La Semana Santa – Mateo 26, 27 y 28

Meditación sobre Mateo 26, 27 y 28‬‬ por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Muy buenos días amados hermanos, amigos y escuchas, los saludo en el amor de Cristo de parte de la Iglesia Nacional Presbiteriana Berith.

La meditación del día de hoy nos ocupa en saber que es la Semana Santa.

Al rededor del mundo se festeja esta fecha dándole importancia de acuerdo a la cultura, costumbres y enseñanzas por tradición que en gran manera poco tienen que ver con el verdadero significado, conduciéndonos a actos paganos que son desagradables a Dios, perdiendo el verdadero valor, el cual es incalculable, pues para el creyente significa la salvación de su alma a través del sacrificio de nuestro Señor Jesucristo quien pagó por nuestros pecados con su muerte.

Son innumerables las pruebas de todas las profecías cumplidas, una de ellas cuando hace su entrada triunfal a Jerusalén, montado en un pollino y más aun demostrando su autoridad al pedir a dos de sus discípulos traerlo diciendo: y si alguien os dijere algo decirle el Señor lo necesita. Es sobre un pollino que hace su entrada triunfal manifestando su reinado de paz, y las multitudes le abren paso, tendiendo sus mantos y ramas gritando: » Hosanna al hijo de David «, «Bendito el que viene en el nombre del Señor «.

Muchos de los que le dan el paso como al hijo de Dios, mañana le gritaran ¡CRUCIFÍQUENLO!

Pedirán su ejecución sin piedad ni remordimiento alguno.

Jesús al otro día visita el templo y al encontrar cambistas y vendedores, echa a los que se han adueñado de este, de la casa de oración del Padre, evidenciando los egoístas corazones de los líderes religiosos, después de haber limpiado el santo lugar hace grandes milagros curando a los enfermos como señales de quién es y del poder que le ha dado el Padre.

Todo esto provoca más ira entre los enemigos de Jesús, quienes a pesar de conocer las Escrituras, anteponen sus intereses políticos y económicos, temiendo perder su poder y entonces buscan matarle, después de esto empieza la Fiesta de la Pascua y sus discípulos están preocupados pues aún no saben dónde  la van a celebrar, ya que es muy importante, pues se recuerda el momento en que el Señor rescata de la muerte a todo primogénito y la liberación del Pueblo de Dios de la esclavitud en Egipto al dar instrucciones de pintar los dinteles de las casas con sangre de un cordero, haciendo alusión a la sangre del  Cordero Perfecto, Jesús el Cristo, que se ha de derramar como paga por nuestro pecado.

Es así como se lleva a cabo la última cena del Señor con sus discípulos y se instituye el sacramento de la Santa Cena, la cual debemos llevar a pie puntillas pues es el alimento espiritual para el creyente; y es la última Cena que compartirá con sus discípulos ya que será entregado por Judas su discípulo, por unas monedas de plata. El Sacramento de la Santa Cena se ha de realizar por todo creyente, con toda la solemnidad que el Rey de reyes lo requiere, siendo esto una conmemoración espiritual pues se ha de llevar a cabo hasta que Él venga por segunda vez. El Señor ha de ser traicionado como parte del cumplimiento de su plan de redención, al terminar la cena Jesús sube al huerto de Getsemaní donde ora al Padre sin cesar, sobresaliendo su naturaleza humana, pues recordemos que Él es todo hombre y todo Dios, y es ahí en este Huerto de Getsemaní donde se denota toda su humanidad al saber de sus dolores conociendo lo que ha de suceder, pero también podemos ver su obediencia a la voluntad del Padre.

Por fin es apresado a la salida del Huerto de Getsemaní, donde una vez más demuestra su poder pues al ser identificado como Jesús por el traidor, dan la orden de apresarlo. Los soldados caen a sus pies, como señal de que nadie lo puede tocar sin que Él lo permita, sin embargo, en obediencia, accede a que lo lleven ante el concilio y le realicen un juicio injusto hasta que sus enemigos consiguen la pena de muerte para Él.

La muerte de Jesús es anunciada, PUES ÉSTA FUE DETERMINADA por Dios desde la eternidad como el regalo más preciado para los que creemos en Él, puesto que nos reconcilia con Dios y nos permite estar en su presencia; mucho fue el dolor y sufrimiento que el Señor Jesús tuvo que padecer para brindarnos este hermoso regalo que hoy podemos disfrutar puesto que el Señor venció la muerte y ahora vive.

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