Lo sentó a su diestra en los lugares celestiales – Efesios 1:20-22
Meditación sobre Salmos Efesios 1:20-22 por el A.I. Marcos Mercado E.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Buenos días, como todos los jueves me da mucho gusto enviarles un muy cordial saludo y doy gracias a Dios porque el día de hoy nos permite continuar con la décima cuarta de esta serie de meditaciones sobre el contenido del gran libro de los Efesios
La semana pasada hablamos del poder de Dios que
operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
Y dijimos que nuestro Dios, el Padre de gloria, manifestó su infinito poder librando del dominio de la muerte a nuestro Señor Jesucristo levantándolo de entre los muertos por medio de la resurrección y además lo hizo sentar a su mano derecha y sujetó bajo sus pies todas las cosas.
Y este poder de Dios se manifestó de dos maneras: 1. Mediante una singular y única resurrección y 2.- llevando a cabo la reivindicación del Señorío de Cristo.
Y el día de hoy vamos a poner nuestra atención en la exaltación de Cristo que se describe en el versículo 21 y la primera parte del versículo 22 que dicen que lo sentó a su diestra en los lugares celestiales, pero además dice:
21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero; 22 y sometió todas las cosas bajo sus pies
Vayamos a la primera frase del versículo 21 que dice
21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío,
En la administración divina del mundo hay muchos grados de autoridad, humana y sobrehumana; Cristo está por encima de todos.
Es decir, Dios Padre lo promovió al puesto de honor supremo y de autoridad ejecutiva y a al hacerlo, cumplió la promesa mesiánica del Salmo 110.1:
«Así dijo el Señor a mi Señor: ‘Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?’
En este Salmo 110 el estrado de sus pies está formado por sus ‘enemigos’.
Pero este versículo dice que no solo se sentó a la diestra de Dios, sino que además el Padre lo colocó sobre todo principado, autoridad y poder y señorío y sobre todo nombre que se nombra, por lo que Cristo reina muy por encima de todos ellos.
No importa si nos referimos a los términos “gobierno, autoridad, poder y señorío”; cualesquiera que sean las formas de gobierno que haya y cualesquiera que sean los nombres que lleven, todos, en un momento no muy lejano todos van a confesar la supremacía de aquel a quien Dios ha exaltado hasta lo sumo, y a quien ha dado “el nombre que es sobre todo nombre” conforme lo describe
Esto es lo que Pablo destaca en las palabras que siguen. Cristo está entronizado sobre el universo.
Miren ustedes, cuando se coronó a la reina Isabel de Inglaterra, al momento de colocarle la insignia imperial del orbe en la mano, se le dijeron las siguientes palabras, “Cuando veas este orbe colocado debajo de la cruz, recuerda que el mundo entero está sujeto al poder y al imperio de Cristo nuestro Redentor”.
Hebreos 2:8 todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas. 9 Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra,’
¿Por qué dice que vemos que no vemos que todas las cosas le sean sujetas?
1.- Porque Jesús ya destronó a la muerte y la muerte un día será el último enemigo que será destruido
2.- Porque Efesios 6:12 habla de que en pleno siglo XXI nosotros tenemos una lucha contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Que hoy en día tienen un control considerable sobre los hombres, las familias y las naciones, y vivimos en un mundo lleno de pecado, problemas, guerras y conflictos, pero muy pronto cuando Cristo venga por segunda vez a la tierra acabará con todo esto y su reinado será un reinado de paz y de justicia.
Porque Cristo va a reinar plenamente cuando “haya abolido todo principado y toda autoridad y poder y haya puesto a todos sus enemigos bajo su poder”.
Y tanto aquí como en la Epístola a los Colosenses, se enfatiza la exaltación de Cristo sobre todos ellos.
Ahora bien, la segunda parte del versículo 21 dice:
y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero;
Cierra la lista con “todo nombre que se nombra”, es decir, todo título o dignidad que se ha dado o se puede dar como designación de majestad.
Y esto también lo encontramos en Fil. 2:9 que dice, Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
El hecho es que, en cualquier lugar, el gran poder de Dios ha exaltado y entronizado a Cristo por encima de todos los grados de dignidad, reales o imaginarios, buenos o malos, del presente o del porvenir,
La última frase del versículo 21 dice ‘no solo en este siglo (mundo o edad), sino también en el venidero‘.
Lo que implica que su posición de majestad durará por siempre y para siempre, por los siglos de los siglos, puesto que fue exaltado sobre todas las eminencias y sobre todo título que pueda ser conferido no solamente en la edad presente, sino también en la venidera, que tendrá lugar cuando llegue el tiempo de la consumación de todas las cosas (cf. 2:7).41
Colosenses 1:16 dice: Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Y de acuerdo al orden de la creación, Él está por encima de todos en porque todos fueron creados por él, y también está por encima de todos en el orden de la redención,
Y por último veamos la última frase del versículo 22 que dice
22 y sometió todas las cosas bajo sus pies
1 Co. 15:27 dice: Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas.
Y Hebreos 2:8. Todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas. 9 Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra,
El hombre, aún después de la caída, tiene un cierto grado de control sobre las criaturas “inferiores”, pero el dominio que aquí ejerce es totalmente insignificante comparado con el dominio y la soberanía universal de Cristo, ya que su dominio no excluye nada en absoluto de todo lo que existe.
En consecuencia, nada ni nadie puede ni podrá impedir que se haga realidad la “esperanza de la vida eterna” que tenemos todos los creyentes y tampoco nada ni nadie podrá evitar que recibamos y gocemos y disfrutemos el goce pleno de las riquezas de la gloria de la herencia” que tenemos prometida allá en los cielos.
Y 1 Pedro 1:4 describe algunas de las características de esta herencia
para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros
el poder de Dios no está inactivo. y fue claramente exhibido en la exaltación de Cristo y lo está utilizando en el gobierno del universo, en beneficio de la iglesia.
Y aunque el total cumplimiento de las promesas que tenemos en Cristo no ocurrirá sino hasta que la muerte misma sea destruida y Dios sea todo en todos; la actual entronización de Cristo a la diestra de Dios es una garantía total y suficiente de que esta bendita consumación se llevará a cabo sin falta en un futuro muy próximo.
Termino repitiendo los textos bíblicos en los que hemos puesto nuestra atención en los últimos jueves y mi oración por cada uno de ustedes es que Dios alumbre
18 los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,
20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero; 22 y sometió todas las cosas bajo sus pies