Os dio vida cuando estabais muertos – Efesios 2:1

Meditación sobre Efesios 2:1 por el A.I. Marcos Mercado E.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Y él os dio vida cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados.Efesios 2:1

Buenos días, doy gracias a Dios porque el día de hoy me permite enviar a cada uno de ustedes un muy cordial saludo desde la ciudad de Reno Nevada y además nos permite continuar con la décima sexta de esta serie de meditaciones sobre el contenido del gran libro de los Efesios

Hoy vamos a poner nuestra atención en el versículo 1 del capítulo 2, que dice

1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,

John Stott escribió que los versículos 1 al 3 de este capítulo 2 de Efesios contienen un diagnóstico bíblico del ser humano y es el diagnóstico del ser humano caído, que vive en la sociedad caída en todas partes del mundo

 Y en tan solo en tres versículos resume los primeros tres capítulos de Romanos en los que el apóstol Pablo explica su argumento acerca del pecado, y de la culpa

 Y este pasaje menciona varias verdades graves acerca de los seres humanos que estábamos sin esperanza ni redención, hasta que Dios tuvo piedad de nosotros

 Y el versículo 1 dice que estábamos muertos y no es una imagen metafórica, sino que es una afirmación real, verdadera y contundente de la condición espiritual de todos los que están fuera de Cristo y viven en sus transgresiones y pecados

 Y aquí encontramos un vivido contraste entre lo que somos por naturaleza y lo que podemos llegar a ser por la gracia de Dios

 También este pasaje bíblico describe los tres enemigos que controlaban y dirigían nuestra existencia antes de ser cristianos y que son los tres enemigos con los que seguimos batallando

 1.- El primero se refiere al mundo

Las palabras época y mundo expresan un sistema de valores opuesto y alejado de Dios

 2.- El segundo enemigo es el diablo, llamado aquí como el que gobierna las tinieblas o el príncipe de la potestad del aire

 3.- El tercer enemigo es nuestra carne que nos mantiene cautivos a nuestros deseos pecaminosos, es decir, a los deseos de la carne

 En pocas palabras estamos sujetos a influencias que nos oprimen tanto desde adentro como desde afuera.

 Y todos los creyentes que hemos nacido de nuevo, tenemos por fuera, una batalla con el mundo con la cultura predominante no cristiana y por dentro una batalla con la carne con nuestra naturaleza caída que está entrelazada con el egocentrismo. 

Y más allá de ambos operando activamente a través de ellos, está el espíritu del mal, el diablo el que gobierna las tinieblas, que nos mantenía cautivos como esclavos del pecado y que a diario anda como león rugiente viendo a quien devorar.

 Pero vayamos ahora a las primeras 12 palabras de este versículo 1 que dicen: 1. Y vosotros, aun cuando estabais muertos a causa de vuestros delitos y pecados … Y la palabra vosotros está colocada al principio para enfatizarla y colocarla como el objeto de la oración.

Y en seguida señala el hecho de que tanto los efesios como nosotros, antes de la conversión, estábamos “muertos” en nuestros delitos y pecados o sea en nuestras desviaciones de la senda angosta y recta; y con inclinaciones, pensamientos, palabras y obras que no glorifican a Dios.

Reina Valera al traducir el texto original en griego resalta la fuerza del participio presente al traducirlo como “cuando estabais muertos”. Resaltando así que “Dios no solo resucitó a Cristo de entre los muertos con su gran poder; sino que también ha resucitado de entre los muertos” al pueblo que pertenece a Cristo.

 Con otras palabras, es como si este versículo dijera “A pesar de que ustedes, eran tan indignos, Dios tuvo misericordia de ustedes”.

Y la secuencia de pensamiento es la siguiente: Jesucristo murió, pero Dios lo levantó y exaltó. Ustedes también estaban muertos, pero Dios también los levantó y exaltó con Cristo

 John Stott explica este versículo de la siguiente manera

 “en primer lugar recuerden la condición tétrica de obscuridad y muerte en la que se encontraban y en la que estaban caminando

 y luego recuerden el grandísimo y pleno regocijo que tuvieron cuando todo esto quedó en el pasado, cuando Dios, con su infinita amor misericordia y gracia hizo que la lumbre de la vida brillara sobre ustedes

Y es que el hombre entre más y mejor entienda la verdadera dimensión y realidad de su profunda condición de perdición, y lo terrible del infierno más se dará cuenta y  apreciará, la maravillosa liberación y salvación que ahora tiene. por la gracia de Dios

Otra versión traduce estos versículos de la siguiente manera: «En otro tiempo vosotros estabais muertos en vuestras transgresiones y pecados, en los cuales andabais conforme a los poderes de este mundo (o sea, de acuerdo con el espíritu de la época, el secularismo, siguiendo el rumbo y los principios de este mundo.

 Adicionalmente en el primer capítulo del libro de los Efesios el apóstol Pablo menciona el gran poder que resucitó a Jesús de los muertos. Y enfatiza claramente que ese poder fue el mismo poder que, nos dio vida en Cristo cuando estábamos muertos en nuestras transgresiones y pecados,

 ¡Y eso sí que requería poder! Ya que solo, la enorme grandeza del poder de Dios puede resucitar a una nueva vida a los que estando muertos ahora son adoptados como hijos de Dios.

 Y todos, todos, estábamos muertos en nuestras transgresiones y pecados.

 Ahora bien, ¿Y cómo llegó la muerte?

 La Biblia nos dice que la muerte de Adán, nos fue imputada, y asignada a todos, a nosotros. Romanos 5:12, dice: Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

 Ya que el pecado de Adán nos convirtió en hijos o descendientes de un hombre caído, y además todos tenemos la misma naturaleza que tuvo Adán. Es decir, una naturaleza caída que no tiene capacidad o inclinación hacia Dios. 

Miren ustedes, el día en que Adán desobedeció a Dios, murió espiritualmente y a las cosas de Dios no creyó en Dios le desobedeció, huyó de Dios, trató de esconderse, perdió el anhelo por Dios ya no buscó a Dios y se separó de Dios. 

Y ésta es la situación del hombre no creyente en la actualidad. 

Y justamente la muerte implica separación. Por ejemplo, la muerte física es la separación del espíritu y del alma, del cuerpo. 

Después que el Adán pecó, aunque continuó viviendo física y mentalmente, espiritualmente estaba muerto, separado de Dios y transmitió esa misma naturaleza muerta a toda su descendencia. 

Y recalco, que únicamente el poder de convicción del Espíritu Santo puede hacer que al ser humano actual le remuerda la conciencia, se arrepienta, se convierta y se vuelva a Dios. 

Nuestro Señor Jesucristo al hablar del Espíritu Santo les dijo a Sus discípulos, en Juan 16:8, «Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio». 

Ahora bien, considerando que alguien en alguna ocasión definió a un cementerio como: » el lugar donde se colocan los muertos» 

Y considerando la verdadera condición; de los seres humanos muertos en transgresiones y pecados y bajo la influencia del maligno, la triste realidad es que los que vivimos en este mundo nos encontramos es una especie de cementerio. 

Efesios 2:4-6 dice “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, 

FF BRUCE Dijo que el término” resucitar juntamente con Cristo” no es nuevo en las cartas del apóstol Pablo. Pero en otros lugares donde aparece, resucitar con Cristo es la continuación de la muerte con Cristo y la sepultura con Cristo 

Como dice Colosenses 2:12

sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos 

Finalizo repitiendo el texto en el que pusimos nuestra atención el día de hoy

1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,

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