
EL DIGNO ANDAR
Andar quiere decir “moverse de un lado a otro”. También se refiere al modo o manera de proceder”. En los lenguajes de la Biblia más bien quiere decir “conducirse”. En la Biblia se emplea la palabra en este sentido más de cincuenta veces.
En la mayoría de los casos se emplea en sentido ético, es decir, andar así y no andéis como los demás. Andar en mis caminos, dice Dios, y no andéis en pos de otros dioses. En estos casos es claro que se refiere al “modo o manera de proceder” o sea, como “conducirse”.
Sin embargo, no debemos olvidar el sentido de trasladarse de un lado a otro. El andar implica movimiento, un proceder en cierta dirección, hacia algún fin. El andar no es simplemente “dar vueltas”; es, más bien, avanzar.
Cuando andamos vamos hacia algún punto. Queremos llegar. El andar, por lo general, tiene un propósito, queremos lograr un fin. Nos orientamos hacia este fin. Entonces nuestro andar tiene sentido, pues la orientación proporciona el sentido.
Andar, por supuesto, es una actividad. En un sentido se le puede llamar una fe activa. Es una manera de vivir la fe. Es un “estilo de vida”, uno que revela nuestras convicciones y valores. Lo que creemos, esto es, lo que realmente creemos queda maniatado en nuestro andar. Nuestro andar, en este sentido, es nuestro estilo de vida.
Aunque a veces pensamos que andamos solos, el andar es siempre un acto público, es un testimonio, y todos pueden descubrir e interpretar nuestro andar ya que en nuestro andar manifestamos nuestras convicciones, nuestros propósitos y nuestros motivos.
Andar implica metas y procedimientos. Hay estilos de andar. Andamos lentos hacia ciertas metas y más aprisa haca otras. Las metas que consciente y sinceramente perseguimos determinan nuestra manera de andar. La Biblia nos exhorta a andar dignos. En Efesios 4:1 se emplea la palabra digno, en Colosenses 1:10, en Apocalipsis 3:4, como también en 2ª. Tesalonicenses 2:12
Tenemos que andar en pos de Cristo, en los caminos del Señor, para la gloria del Señor. Esto será digno andar. Pongamos esto como nuestra regla para iniciar el año nuevo.
Iglesia Nacional Presbiteriana, boletín Buen Óleo 1 de enero de 2023.