Vivir en el Nuevo Pacto – Hebreos 8

Meditación sobre Hebreos 8 por el A.I. Saulo Murguia A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

A través de la historia, Dios hizo varios pactos con los seres humanos. Estos pactos establecieron los términos de la relación que Dios quiere tener con la humanidad.

Dos pactos clave registrados en la Biblia son:

El pacto que Dios hizo con el antiguo Israel en el monte Sinaí, también llamado como “el Antiguo Pacto”, tenía la exigencia hacia el hombre de cumplir cabalmente con la ley escrita en piedra y entregada por Dios en el Sinaí y mas adelante toda una serie de leyes sacrificiales y sacerdotales.

Hebreos 8:13 menciona este «Antiguo Pacto» como base del nuevo diciendo:

"Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer."

El “Nuevo Pacto”, fue inaugurado por Jesucristo.

Pero, ¿Qué es lo “nuevo” de este Nuevo Pacto?

Voy a mencionar algunos de los aspectos del Antiguo Pacto que cambian en el Nuevo Pacto, y nos permiten distinguir las diferencias fundamentales entre los dos pactos.
Hoy solo hablaré de uno de estos aspectos fundamentales: La ley sacrificial.
En las proximas semanas hablaré de otros tres: el sacerdocio, el corazón y las promesas.

La ley sacrificial

La Biblia afirma que los pecadores merecen la pena de muerte (Romanos 6:23 «Porque la paga del pecado es muerte»
El perdón de los pecados requiere que la sangre sea derramada para satisfacer este castigo (Hebreos 9:22).
Bajo el Antiguo Pacto, los Israelitas sacrificaban animales como ofrenda por el pecado, derramando la sangre de esos animales de acuerdo con lo ordenado por Dios, de manera meticulosa.

Esos sacrificios animales eran insuficientes como substitutos de los seres humanos.

En Hebreos 10:1-4, dice:

1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. 2 De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. 3 Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; 4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.

Ya que los animales no podían borrar los pecados, ¿por qué Dios los requería en el Antiguo Pacto? Porque estos sacrificios le recordaban a Israel sus pecados y representaban una época en la cual sería posible remover la pena de muerte.

No estaba en los planes de Dios que estos sacrificios se hicieran de forma permanente.

El plan de Dios desde el principio, era que Su Hijo haría el sacrificio definitivo (Apocalipsis 13:8).

El sacrificio de Cristo Jesús hizo posible “quitar el pecado del mundo” (Como decía Juan del bautista en Juan 1:29) «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo»

Su sacrificio fue suficiente para pagar por completo la pena de muerte en que habíamos incurrido por el pecado.

Cuando Cristo instituyó el Nuevo Pacto con su sangre derramada (Lucas 22:20)«Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.»

El resultado fue que los sacrificios de animales ya no se requerían como símbolos, ya que Cristo era el cumplimiento definitivo de ese simbolismo.
Por fe aceptamos el sacrificio de Cristo, pero aun debemos arrepentirnos cada vez que pecamos. Al hacerlo se aplica el sacrificio de Cristo y ya no se requieren sacrificios por nuestros pecados (Hebreos 9:24-28; 10:12).

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