Llamados a guardar al unidad 3ª PARTE – Efesios 4:4-6
Meditación sobre Efesios 4:4-6 por el A.I. Marcos Mercado E.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Muy buenos días, reciban un muy cordial saludo
Continuamos con nuestras meditaciones sobre el libro de los Efesios y el día de hoy los invito para que escuchen los versículos 3 al 6 del capítulo 4 de Efesios y pongamos nuestra atención en el versículo 5.
3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;
4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;
5 un Señor, una fe, un bautismo,
6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos
INTRODUCCIÓN
Los primeros tres capítulos del libro de los Efesios contienen la parte doctrinal del libro.
En ellos el apóstol Pablo mencionó el propósito eterno de Dios en la historia, que se manifestó por la muerte de Cristo en la cruz del Calvario por todos los pecadores, al cual Dios con poder levantó de los muertos.
Ahora los capítulos del 4 al 6 contienen la aplicación práctica que incluyen algunos valores que se esperan de todos los integrantes de la familia de Dios.
Y el primer valor al que hace referencia es el de la UNIDAD
Y en los versículos del 3 al 6 encontramos una descripción del carácter de lo que debe ser la unidad cristiana y tiene una relación con la santísima Trinidad
Y en los versículos 4 y 5 se mencionan 6 elementos de la unidad cristiana que Armitage Robinson divide en dos triadas, y hace ocho días hablamos de la primera tríada que se refiere a: “un cuerpo, un Espíritu, y una esperanza”.
Y el día de hoy vamos a hablar de la segunda triada integrada por tres elementos: “un Señor, una fe, un bautismo”.
Vayamos ahora al primer elemento de esta segunda tríada:
UN SEÑOR
1 Corintios 8: 6 habla claramente del Señor y dice: para nosotros, sin embargo, solo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.
Romanos 14:9 Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.),
Es decir, Jesús es el Señor de los que ya están en el cielo y de los que todavía estamos en la tierra
FF BRUCE dijo que cuando este pasaje se refiere al Señor Jesucristo”. Él es indudablemente nuestro Señor en el sentido de que nos compró con el valiosísimo precio de su sangre derramada en la cruz del monte Calvario, por lo cual le pertenecemos, él es nuestro dueño, él nos ama, él nos cuida, él nos protege y es nuestro pastor que además dio su vida por nosotros que somos sus ovejas.
Y por ello aceptamos su señorío, le reconocemos como nuestro Libertador y Soberano, confiamos en él, le obedecemos, le amamos, y le adoramos
Hoy en día la palabra “señor” se utiliza frecuentemente como un título de cortesía, por ejemplo, al llamar a una persona le decimos el señor Martínez, y no hay objeción para usarlo de esa manera, pero en aquel entonces el señor era dueño aún de la vida de los esclavos y reconocerlo de esta manera significaba que se estaba infringiendo el único Señorío de Cristo.
Y es por ello que, en los primeros siglos de nuestra era, en el imperio romano el reconocer a Jesús como el único Señor llegó a ser un asunto de vida o muerte para los primeros cristianos.
Ya que los primeros creyentes, se negaron a reconocer la divinidad del emperador romano y darle el título de «Señor» reconociendo que era su dueño
Vayamos ahora al segundo elemento de esta tríada:
UNA FE
Es una fe que no es histórica, ni de milagros, ni temporal sino de confianza genuina—por medio de la cual nos entregamos al único Señor Jesucristo.
La fe puede denotar el acto y la actitud de creer, o puede significar la sustancia de la creencia de uno.
FF BRUCE dijo que esta fe es para todos como dice: Col. 3:11, “donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.”
Y de la misma manera no hay una fe para los judíos y otra para los gentiles, ya que es la misma fe en ambos casos por eso Romanos 3:30 dice Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión.,.
Y en ambos casos, los cristianos tenemos una sola fe que es la única fe que ponemos en Cristo como nuestro Señor y Salvador.
Ahora bien, Después de haber hablado de un Señor, una fe, vayamos ahora el tercer elemento de esta tríada que es
UN BAUTISMO
Nuestro Señor Jesucristo ordenó el bautismo cuando dijo en Mateo 28:19:
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
¿Qué es el bautismo?
El capítulo 28 de la Confesión de fe de Westminster dice:
El bautismo es un sacramento del Nuevo Testamento instituido por Jesucristo, no solo para admitir solemnemente en la iglesia visible a la persona bautizada, sino también para que sea para ella una señal y un sello del pacto de gracia, de su injerto en Cristo, de su regeneración, de la remisión de pecados y de su rendición a Dios por Jesucristo para andar en novedad de vida
Y un ejemplo de su importancia lo tenemos cuando el don del Espíritu Santo se derramó sobre los primeros creyentes gentiles y en aquel momento, lo primero que hizo Pedro fue mandar a estos recién convertidos, “que se bautizaran en el nombre de Jesucristo.
Además, por medio del bautismo se selló la comunión de los creyentes y somos uno en Cristo como dice Gálatas 3:27
27 porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos 28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Es decir, en el bautismo tenemos la evidencia de que toda clase de personas sin discriminación alguna, participan de la gracia de Cristo.
El bautismo en agua es la señal externa y visible por la cual las personas que creen en el evangelio, se arrepienten de sus pecados y reconocen a Jesús como Señor, y Salvador se incorporan públicamente a esta comunión bautizada por el Espíritu.
Y por ello el bautismo es una parte importante de la unidad que debe haber en la iglesia, y por eso dice aquí que todos tenemos un Señor, una fe y un bautismo.
CONCLUYO
Debemos recordar que en los tiempos del Nuevo Testamento el arrepentimiento, la fe, la regeneración, la conversión, el bautismo en agua, la recepción del Espíritu Santo, la incorporación a Cristo, la admisión a la comunión en la iglesia y la Santa Cena eran todas partes de un solo complejo de eventos que tuvieron lugar en muy poco tiempo, y no siempre en un orden uniforme.
Y todos estos fueron eventos notorios, pero lo importante es que en la práctica todos estaban ligados a la transición de la vida antigua a la nueva.
Scott, dijo que:, “Es mejor considerar las palabras de este versículo como la expresión de un solo hecho fundamental: tenemos ‘un Señor en quien todos creemos es decir hemos puesto nuestra fe en nuestro Señor y Salvador Jesucristo y en su nombre
Y todos nosotros hemos sido bautizados en el nombre del Padre, en el de nuestro Señor Jesucristo y en el del Espíritu Santo.
Lo que nos indica que esta tríada es una unidad estrechamente entretejida lo que también ocurre con la primera tríada, del versículo 4.
Para concluir voy a repetir nuevamente los versículos 3 al 5 que dicen:
3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;
4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;
5 un Señor, una fe, un bautismo,
Amén