LA ELECCIÓN DE OFICIALES
“Lo que creemos los Cristianos” (Extracto lección 48 )
G. Nyenhuis
En esta ocasión no nos referiremos a una doctrina, sino a la manera de poner en práctica lo que la Biblia enseña respecto a la iglesia y al papel de sus oficiales. La elección de oficiales es un deber ético pues forma parte de nuestras obligaciones como miembros de la iglesia local.
Que los oficiales cumplan con sus encargos es en cierto sentido nuestro cumplimiento; si alguno no cumpliere, esto es nuestra responsabilidad y no simplemente algo de lo que podemos acusarlo. Nosotros cumplimos o fallamos por medio de los oficiales a quienes elegimos para que funcionen a nombre nuestro. Esto no es algo que podemos tomar a la ligera. Las instrucciones que nos da la Biblia sobre la elección de oficiales son tanto para quienes eligen como para quienes son elegidos.
Tenemos que elegir personas ejemplares. Pablo puso como ejemplo a los ancianos de Éfeso en cuanto al cumplimiento de su oficio y también mencionó a Apolos. El autor de hebreos exhorta a los creyentes a que imiten la fe de sus oficiales. Las personas a quienes alejamos deben poder decir con toda honradez: “Imítenme en esto”. Necesitamos modelos a quienes podamos imitar en su fe, en su conocimiento y lealtad a la Palabra, su sana doctrina. También en su carácter y vida familiar, en su honradez, prudencia, hospitalidad, en su resistencia a las tentaciones del mundo “no dados al vino o a las ganancias deshonestas” –en generosidad, “no avaro”.
Deben estar disponibles y dispuestos a asumir las responsabilidades de su oficio. Este es un requisito no solo para los ancianos docentes o pastores, quienes manifiestan con convicción su llamamiento y disposición para predicar el evangelio; también es necesario que los ancianos gobernantes y diáconos tengan ese anhelo de servir y un firme compromiso,
No tenemos derecho de poner en el oficio a personas que sabemos de antemano que no tiene la capacidad o disponibilidad para cumplir. Si lo hacemos, su incumplimiento será nuestro. No pueden ser candidatos para estos oficios quienes ponen excusas para atender otras prioridades (Luc 9:57-62), quienes dedican el domingo para estar con su familia (olvidando que pueden estar con su familia en la iglesia), ni quienes por razones legítimas están impedidos por ahora para sumir tal responsabilidad. Esta parece ser una situación difícil; sin embargo, tenemos que confiar en que Dios, quien cuida de su iglesia, proveerá los oficiales que necesitamos. Con esta confianza tenemos que orar y buscar los espacios para servir al Señor.
“Rogad pues al Señor de la mies que envíe obreros a su mies” Mateo 9:38
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith, boletín Buen Óleo, domingo 26 de febrero de 2023.