Dios nos hace permanecer alertas – 1 Corintios 10:1-13

Meditación bíblica sobre 1 Corintios 10:1-13 por el A.I. Saulo Murguía A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Voy a dar lectura a los versículos 11 al 13 de este pasaje:

11 Todo eso les sucedió para servir de ejemplo, y quedó escrito para advertencia nuestra, pues a nosotros nos ha llegado el fin de los tiempos. 12 Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer. 13 Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir. (NVI)

En el capítulo anterior hablamos de los versículos 11 y 12. En resumen, dijimos que:

  1. Todo eso les sucedió para servir de ejemplo: Ya que nosotros somos aquellos a quienes les ha llegado el fin de los tiempos, podemos y debemos recibir advertencia del mal ejemplo de Israel. Y tenemos una responsabilidad mayor, porque podemos aprender de los errores de Israel.
  2. Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer: Pablo decía a los cristianos de Corinto que resistieran la tentación de ser egoístas y centrados en sí mismos, y para ello era necesario que primero entendieran que también eran vulnerables. Cuando pensamos que estamos muy firmes, no nos mantendremos en guardia contra la tentación, por lo que fácilmente podemos caer.

Y concluimos, en esa ocasión, diciendo lo siguiente:

Somos salvos por gracia a través de la fe en Cristo Jesús y hemos sido liberados de la maldición de la Ley a través de Su muerte sacrificial y Su resurrección gloriosa, pero por ello debemos en todo momento tratar de evitar lo que es malo y buscar hacer lo que es bueno y justo ante los ojos de Dios.

Por la Escritura sabemos que no hay nada que nos pueda separar del amor de Dios y que no hay pecado que no pueda ser perdonado, pero este pasaje (1 Cor. 10) nos advierte que debemos estar plenamente conscientes de que cualquiera de nosotros puede ser tentado a caer en pecado. Y que confiando en nuestra propia capacidad de resistir la tentación, el peligro de caer será aun mayor.

Antes de empezar con el versículo 13, me gustaría que reflexionemos en algunos ejemplos en la Biblia, acerca de aquellos que -aun siendo fieles adoradores de Dios- cayeron en tentación:

SALOMON

Vamos a 1 Reyes 4:29-31

29 Dios le dio a Salomón sabiduría e inteligencia extraordinarias; sus conocimientos eran tan vastos como la arena que está a la orilla del mar. 30 Sobrepasó en sabiduría a todos los sabios del Oriente y de Egipto. 31 En efecto, fue más sabio que nadie: más que Etán el ezraíta, y más que Hemán, Calcol y Dardá, los hijos de Majol. Por eso la fama de Salomón se difundió por todas las naciones vecinas. (NVI)

“fue más sabio que nadie” y, sin embargo… veamos que dice el capítulo 11:1-5

Ahora bien, además de casarse con la hija del faraón, el rey Salomón tuvo amoríos con muchas mujeres moabitas, amonitas, edomitas, sidonias e hititas, todas ellas mujeres extranjeras que procedían de naciones de las cuales el Señor había dicho a los israelitas: «No se unan a ellas, ni ellas a ustedes, porque de seguro les desviarán el corazón para que sigan a otros dioses». Con tales mujeres se unió Salomón y tuvo amoríos. Tuvo setecientas esposas que eran princesas, y trescientas concubinas; todas estas mujeres hicieron que se pervirtiera su corazón. En efecto, cuando Salomón llegó a viejo, sus mujeres le pervirtieron el corazón de modo que él siguió a otros dioses, y no siempre fue fiel al Señor su Dios como lo había sido su padre David. Por el contrario, Salomón siguió a Astarté, diosa de los sidonios, y a Moloc, el detestable dios de los amonitas. (NVI)

A pesar de la revelación del plan de Dios para el matrimonio entre un hombre y una mujer, Salomón se casó con varias esposas, como lo hicieron muchos otros en el Antiguo Testamento.
En segundo lugar, hizo caso omiso de las restricciones de Dios sobre con quién casarse: en contra de las prohibiciones específicas de Dios, se casó con mujeres de las naciones idólatras de los alrededores.
Finalmente, Salomón mismo se hizo idólatra.

¿Cómo es que Salomón llegó a esto, si era sabio?

Cayó en el error de creer en varias mentiras:

  1. «Esto es solo un pecado menor, realmente no importa».
    Es una de nuestras mentiras favoritas, y con ella cuestionamos la santidad de Dios. Y el resultado final llega a ser desastroso, como en el caso de Salomón.
    Porque Mateo 5:48, dice: «Por tanto, sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto.»
  2. «Eres diferente. Esa regla es para otras personas más débiles, no para una persona fuerte y madura como tú”.

Pero Mateo 5:19, dice:

 "Todo el que infrinja uno solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos; pero el que los practique y enseñe será considerado grande en el reino de los cielos."
  1. “Seguramente Dios quería que hiciera eso, si no, no me habría bendecido tanto. Dios quiere que logre mis metas”.

Pero Isaías 55:8 y 9, dice:

"Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos —afirma el Señor. Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes;¡más altos que los cielos sobre la tierra!"

