La misericordia infinita de Dios – Éxodo 34:1-‬17

Meditación sobre Éxodo 34:1-‬17‬‬ por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Y Jehová dijo a Moisés: Alísate dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste. Prepárate, pues, para mañana, y sube de mañana al monte de Sinaí, y preséntate ante mí sobre la cumbre del monte. Y no suba hombre contigo, ni parezca alguno en todo el monte; ni ovejas ni bueyes pazcan delante del monte. Y Moisés alisó dos tablas de piedra como las primeras; y se levantó de mañana y subió al monte Sinaí, como le mandó Jehová, y llevó en su mano las dos tablas de piedra. Y Jehová descendió en la nube, y estuvo allí con él, proclamando el nombre de Jehová. Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación. Entonces Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y adoró. Y dijo: Si ahora, Señor, he hallado gracia en tus ojos, vaya ahora el Señor en medio de nosotros; porque es un pueblo de dura cerviz; y perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y tómanos por tu heredad. Y él contestó: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra de Jehová; porque será cosa tremenda la que yo haré contigo. Guarda lo que yo te mando hoy; he aquí que yo echo de delante de tu presencia al amorreo, al cananeo, al heteo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo. Guárdate de hacer alianza con los moradores de la tierra donde has de entrar, para que no sean tropezadero en medio de ti. Derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas, y cortaréis sus imágenes de Asera. Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es. Por tanto, no harás alianza con los moradores de aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus dioses, y ofrecerán sacrificios a sus dioses, y te invitarán, y comerás de sus sacrificios; o tomando de sus hijas para tus hijos, y fornicando sus hijas en pos de sus dioses, harán fornicar también a tus hijos en pos de los dioses de ellas. No te harás dioses de fundición.

Jehová, en su infinita misericordia llama a Moisés a prepara nuevas piedras para que en ellas escriba la Ley de Dios, renovando así su pacto, a pesar de que el pueblo de Israel ha pecado grandemente contra Él, se atrevieron a hacer dioses delante de Él y proclamarlos como los dioses que los sacaron de la servidumbre de Egipto, la ira de Dios se ha desatado al grado de querer aniquilar al pueblo de la promesa, pues no entendieron nada,  han adorado en idolatría a una figura, copia burda de su creación, un toro de oro, mas Moisés oró con todo su corazón al Señor, y Dios quien renueva su misericordia con nosotros día a día, así también alcanza su gracia el pueblo de Israel una vez más.

Moisés al ver tal desprecio hacia el Señor rompe las tablas dónde Dios había escrito con su propio dedo la ley, manifestando su enojo y así como Moisés las rompe, el pueblo de Dios ha roto su parte del pacto, se ha retirado de la presencia de Dios.

Moisés habiendo sido nombrado intercesor entre Dios y su Pueblo, ha orado por el perdón, solo por la gracia de Dios y su inmensa misericordia podemos entender el perdón y la renovación del pacto hecha por Jehová, nombre del Dios que se había revelado como el único Dios, el Dios verdadero, el Dios que ha hablado con su pueblo, quien establece un Pacto de salvación.

Pacto que había sido roto por la idolatría. Más hoy Moisés lleva otras tablas a la cita con Dios quien le promete que volverá a escribir lo que estaba escrito en las anteriores, Dios es quien una vez más toma la iniciativa, y por su soberana voluntad e inmenso amor renueva su pacto de Salvación

En esta porción de la Biblia Dios se revela a sí mismo cuando en el versículo 6 dice:

«pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad…«

Dios se auto revela en su nombre cuando lo repite dos veces, ¡Dios! ¡Dios!, manifiesta su inmutabilidad, es decir, Él no cambia, es único y describe su carácter, Dios es Dios, Jehová es Jehová, y es misericordioso, resalta su longanimidad, esto es su paciencia infinita, se describe como un Dios celoso, incorruptible, declara ser tardo para la irá, antepone su amor al enojo y nos perdona, pues si no fuese así, su misericordia no nos alcanzaría.

 Y por que Dios es Dios, nos responde en perdón y renueva su pacto, en las oraciones de Moisés, como intercesor divino, pues fue puesto por Dios como tal confirmará su pacto por medio de sus maravillas, la cuales serán concluidas por su Hijo amado, Cristo Jesús, la fidelidad de Dios es inmutable, esto significa que no cambia ni en tiempo ni espacio, ni aún por nuestro pecado, pues así lo ha manifestado al pueblo de Israel. Su pueblo escogido, pero también advierte que no dará por inocente al malvado, pues este es el que peca con toda la intención, sabiendo que ofende a Dios y por eso advierte a los israelitas de no relacionarse con los pueblos de la tierra que recibirán por heredad, pues son personas que no aman a Jehová y sus actos lo ofenden. El pueblo de Israel debe permanecer puro y fiel al verdadero Dios, estar en contacto con personas que no lo son puede corromperlo y provocar que nuevamente ofendan al Señor. Dios en su inmensa sabiduría y misericordia sabe que esto sucederá y por eso manda permanecer ajenos a los otros pueblos para evitar que pequen y deban ser castigados. Esta advertencia también es para nosotros, ¿nuestras compañías o amistades nos desvían de hacer lo bueno y agradable ante Dios?  Obedézcanos y gocemos de su infinita misericordia.

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