña, atarla en manojos para quemarla, es decir a los enemigos de Dios. Y finalmente recogerá al trigo, a sus hijos en su granero, la Nueva Jerusalén.
En conclusión, cada día tenemos que convivir con personas que no conocen a Dios, que no quieren seguir sus caminos, que se rebelan a la voluntad de Dios, y la escritura nos enseña que no puede haber comunión entre nosotros los creyentes, temerosos de Dios y los incrédulos, que no nos unamos en yugo desigual en 2 Corintios 6:14-18 el apóstol Pablo escribe: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿Qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos?
Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo, y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis por hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.” Seamos cuidadosos de mantenernos separados de los incrédulos y de sus actos, recordemos que sus caminos no son los de Dios, y ellos quieren vivir en rebeldía a la voluntad de Dios, no nos expongamos a ser como ellos, el único contacto que debe haber, entre nosotros y ellos es para compartir el evangelio, y si no es recibido el mensaje, debemos cuidarnos de no contaminarnos con sus hechos, sus pensamientos, su forma de hablar, de comportarse.

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