Dando gracias – Salmos 100:4,5
Meditación bíblica sobre el Salmo 100:4,5 por el Diác. Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Termina un año más, quizá para algunos fue un año difícil y lo mejor podría ser pasar página y olvidarse de todo; pero si nos tomamos un tiempo y meditamos ¿qué podríamos agradecer?
Seguramente y a pesar de todo lo malo que podría haber sido el año que termina, siempre hay algo que agradecer a nuestro Dios, Es importante recordar que la gratitud a Dios no debe ser por nuestras circunstancias, sino que la gratitud a Dios es por quién es Él.
En el Salmo 100 en los versículos 4 y 5 dice:
Entrad por sus puertas con acción de gracias
Por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre.
Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia.
Así podemos iniciar un año más dándo gracias a Dios por todo aquello que nos da y que no nos damos cuenta y solemos darlo por hecho.
Podemos dar gracias a Dios por cosas que parecen tan simples como por el aire que respiramos y nos mantiene con vida, por la vida misma, por la familia, por tu esposo y esposa, por tus hijos e hijas, por tu trabajo, por tu salud e incluso, quizá porque tengas un auto. Pero también darles gracias por cosas tan trascendentes como Su Palabra, porque a través de ella encontramos consuelo, esperanza, guía y dirección dándonos el aliento en los momentos difíciles y lo más importante, porque por medio de la Fe nos ha dado el perdón y la salvación en Cristo. Él conquistó por su sacrificio, muerte y resurrección para nosotros la vida eterna.
Ciertamente, a pesar de las circunstancias particulares de cada quien hay mucho que agradecer. El mostrar gratitud a nuestro Dios habla de nuestra dependencia y confianza en Él. Al mantener nuestra mirada centrada en Él, cambiaremos el enfoque, podremos ver Su grandeza y Su poder, y que para Dios no hay nada imposible.
Iniciar una oración con gratitud nos dará paz y serenidad en todo momento; por los méritos de Cristo la oración nos lleva a la presencia de Dios el Padre, y eso lo cambia todo.