Jehová nos da el privilegio de servirle – Éxodo 35:1‭-‬35 ‬‬

Meditación sobre Éxodo 35:1‭-‬35‬‬ por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Lectura del pasaje:

Moisés convocó a toda la congregación de los hijos de Israel y les dijo: Estas son las cosas que Jehová ha mandado que sean hechas: Seis días se trabajará, mas el día séptimo os será santo, día de reposo para Jehová; cualquiera que en él hiciere trabajo alguno, morirá. No encenderéis fuego en ninguna de vuestras moradas en el día de reposo. Y habló Moisés a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Jehová ha mandado: Tomad de entre vosotros ofrenda para Jehová; todo generoso de corazón la traerá a Jehová; oro, plata, bronce, azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia, aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático, y piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y para el pectoral. Todo sabio de corazón de entre vosotros vendrá y hará todas las cosas que Jehová ha mandado: el tabernáculo, su tienda, su cubierta, sus corchetes, sus tablas, sus barras, sus columnas y sus basas; el arca y sus varas, el propiciatorio, el velo de la tienda; la mesa y sus varas, y todos sus utensilios, y el pan de la proposición; el candelero del alumbrado y sus utensilios, sus lámparas, y el aceite para el alumbrado; el altar del incienso y sus varas, el aceite de la unción, el incienso aromático, la cortina de la puerta para la entrada del tabernáculo; el altar del holocausto, su enrejado de bronce y sus varas, y todos sus utensilios, y la fuente con su base; las cortinas del atrio, sus columnas y sus basas, la cortina de la puerta del atrio; las estacas del tabernáculo, y las estacas del atrio y sus cuerdas; las vestiduras del servicio para ministrar en el santuario, las sagradas vestiduras de Aarón el sacerdote, y las vestiduras de sus hijos para servir en el sacerdocio. Y salió toda la congregación de los hijos de Israel de delante de Moisés. Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, con ofrenda a Jehová para la obra del tabernáculo de reunión y para toda su obra, y para las sagradas vestiduras. Vinieron así hombres como mujeres, todos los voluntarios de corazón, y trajeron cadenas y zarcillos, anillos y brazaletes y toda clase de joyas de oro; y todos presentaban ofrenda de oro a Jehová. Todo hombre que tenía azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, pieles de carneros teñidas de rojo, o pieles de tejones, lo traía. Todo el que ofrecía ofrenda de plata o de bronce traía a Jehová la ofrenda; y todo el que tenía madera de acacia la traía para toda la obra del servicio. Además todas las mujeres sabias de corazón hilaban con sus manos, y traían lo que habían hilado: azul, púrpura, carmesí o lino fino. Y todas las mujeres cuyo corazón las impulsó en sabiduría hilaron pelo de cabra. Los príncipes trajeron piedras de ónice, y las piedras de los engastes para el efod y el pectoral, y las especias aromáticas, y el aceite para el alumbrado, y para el aceite de la unción, y para el incienso aromático. De los hijos de Israel, así hombres como mujeres, todos los que tuvieron corazón voluntario para traer para toda la obra, que Jehová había mandado por medio de Moisés que hiciesen, trajeron ofrenda voluntaria a Jehová. Y dijo Moisés a los hijos de Israel: Mirad, Jehová ha nombrado a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo ha llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte, para proyectar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en la talla de piedras de engaste, y en obra de madera, para trabajar en toda labor ingeniosa. Y ha puesto en su corazón el que pueda enseñar, así él como Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y los ha llenado de sabiduría de corazón, para que hagan toda obra de arte y de invención, y de bordado en azul, en púrpura, en carmesí, en lino fino y en telar, para que hagan toda labor, e inventen todo diseño.

La primera impresión que nos  da este capítulo es que todo lo dicho ya fue dicho con anterioridad, más lo que debemos notar es que, en primer lugar, el día de reposo que fue mencionado en capítulos previos, en este se dan detalles de cómo se debe llevar a cabo, de no realizar trabajo alguno como encender fuego,  y para explicarlo haré referencia  a cuando Jehová mandaba el maná, bendición de Dios cuando el pueblo caminaba por el desierto y era alimentado por este, el cual solo se recogía hasta el sexto día  pues el séptimo no le recogerían y mucho menos se cocería, es decir, en el día de reposo no se debía ni siquiera recolectar el alimento que baja del cielo, ya que de hecho ni siquiera descendía puesto que  el día anterior debían de recogerlo y prepararlo para consumirlo al siguiente día, Dios toma muy en serio el día de reposo, el día en que debemos tener una comunión especial con Él para nuestro beneficio y para su gloria.

El segundo punto a tratar y que hace parecer que solo es un capítulo recordatorio, pero no es así, es notar que, como todo buen constructor, el mejor que puede existir de hecho, hace un repaso de todo lo que el pueblo va a necesitar para la construcción del Tabernáculo, el lugar donde el Señor ha de manifestar su presencia de una manera visible, pues la obra ya está en marcha. Así que pasa lista de lo que han de necesitar y quienes estarán al frente de la dirección y capacitación de los obreros. Dios no improvisa y cuando manda hacer algo capacita y toma al más apto de acuerdo a los dones que Él ha dado para que se lleve a cabo, y en ese momento dio al pueblo el privilegio de participar en ella con las ofrendas de objetos preciosos para hacerlo,  hasta el día de hoy, nos da ese mismo privilegio de participar y hará el llamado que a  Él le parezca más propicio para continuar con su obra y ha de ser Él quien nos capacite, supervise y este al cuidado   de nosotros para toda buena obra a través de las personas que ha preparado para hacerlo, hombres y mujeres, guiados por el Espíritu Santo para realizar el servicio digno a Dios.

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