Consagrados – Éxodo 30:17-‬38

Meditación sobre Éxodo 30:17-‬38‬‬ por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Lectura

Habló más Jehová a Moisés, diciendo: Harás también una fuente de bronce, con su base de bronce, para lavar; y la colocarás entre el tabernáculo de reunión y el altar, y pondrás en ella agua. Y de ella se lavarán Aarón y sus hijos las manos y los pies. Cuando entren en el tabernáculo de reunión, se lavarán con agua, para que no mueran; y cuando se acerquen al altar para ministrar, para quemar la ofrenda encendida para Jehová, se lavarán las manos y los pies, para que no mueran. Y lo tendrán por estatuto perpetuo él y su descendencia por sus generaciones. Habló más Jehová a Moisés, diciendo: Tomarás especias finas: de mirra excelente quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, de cálamo aromático doscientos cincuenta, de casia quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de olivas un hin. Y harás de ello el aceite de la santa unción; superior ungüento, según el arte del perfumador, será el aceite de la unción santa. Con él ungirás el tabernáculo de reunión, el arca del testimonio, la mesa con todos sus utensilios, el candelero con todos sus utensilios, el altar del incienso, el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la fuente y su base. Así los consagrarás, y serán cosas santísimas; todo lo que tocare en ellos, será santificado. Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes. Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Este será mi aceite de la santa unción por vuestras generaciones. Sobre carne de hombre no será derramado, ni haréis otro semejante, conforme a su composición; santo es, y por santo lo tendréis vosotros. Cualquiera que compusiere ungüento semejante, y que pusiere de él sobre extraño, será cortado de entre su pueblo. Dijo además Jehová a Moisés: Toma especias aromáticas, estacte y uña aromática y gálbano aromático e incienso puro; de todo en igual peso, y harás de ello el incienso, un perfume según el arte del perfumador, bien mezclado, puro y santo. Y molerás parte de él en polvo fino, y lo pondrás delante del testimonio en el tabernáculo de reunión, donde yo me mostraré a ti. Os será cosa santísima. Como este incienso que harás, no os haréis otro según su composición; te será cosa sagrada para Jehová. Cualquiera que hiciere otro como este para olerlo, será cortado de entre su pueblo.

El Señor habita con su pueblo, está cerca de él, sin embargo, debe ser con la solemnidad y respeto que Él merece, no es una persona más, es Dios, y por eso pide de manera tan específica se realicen las acciones para ser santificados, tanto los utensilios como las personas que han de estar en su presencia. Pide la construcción de una fuente de bronce la cual fue hecha del bronce de los espejos, esta fuente era para el lavamiento de manos y pies de los sacerdotes antes de entrar al lugar Santísimo, este se encontraba en el patio externo, por lo que el pueblo de Dios alcanzaba a ver cuándo ellos se purificaban para poder estar delante del Señor. El lavamiento era obligatorio ya que ni aún los sacerdotes que habían sido separados para el servicio exclusivo en el tabernáculo estaban libres de pecado.

El patio estaba delimitado por un pesado velo, los sacerdotes eran impuros por causa del pecado y a través del ritual de lavamiento lo demostraban. Dios decreta este ritual para Aarón y su descendencia permanentemente pues de lo contrario morirán.

El Señor indica como se le haga el aceite de consagrar el cual va a ser único y exclusivo para Él, nadie debe hacer ni siquiera algo parecido y este aceite será derramando únicamente en Aarón y su dependencia, será para consagrarlos. No deberá ser derramado sobre ningún otro hombre, dado que el aceite simboliza al Espíritu Santo, nosotros al ser salvos somos consagrados a Dios, somos apartados para Él y es el Espíritu Santo que es «derramado» sobre nosotros para poder ser su pueblo y poder gozar la presencia de nuestro Dios, por eso este aceite no es para resaltar al hombre, sino que el espíritu Santo se resalta a sí mismo haciendo su función, porque la salvación viene de Dios.

Así también el incienso será de uso exclusivo como su fórmula y este será de olor fragante. Hoy el olor fragante son nuestras oraciones al Señor las que suben con olor grato pues es por el sacrificio de nuestro Señor Jesucristo y la unción del Espíritu Santo que las hace dignas para  que estas llegan al Padre.

 

 

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