Sociedad Femenil Lidia – 28 de septiembre, 2022
Miércoles 28 de Septiembre de 2022
Sesión 21
Los hijos de Dios y las hijas de los hombres – Génesis 6:1-8
1 Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 2 que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. 3 Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años. 4 Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.
5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. 6 Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. 7 Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. 8Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.
En las dos reuniones anteriores vimos que hay dos líneas fundamentales que se trazan en el desarrollo de la raza humana, descritas en las genealogías de los capítulos 4 y 5 de Génesis, encabezadas por Set y Caín.
En el texto que hoy nos ocupa, vemos que con el matrimonio de “los hijos de Dios” con “las hijas de los hombres”, la maldad se hizo tan grande que Dios determina destruir al “Adam” que había creado, a toda la raza humana. Este matrimonio se refiere a los setitas con los cainitas.
En él versículo 1 cuando dice “Aconteció que cuando comenzaron los hombres (el adam) a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas”, se refiere a los hombres en general, como género humano.
Ahora bien, en el versículo 2 dice: “que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.”
Por “los hijos de Dios”, debemos entender los seres humanos descendientes de Set, de la linea de los que hacen la voluntad de Dios, como Enoc que caminó con Dios (Gen 5:22) y desapareció porque le llevó Dios (v.24); y Noé, varón justo, (2 P. 2.5), era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé (Gen 6:9).
Esta frase de hijo de Dios, la encontramos en otros textos, En Exodo 4:22 Dios instruye a Moisés: “22Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito. 23Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; he aquí yo voy a matar a tu hijo, tu primogénito.”
Se descarta, como algunos han pensado que “los hijos de Dios” se refiera a seres celestiales, ángeles, porque claramente Cristo nos enseña que los ángeles no se casan, en Mateo 22:30 dice: “29Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios. 30Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo.”
Por lo que se refiere al versículo 3 “3Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.” Dios dice que no contenderá con “haadam” el ser humano, porque es carne, esta frase se refiere a el pecado, es decir se deja llevar por los deseos de la carne, el Apóstol Juan en su primera carta dice: 1 Juan 2:16 “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.”
Y el Apóstol Pablo nos enseña en Romanos 8:1 y del 4 al 8 lo que esta frase significa:
“1 Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.” v. 4 “para que la justicia de la ey se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne, pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. 6 Porque ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. 7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios, porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden, 8 y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.”
En el versículo 4 encontramos la frase: “Había gigantes en la tierra en aquellos días” (nephilim), y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.
Esta palabra sólo se encuentra en este texto y en Números 13:33 que se refiere a la misión de los doce espías, que fueron enviados por Moisés a reconocer la tierra de Canaan y al volver dijeron: “También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas, y así les parecíamos a ellos.”.
Cuando encontramos un término en la biblia que sólo aparece una vez en todo el corpus literario (toda la biblia), es dificil saber cual es su significado real, pues no hay punto de referencia ni contexto suficiente que explique el significado, así que no necesariamente debemos entender que eran gigantes como los concebimos hoy en día, sino simplemente hombres grandes, sobre todo por la descripción que se hace en el libro de Números.
Pero si ponemos atención no dice que los “nephilim” nacieran de esos matrimonios de los hijos de Dios con las hijas de los hombres, en realidad el texto dice que “Había gigantes en la tierra en aquellos días”, los “nephilim” ya estaban en la tierra, y (continua el texto) también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres y les engendraron hijos. Así que no debemos mal interpretar que esos “Nephilim” sean producto de matrimonios mixtos. Simplemente habla de hombres grandes, seguramente fuertes, y se les describe como valientes y varones de renombre.
En el versículo 5, se habla de como se multiplicó la maldad de los hombres y que los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal, por lo cual Dios, dice el texto se arrepintió de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón (v.6).
Por lo cual Dios decidió Raer de sobre la faz de la tierra a los hombres que habia creado, y a los animales, reptiles y aves; pues le dolió en su corazón haberlos hecho (v. 7).
Sin embargo el párrafo termina, como siempre en la escritura con la manifestación de la gracia de Dios para su creación, para sus hijos, toda vez que en el v.8 dice: “Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.”
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