El cuidado de Dios – Mateo 6:25–33
Meditación bíblica sobre Mateo 6:25–33 por el Diác. Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Por tanto, os digo: no os afanéis por nuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿no es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni ciegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¡no valéis vosotros mucho más que ellas? Y ¿quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerar los lirios del campo, como crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aún Salomón con toda su gloria se vistió, así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así ¿No hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues diciendo: ¿qué comeremos o qué beberemos o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Suelen haber ciertas cosas que nos preocupan como el lugar donde vivir, la alimentación, el trabajo, nuestro vestido, etc. Pero, por otra parte, pensamos, teniendo el dinero supliremos todas estas necesidades. Y, ¿qué pasa si no tenemos lo suficiente?, pensamos diciendo ¿acaso Dios suplirá nuestras necesidades? Entonces aquí surge una pregunta: ¿En quién está nuestra confianza, en Dios o en nosotros? El Salmo 40:4 dice “Bienaventurado el hombre que puso su en Jehová su confianza”. Una forma verdadera de confiar en Dios como nuestro proveedor es mirando como cuida las aves y las flores, ¿verdad? Así, si lo hace con las aves y las flores, ¿por qué no lo haría por nosotros?
Esta es una promesa de parte de nuestro Dios, y Dios nunca falta a sus promesas, Él se mantiene fiel por toda la eternidad, dice su palabra que aún cuando nosotros seamos infieles, Él permanece fiel. ¿No envió a su hijo Jesucristo a morir por nosotros’, entonces, ¿por qué no supliría nuestras necesidades? Ciertamente puede resultar difícil recordar esta promesa en medio de la preocupación, pero, el confiar en Dios y sus promesas es exactamente lo que hace la diferencia.
Otra forma de mostrar nuestra dependencia de Dios, es buscando primeramente su reino y su justicia como lo leímos en el verso 33, cuando lo primero que hacemos es buscar a Dios y no preocuparnos sino verdaderamente buscar a Dios, Jesús dice “Todas estas cosas serán añadidas” y esto también es una promesa.
En el original griego “buscar” quiere decir “ir tras de, apuntar luchar por”. Así, cuando acudimos tras de apuntando a Dios y luchamos por Dios primero, luego entonces, todas estas cosas son añadidas (comida, ropa y demás necesidades básicas son cubiertas). Buscar a Dios primero, es decir, poner nuestra confianza en Él nos librará de la preocupación y el afán. Porque nuestra mirada está en Él y en sus promesas, las cuáles no cambia, pues como Él son eternas y n o temporales.
Recuerda que al preocuparnos nos estancamos y solemos paralizarnos, incluso la preocupación puede esclavizarnos a las cosas materiales (que también son temporales).
Entonces, dejemos de preocuparnos y hagamos lo que dice Jesús “busquemos a Dios a través de la lectura bíblica, la oración y la adoración. Al hacerlo, nuestra mente estará ocupada en Dios, recordando sus promesas y cuidado, olvidándonos de la preocupación.
Nuestro Dios tiene la capacidad de suplir las necesidades básicas que a diario tenemos, así que piensa que él cubrió la más grande necesidad: nos dio el perdón y la salvación en Cristo.
Pregunto: ¿no cubrirá nuestras necesidades básicas?