Al creer esas mentiras, Salomón estaba poniendo en duda la sabiduría y el poder de Dios.
Creer esas mentiras es como pensar que Dios no es lo suficientemente sabio para conocer mi situación particular, y que no es lo suficientemente poderoso para arreglar las cosas, de modo que yo tengo que tomar «acciones prácticas» para Su gloria y a mi propio bien.
Pero nuestro Dios es sabio y poderoso. Ciertamente en control de todas las cosas.
Entonces el hombre más sabio del mundo fue engañado con esas mentiras.
Que su ejemplo sirva de advertencia a todos nosotros.

PEDRO

Pedro, el apóstol, vivió con Jesús durante tres años y fue un líder entre los doce. Por favor, veamos Marcos 14:27:

Entonces Jesús les dijo: Todos os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas serán dispersadas. Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea. Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se escandalicen, yo no. Y le dijo Jesús: De cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces. Mas él con mayor insistencia decía: Si me fuere necesario morir contigo, no te negaré. También todos decían lo mismo.(RV1960)

A esas alturas, Pedro ya había mostrado que tenia una tendencia a pecar y confiar mucho en sí mismo (como cualquiera de nosotros).
En el patio del sumo sacerdote, cuando negó conocer a Jesús (Juan 18). O antes, en el Getsemaní, cuando se quedó dormido a pesar de que Jesús le pidió que orara con él (Marcos 14).
Su error fundamental -su pecado- fue la confianza en sí mismo. Creía estar firme.

Pedro cayó en una mentira como esta: «¡soy fuerte! ¡soy el líder de los discípulos de Jesús! ¡Cualquier otro puede caer, pero yo jamás!”

Esta es una de las mentiras que solemos creer con mas frecuencia, y con ella estamos cuestionando el carácter de Dios, al sugerir que no necesitamos el poder de Dios.

En Juan 15:5, Jesús le dice a sus discípulos:

“Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.” (NVI).

Pro eso el apóstol Pablo, con toda razón dice:

«Si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer»

¿A que se refiere el apóstol Pablo con estas palabras?

Cuando dice «tengan cuidado»… pareciera que eso depende de tener confianza en nosotros mismos: «basta con tener cuidado, eso es todo».

Pero en el versículo 13 da la respuesta. No es confiar en nosotros mismos. Dios nos dará una salida… una ruta de escape.

Dice:

Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir.

No debemos pensar que somos tan fuertes que no podemos caer en un pecado grave, pero debemos tener cuidado de nosotros mismos para no caer.

Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.Filipenses 1:6

Nuestra confianza está en que Cristo será fiel para completar la buena obra de la salvación en todos los que Él regenera, pero lo hace obrando en nosotros y a través de nosotros para que trabajemos en nuestra salvación con temor y temblor, continuemos confiando en Jesús y nos arrepintamos de nuestro pecado continuamente hasta el día de nuestra muerte.

Así que, mis queridos hermanos, como han obedecido siempre —no solo en mi presencia, sino mucho más ahora en mi ausencia— lleven a cabo su salvación con temor y temblor, pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad. Filipenses 2:12,13

Para concluir la reflexión de hoy me permito leer para ustedes una cita del Comentario de Charles Hodge:

Pero Dios es fiel. Ha prometido preservar a Su pueblo, y por lo tanto su fidelidad consiste en no permitir que sean tentados indebidamente. Aquí, como en 1 Corintios 1:9, y en todas partes de la Escritura, la seguridad de los creyentes no se refiere a la fuerza del principio de la gracia infundida en ellos por la regeneración, ni a su propia firmeza, sino a la fidelidad de Dios.
Él ha prometido que aquellos que han sido dados al Hijo como herencia, nunca perecerán. Son guardados, pues, por el poder de Dios, mediante la fe, para salvación, 1 Pedro 1:3-5 (ver abajo).
Esta promesa de seguridad, sin embargo, es una promesa de protección del pecado, y por lo tanto aquellos que caen en pecado voluntario y habitual no son sujetos de la promesa.
Si fallan, es después de una dura lucha, y pronto se renuevan nuevamente para el arrepentimiento. La seguridad absoluta de los creyentes y la necesidad de una vigilancia constante son perfectamente coherentes.
A aquellos a quienes Dios ha prometido salvar, ha prometido hacerlos permanecer alertas.Charles Hodge

Hodge, Charles. «Commentary on 1 Corinthians 10». Hodge’s Commentary on Romans, Ephesians and First Corintians.

Charles Hodge (27 de diciembre de 1797 – 19 de junio de 1878) fue un importante teólogo presbiteriano y director del Seminario Teológico de Princeton entre 1851 y 1878. Fue un destacado exponente de la teología de Princeton, una tradición teológica calvinista ortodoxa en Estados Unidos durante el siglo XIX. Argumentó fuertemente a favor de la autoridad de la Biblia como la Palabra de Dios. Muchas de sus ideas fueron adoptadas en el siglo XX por fundamentalistas y evangélicos.

1 Pedro 1:3-5

3 ¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva 4 y recibamos una herencia indestructible, incontaminada e inmarchitable. Tal herencia está reservada en el cielo para ustedes, 5 a quienes el poder de Dios protege mediante la fe hasta que llegue la salvación que se ha de revelar en los últimos tiempos.
Comparte con tus amigos